“Yo soy el primero que llega a los eventos y el último en irse”, decía Roberto Vélez, reconocido por sus banquetes que lo llevaron a atender desde matrimonios hasta cenas diplomáticas con personalidades como el expresidente francés Charles de Gaulle o la reina Sofía, de España.
Falleció a los 77 años, producto de una enfermedad que se le detectó recientemente. Fue quien continuó el legado de su padre, Pedro Vélez, que desde 1952 se sumergió en Bogotá en el mundo del llamado ‘Catering’, con la casa de banquetes La Maison Pierre.
Todo empezó a mediados de la década de los 60, cuando Roberto Vélez entró a trabajar con su papá en esta empresa familiar, hoy a cargo de Pedro Vélez, uno de sus hijos. Durante las cuatro décadas que estuvo al frente de Pierre Banquetes, –como se llama la empresa actualmente– siempre se caracterizó por estar pendiente de cada uno de los detalles del evento que fuera a atender.
De ahí que este diario publicara en 1997 lo siguiente: “Un matrimonio atendido por la casa de banquetes Pierre es a la fija un matrimonio muy elegante, pues hasta el más mínimo detalle a la hora de servir y de comer será tenido en cuenta”. Ese año fue cuando los Vélez se le midieron a abrir un restaurante: Le Plafond.
La familia Vélez ha estado presente en momentos importantes de la vida política colombiana: posesiones presidenciales, actividades organizadas por la Cancillería y matrimonios. Solo había una parte del menú de matrimonio al cual no se le medía: el ponqué. “Ese es un cuento de hace muchísimos años”, recuerda su hijo Pedro, para referirse a la ocasión en la cual tuvo un percance con una de estas tortas y decidió no encargarse de ellas.
Ese era tal vez el único agüero conocido de este hombre que se casó con Gloria Gómez Vélez y con quien tuvo tres hijos: Sandra, Pedro y Mónica.
El servicio es lo primeroA pesar de que la oferta de este tipo de servicios cada vez es mayor, la empresa de los Vélez sigue estando entre las preferidas para atender grandes eventos, en gran parte por su servicio y todo lo que ofrecen.
Dicen sus allegados que Roberto Vélez se dedicó a cultivar buenas relaciones públicas y a brindar un buen trato a sus clientes y a su familia. “Siempre tenía un comentario amable o un chiste para todo el mundo, y fue el más generoso con sus amigos y su familia”, recuerda su hijo Pedro. Él, que empezó a trabajar con Roberto desde hace dos décadas, ha sido testigo y partícipe del crecimiento de esta empresa –que actualmente le da trabajo a más de 30 personas–, la cual en sus inicios se enfocó en la cocina francesa, pero que hoy por hoy se adapta a las necesidades del evento.
“Nos queda como lección su capacidad de trabajo, su dedicación, su buen trato a todos los empleados, su alegría y su entrega con los clientes; he recibido más mensajes de clientes que de amigos”, dice Pedro Vélez sobre lo que dejó su padre, cuya velación se realiza en la Funeraria Gaviria (calle 98 n.° 17A-20).
La misa en su honor será este martes, a las 2:30 p. m., en la Parroquia Inmaculada Concepción (Bogotá).
EL TIEMPO