Clare Hollingworth, la corresponsal de guerra británica que dio la primicia sobre la invasión nazi en Polonia que provocó el inicio de la Segunda Guerra mundial, murió este martes en Hong Kong a los 105 años, anunció el Club de Corresponsales Extranjeros de la excolonia.
Hollingsworth, que había cumplido 105 años el pasado 10 de octubre, dio la noticia de que la Segunda Guerra Mundial había comenzado en las páginas del periódico británico 'The Daily Telegraph' en 1939, cuando contaba con 27 años. Ese rotativo ni siquiera firmó la nota enviada por la joven corresponsal que, sin embargo, definió la carrera periodística de Hollingsworth, quien trabajó como corresponsal en el extranjero durante más de medio siglo, cubriendo conflictos en Europa, el norte de África y Asia.
Tuvo que sacar el auricular del teléfono fuera de la ventana para que sus compañeros en la redacción creyeran su relato al oír por sí mismos el sonido ambiente provocado por la invasión nazi. "Mil tanques marchan hacia la frontera polaca. Hay diez divisiones listas para efectuar un rápido ataque", redactó entonces la joven periodista, que fruto del azar estaba dando la primicia del año y la noticia que la catapultó al éxito periodístico.
Parte de sus vivencias en zonas de conflicto quedaron recogidos en cinco libros que narran asuntos que van desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial hasta la relación del mundo árabe con Occidente o los conflictos del líder chino Mao Zedong con sus opositores.
De acuerdo con una biografía sobre la periodista publicada recientemente por su sobrino Patrick Garrett, el inicio de la Segunda Guerra Mundial sorprendió a Hollingworth en Polonia, desde donde estaba organizando la evacuación de más de 3.500 refugiados políticos y judíos al Reino Unido, lo que le hizo ganarse el apodo de la 'Pimpinela Escarlata' entre la prensa británica.
Una semana después de haber sido contratada como corresponsal de guerra para el 'Telegraph', se desplazó a la frontera polaco-alemana en Katowice, donde en la madrugada del 1.° de septiembre de 1939 el sonido de tanques pasando bajo su ventana despertó a la periodista, quien se apresuró a llamar a la redacción y a las Oficinas de Relaciones Exteriores británicas y polacas para dar la primicia.
Su vocación por la cobertura de conflictos bélicos provocó que Hollingworth comenzara a trabajar para la revista estadounidense 'Time' después de que el general británico Bernard Law Montgomery prohibiese la presencia de corresponsales femeninas británicas en el frente en Egipto durante la guerra en el norte de África en 1942.
Nacida en 1911 en una granja de Leicester, en el centro de Inglaterra, Hollingworth residió en Hong Kong durante las últimas cuatro décadas después de trabajar en Pekín como corresponsal durante los años 70.
Pasó sus últimos años aquejada de problemas de visión, con una movilidad muy limitada y alteraciones de la percepción de la realidad, producto de su avanzada edad. De hecho, en una entrevista concedida al diario 'The Independent' el pasado año, Hollingworth cree que está a la espera de recibir una llamada telefónica en la que se le comunicará su próxima cobertura en el extranjero. De hecho, siempre se aseguró de tener el pasaporte en regla hasta el mismo día de su muerte.
En otra entrevista con 'The Telegraph' en el 2011, aseguró que siempre "disfrutaba" cuando se implicaba en la cobertura de una guerra. "Cuando era muy pequeña, durante la I Guerra Mundial, siempre escuchaba a la gente hablar sobre batallas, y me interesé extremadamente por las guerras", dijo entonces a ese periódico, al que afirmó que no se consideraba "valiente", sino que simplemente "disfrutaba" con sus coberturas.
Hollingworth estuvo casada dos veces: con el escritor Vandeleur Robinson y con el periodista de 'The Times' Geoffrey Hoare, quien aportó una hija al matrimonio fruto de otra relación. La periodista no tuvo hijos, pues siempre sostuvo que quería dedicar todo su tiempo a su trabajo.
Efe
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