Con un conocimiento muy amplio del mundo, un mundo que está a la mano y se puede recorrer con poca plata, comprometidos con ellos mismos y su esencia, pero no necesariamente con otros ni con una empresa. Estas son algunas de las características que muchos padres encuentran en sus hijos que hoy tienen entre 19 y 30 años, aquellos que se hicieron mayores con el cambio del milenio y a quienes los estudiosos de los mercados han llamado ‘millennials’.
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Estos muchachos, vistos por sus padres –que hoy pueden tener entre 50 y 60 años–, viajan con facilidad y consideran que cualquier sitio del mundo está cerca, y así lo viven realmente. Quieren ir a lugares lejanos y con culturas diferentes; no necesariamente proyectan su futuro con matrimonio, hijos y un trabajo de por vida.
Sandra Contreras, madre de 2 hijos, un hombre de 21 años y una mujer de 24, destaca además el sentido social de esta generación, su preocupación por los demás y por el cuidado del planeta, siempre con la certeza de que todo está a su alcance. “Se quieren ‘comer’ el mundo y lo hacen fácilmente. Lo piensan y lo hacen. Son como esponjas: todo lo absorben. Y nada los detiene”, dice.
Por la manera de ser de sus hijos y de sus amigos y compañeros, afirma que son muchachos que quieren alcanzar un sueño, una meta, por encima de logros económicos. Son jóvenes que piensan más en el ser que en el tener y quieren ser congruentes con lo que piensan. Actuar de acuerdo con sus propios ideales.
Para ella, sus hijos no son difíciles de manejar. Pero ha aprendido con ellos que las normas no se imponen, se argumentan. Sus hijos la escuchan y tiene en cuenta su visión y su posición frente a la vida, pero toman sus propias decisiones.
Carolina Gutiérrez, también madre de dos hijos ‘millennials’ próximos a empezar estudios universitarios, dice que ellos y los muchachos de esta generación son más autónomos y nada les queda grande; se proponen algo y lo consiguen rápido. Siempre quieren obtener las cosas con gran facilidad. Para ella, su hijo es desafiante, todo lo cuestiona, a todo le busca explicaciones y motivos, por lo que aprendió a no ser tan impositiva y se convirtió en una madre más argumentativa. Sus hijos además son bastante ecológicos y están comprometidos con el medioambiente; de hecho, su hija ingresará a estudiar ingeniería ambiental.
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Marcela Preciado, madre de tres hijos, dos de ellos ‘millennials’, y con sobrinos también de esta generación, cuenta que son jóvenes que salen al mercado laboral a montar su propio negocio y lo logran. También sabe que existen las diferencias. El mayor es más creativo, innovador, con ideas nuevas y de construcción. La hija busca más resultados concretos.
Pero afirma que, en general, los jóvenes de hoy se conectan más fácil con el mundo, “lo conocen en 3 minutos y lo aprovechan”. Tienen una cultura mucho más global en la cabeza. También se perciben a sí mismos como personas con grandes capacidades y seguras para conquistar lo que buscan, tienen mayor capacidad para ser emprendedores, no están apegados a los grandes cargos en las grandes empresas y el dinero no es su principal motor en el mundo. También cree que son muchachos con menos barreras que los de las generaciones anteriores, con menos límites por aquello del deber ser, y que tienen una mejor combinación entre el ser y el hacer.
HUELLA SOCIAL
