La emotividad del fin de año se resume en una palabra puntual: esperanza.
Esperanza de que las cosas cambien, de conseguir un mejor trabajo, de formar una familia, de tener una pareja, de comprar un carro, de viajar por el mundo, de escribir un libro, de perder la pena, de aprender otro idioma, de comprar una casa, de ganarse la lotería… esperanza.
Para fortalecer esos deseos, millones de habitantes del mundo se encomiendan a particulares tradiciones que les brindan una sensación de ‘seguridad’ ante la incertidumbre del nuevo ciclo de 365 días.
En ese afán por ‘atraer suerte’, la creatividad se ha puesto a pedir de boca.
Y aunque se crea que los agüeros colombianos de los calzoncillos amarillos, las lentejas en los bolsillos y la vuelta a la manzana con la maleta de viaje son ‘exóticos’, otras singulares creencias demuestran que el resto de países no se quedan atrás.
Conozcan los 10 rituales de Año Nuevo más extraños del mundo.
(Le recomendamos: La historia detrás de la triste canción ‘Faltan cinco pa’ las doce’).

Después de este singular ritual, algunas personas se suben en una silla y saltan en conjunto a la medianoche para 'zambullirse' en la prosperidad.
iStock
Después de ‘sobrevivir’ a la última cena del año, los platos de la mesa cobran un extraño valor simbólico en Dinamarca y otros países nórdicos.
Según la tradición, quienes deseen atraer buena suerte y fortalecer sus relaciones sociales deben tomar la vajilla y romperla contra el suelo, las paredes o las puertas de las casas de los seres queridos.
Así, la sensación de esperanza de que ‘lo que se rompe se vuelve a unir’ invadiría a quienes sean partícipes del agüero.

Al parecer, algunas naciones del norte de África también implementan esta particular tradición.
iStock
En países como Italia y Sudáfrica, quienes sienten que tienen que ‘pasar la página’ por un año difícil optan por alejar cualquier rezago que quede del ‘ciclo cumplido’.
De ahí que sea común ver cómo las personas lanzan todo tipo de muebles por sus ventanas ‘alejando todas las malas vibras’.
Aunque las autoridades policiales han insistido en los peligros que podría representar esta práctica para los transeúntes, la tradición se mantiene firme gracias al particular ‘deseo de cambio’.
(Además: Los 7 magníficos de la parranda del fin de año en nuestro país).

En la historia de Irlanda, el papel del campesinado ha sido trascendental.
iStock
Las propiedades energéticas del pan se ‘ponen a prueba’ cada 31 de diciembre en Irlanda.
Por lo que han reportado a lo largo de los años varios medios locales, los ciudadanos golpean con un pan las paredes de sus hogares cada Nochevieja bajo la idea de que así garantizarán el suministro alimenticio en el nuevo tiempo.
El singular agüero resulta más que comprensible en un territorio que históricamente ha sufrido largos periodos de hambrunas.

No hay mayor información sobre quienes aseguran haber recibido los 'dones' de este ritual.
iStock
En Rumania parece que el interés por ‘hablar con los animales’ cobra mayor sentido en la temporada de fin de año.
Según se ha dicho, algunos habitantes de los territorios rurales acostumbran dirigirse en Nochevieja a las granjas cercanas para intentar comprender qué es lo que las vacas les ‘quieren augurar’ con sus mugidos.
Lo más extraño es que, conforme cuenta la leyenda, quienes no logren ‘interpretar’ a los bovinos podrían correr con ‘mala suerte’ en el nuevo año.
(No deje de leer: Dubái: ¿cómo vivir en la ciudad de los multimillonarios? Algunos consejos).
5. ‘Beberse los deseos’
Algunas tradiciones eslavas salen a relucir en Rusia para la temporada de fin de año.
iStock
En Rusia, así como en Navidad hasta su presidente se refiere a Ded Moroz (‘el Papá Noel local’), para el Año Nuevo el misticismo invade a la mayor parte de la población.
Entre los rituales que más destacan por su exotismo está el de escribir una carta de deseos en un papel, incinerarla y luego introducirla en la copa de vino para el brindis de fin de año.
Se supone que las ‘cenizas’ de los deseos resurgirán en el interior del bebedor.

Esta singular tradición también se ha reseñado en Finlandia.
iStock
En Alemania, por lo que ha podido constatar la cadena pública ‘Deutsche Welle’, los ciudadanos se encomiendan a las propiedades del plomo.
Según reza la tradición, quienes deseen saber lo que les deparará el nuevo año deben fundir el metal pesado con una vela y luego verter el resultado en una cubeta con agua.
La forma que tome la reacción ‘dará luces’ sobre el porvenir de quien realice el ritual.
(Lea también: Video: hombre rifó su camioneta para tratar cáncer y ganador se la regaló).
7. En el cambio de ciclo, ‘los círculos son sagrados’
Al 'cerrarse' sobre sí, el círculo es considerado por algunas corrientes espirituales como la mejor representación de la unidad y la totalidad.
iStock
En Filipinas, la tradición de Nochevieja tiene una figura geométrica como protagonista: el círculo.
Según recoge una tradición local, la idea es que en el último día del año haya la mayor cantidad posible de circunferencias en el lugar donde se celebre.
De ahí que tanto mujeres y hombres busquen sus prendas con mayor cantidad de lunares para recibir el Año Nuevo.
Otros más fervientes incluso buscan porcionar la comida en círculos.
Al parecer, todo tiene que ver con la prosperidad económica que podría traer la forma que también tienen las monedas.
No en vano, algunos optan por llenar sus bolsillos de ejemplares de numismática para hacerlos sonar a medianoche.

La tradición del ritual también admite hacer lo mismo con 6 o 9 comidas.
iStock
En Estonia, a 10.103 kilómetros de Colombia, se desarrolla una práctica similar a la de las doce uvas representativas de los deseos de Año Nuevo.
Lo distinto es que, en vez de la diminuta fruta, los interesados en tener un año saludable y ‘fortalecido’ deben ingerir entre 6 y 12 platos de la cena.
El llamativo ritual reza que la abundancia de nutrientes ‘aseguraría’ la ausencia de contratiempos en el nuevo ciclo.

Aunque comenzó como una festividad de nicho, hoy por hoy el Loony Dook es todo un espectáculo mundial.
iStock
En Edimburgo, la capital de Escocia, el primer día del año se conmemora con un singular baño grupal de miles de personas disfrazadas que se zambullen en el río Forth.
A la celebración se le conoce como el Loony Dook.
Aunque esta práctica nació como una supuesta forma de ‘curar el guayabo’ de la fiesta de Nochevieja a finales del siglo XX, actualmente es una tradición que atrae a cientos de turistas interesados en darle una bienvenida ‘por todo lo alto’ al Año Nuevo.
Además del exotismo de los disfraces, según le dijo en 2016 uno de sus organizadores al diario local ‘The Scotsman’, el hecho de que se cobre una especie de ‘boleta’ para participar ha llevado a que se recolecten miles de libras esterlinas para varias organizaciones benéficas.

Aunque en el budismo escasean los ritos, el agua es utilizada en los funerales tradicionales.
iStock
En la misma línea de ‘entregarse’ al agua para obtener beneficios en un nuevo año se enmarca el Songkran de Tailandia.
Esta festividad, de origen budista, se desarrolla cada abril (mes en el que el calendario tailandés ubica la Nochevieja).
En el Songkran todas las personas buscan lavar a sus amigos y conciudadanos en llamativos ‘enfrentamientos’ con pistolas de agua, ollas y vasijas para ‘ayudarles’ a quitarse la mala suerte y ‘purificar’ sus pecados.
El componente ‘lúdico’ de esta tradición ha llevado a que decenas de turistas visiten el país asiático en el cuarto mes del calendario gregoriano.
¿Se animaría a retomar una de estas tradiciones durante su celebración de Año Nuevo?
Más noticiasLas tendencias que se tomarán el sector turístico durante el 2022
¡Pilas! Conozca el valor de la revisión tecnomecánica para el año entrante
Pandemia y deportes: los temas en las redes y Google
Android 12: listado de celulares que se actualizarán en 2022
La nueva década perdida de América Latina
Tendencias EL TIEMPO