Desde un sensual o coqueto juego de ropa interior hasta un romántico y femenino traje de novia, pasando por vestidos de baño con pedrería, prácticos jeans y pantalones anchos, faldas y vestidos de todos los largos, y elegantes trajes de coctel, se pueden elegir para armar un completo armario en una sola jornada de pasarelas como las que se vivieron en CaliExposhow, que terminó este viernes.
Cada diseñador colombiano que presentó su colección ofrece variedad de prendas para distintas ocasiones de uso y así cada quien puede encontrar algo que le va bien para renovar su vestuario.
Con sedas estampadas, organza, tul, mikado y neopreno, el caleño Andrés Otálora le habla a mujeres expedicionarias pero elegantes con prendas muy elaboradas, con volumen y estructura, con plisados, boleros, dobleces y cinturones.

La de Aldea, plisada (sigue en furor) y con boleros, y la tubo de talle alto y rayas (total tendencia), de Ana Lucía Bermúdez.
Caliexposhow
Judy Hazbún va más ligeras, con cortes asimétricos y siluetas amplias en seda que reflejan comodidad y sofisticación, mujeres relajadas, pero bien vestidas.
Las prendas confortables también son el fuerte de Carolina Sepúlveda con su marca Aldea, que prefiere el algodón en colores básicos: blanco, negro y azul, que ella misma tiñe.
En cambio, Ana Lucía Bermúdez marca las curvas de la mujer: talles altos, faldas tubo, tops, enterizos ajustados, cinturones anchos con aires noventeros.

Plumas, transparencias y líneas amplias predominaron en el desfile.
EFE
Por un frondoso jardín de rosas rojas, rosadas y blancas, veraneras, ginger y mucho follaje desfilaron las modelos con los diseños de Victorio & Lucchino, la marca creada hace más de 30 años por el cordobés José Víctor Rodríguez Caro y el sevillano José Luis Medina del Corral, los invitados internacionales al CaliExposhow.
Su colección la titularon ‘Sueño velado’ y al verla se entiende porqué: las transparencias marcaron la pauta, a veces para dejar entrever una prenda que va debajo y otras con detalles para no revelar del todo el cuerpo desnudo. De ahí la presencia de plumas y bordados ‘cómplices’ en este juego de la insinuación, que revela pero no delata.
“Trabajamos la superposición de prendas para que puedas cambiarte según la evolución del evento, o si no hay tiempo para ir a casa a cambiarte. Tú misma puedes ir cambiando tu estilismo, por ejemplo, si estás en una fiesta y quieres ir más cómoda puedes sacarte una prenda y aparece otra”, comentaron los diseñadores.
En la pasarela predominaron siluetas retro, que hicieron recordar los años 20 y 30, y las estrellas de la época, las Flappers.
El blanco y al negro absoluto marcaron la pauta, aunque dejaron espacio al rosa empolvado con visos negros, un amarillo ácido, el terracota y el naranja.
Así dejaron ver a una mujer femenina, extrovertida y sensual, que se nota que le gusta la divertirse.
NATALIA DÍAZ BROCHET
natdia@eltiempo.com
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