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Diego Jaramillo Cuartas: 60 años como peregrino de Dios

El padre Jaramillo recibió la Orden al Mérito Social Rafael García Herreros.

El padre Jaramillo recibió la Orden al Mérito Social Rafael García Herreros.

Foto:Rodrigo Sepúlveda/EL TIEMPO

La cabeza de El Minuto de Dios recordó su vida, en emotivo homenaje a su trayectoria.

Carlos Restrepo
A los 86 años, el padre antioqueño Diego Jaramillo Cuartas sorprende por su memoria prodigiosa, llena de fechas exactas y anécdotas, pero en especial por su delicioso sentido del humor, del que hizo gala en la celebración de sus 60 años en el sacerdocio. Durante más de una hora, la cabeza de la Corporación El Minuto de Dios conversó ayer con Roberto Pombo, director de EL TIEMPO, sobre su vida, en el homenaje que le prepararon en la sede principal de la universidad de esta obra.
La charla comenzó con la pregunta que Pombo le hizo al padre de su recuerdo más vívido de la Yarumal de su infancia. “Yo nacía en unas breñas donde no había carretera pavimentada, de manera que el primer recuerdo es el polvero que había que aguantar para ir de Medellín al norte”, comentó el padre, mientras el público reía.
Y al hablar de su numerosa familia antioqueña, el sacerdote recordó que precisamente eso fue lo que inspiró a su amigo, el padre Rafael García Herreros, a regalar viviendas desde la obra.
“En esa época, no solo en Antioquia, sino por todo el país, no era difícil tener familias de ocho y diez hijos. Una de las condiciones, precisamente, para tener vivienda aquí en el Minuto de Dios era tener familia numerosa. El padre Rafael decía que a un papá que tuviera bastante niños le quedaba más difícil criar una familia”, anotó.
Luego recordó que sus estudios primarios y secundarios los realizó en un colegio de los hermanos lasallistas, donde se inició su vocación. “Yo no sé si uno siente esa vocación o si más bien Dios es quien lo siente a uno y lo consiente”, dijo el padre, al evocar su ingreso al seminario de Santa Rosa de Osos.
A lo largo de la conversación, el padre mencionó cómo habían llegado los sacerdotes eudistas al país, la congregación de origen francés a la que él pertenece, y su vocación de ayuda a los más necesitados.

Pienso que Rafael García Herreros merece un puesto como pensador, como cuentista y como
el creador de ideas de valor en el
orden social.

“¿El eudismo tiene algún tipo de distanciamiento de la jerarquía del Vaticano o es apenas una impresión mía?”, le preguntó Roberto Pombo al clérigo, aludiendo al boato de la Santa Sede frente a la austeridad de esa congregación.
El padre Jaramillo, apelando a su sentido del humor, capoteó la pregunta: “Bueno, en esa época los miembros eran franceses y todos tenían que hacer servicio militar. De manera, que ahí todos aprendieron a marchar bien y en fila, ordenados y en silencio, desde por la mañana hasta por la noche. De manera que yo me maravillo de que todavía sepa hablar, porque fueron años de silencio”.
“Quedó perfectamente contestada la pregunta y les pido un aplauso para el padre”, anotó Pombo sonriendo al unísono con el resto de los presentes.
Durante la charla, hubo tiempo para hablar hasta de la influencia del Espíritu Santo en los católicos y del gusto del padre Jaramillo por la escritura y la Historia , heredada de sus profesores y de García Herreros.
Entonces, los contertulios recordaron la faceta de cuentistas del fundador de El Minuto de Dios, al taer a colación uno de sus relatos, titulado El enterrador.
La historia describe a un hombre que trabaja como sepulturero de un pueblo. Un día, un visitante le dice: ‘Sepulturero, pero esta tumba es muy pequeña’. Y el hombre del cementerio le contesta: ‘Para lo que hay que enterrar. En esos 1,70 por 60 centímetros cabe todo lo que somos’.
“El padre tenía eso: tomaba un argumento antiguo, lo vertía en palabras nuevas, a veces a partir de cualquier anécdota, y le daba a uno posibilidades de ponerse a pensar”, explicó sacerdote.
Y aprovechó para evocar a su profesor Arturo Echeverri, quien fue el primero que le mostró esos cuentos del padre García Herreros, donde comenzó su acercamiento y amistad. “Al principio le tenía cierto miedo de seguirme enredando con García Herreros porque decía: ‘Él querrá que yo me vaya al Minuto de Dios a ayudarle y yo no me siento con vocación de construir casas’. Pero fui cayendo en las redes cautivantes de un maestro que cautivaba con su palabra y sus ejemplos. Y nos fuimos haciendo más cercanos con el padre Rafael”, contó.
El padre Diego Jaramillo Cuartas nació en Yarumal (Antioquia), en 1932.

El padre Diego Jaramillo Cuartas nació en Yarumal (Antioquia), en 1932.

Foto:Rodrigo Sepúlveda/EL TIEMPO

Un minuto de reflexión

Y al hablar del legado, justamente, de su mentor y amigo, el padre Jaramillo recordó el comienzo de ese espacio que ha acompañado todas las noches a millones de colombianos. “¿Cómo nació ese esa idea de El Minuto de Dios, que es un nombre periodísticamente magistral y una experiencia de comunicación?”, dijo Pombo.
“La comunicación me parece que fue lo primero”, explicó el padre Jaramillo al comentar que todo se inició cuando el padre García Herreros llegó a Cartagena en 1946, y creó el programa La hora católica, en la radio.
Sin embargo, el padre García Herreros se dio cuenta que mantener la atención de los oyentes una hora era un “excesivo optimismo”. “Entonces dijo: ‘más bien voy a hacer un programa tan corto, que cuando la gente se ponga de pie para acercarse al aparato de radio a cambiar el número del dial, en ese momento ya el programa se está acabando’. Por eso El Minuto de Dios nace como un trasmitir que lleva a un compromiso personal de la gente con una idea social o espiritual”, explicó el padre Jaramillo.
Los contertulios aprovecharon para recordar ‘El banquete del millón’ y hacer un balance de la gigantesca obra que el padre Jaramillo comanda desde la partida de su creador.
Desde 1956, se han entregado cerca de 150.000 soluciones de vivienda, que han impactado en la vida de un millón de personas, lo que equivale a una ciudad mediana de América Latina.
El brazo educativo de la obra nació hace 60 años con el primer colegio. Hoy cuentan con 36 instituciones educativas y hogares infantiles, que reúnen 28 mil estudiantes. En el campo universitario, el proyecto llega a 120 mil alumnos presenciales y a distancia, en 79 municipios de Colombia.
CARLOS RESTREPO
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO
@Restrebooks
Carlos Restrepo
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