‘Soy Marie Kondo, y mi misión es despertar felicidad en el mundo por medio de la limpieza’. Este es el lema de la reconocida organizadora japonesa, la gurú del orden, que se hizo famosa con su primer libro, La magia del orden, publicado en el 2011, todo un éxito editorial que ha vendido millones de copias en el mundo y ha sido traducido a más de 40 idiomas. Lo mismo sucedió con su segundo texto, La felicidad después del orden (2012). Luego vino su canal en YouTube con miles de seguidores, y ahora llegó a la plataforma de moda: Netflix.
Con esa misma frase se presenta en el primer capítulo de la serie ¡A ordenar con Marie Kondo!, ocho episodios en los que ayuda a parejas, familias y personas solas a organizar sus caos según el método Konmari, que ha creado, cuya base principal es la forma de doblar y guardar la ropa, así como la filosofía que le imprime: “Solo quédate con lo que te da felicidad”.
Para Lili Ramírez, de Get Simple, organizadora profesional, la serie se sintoniza con un momento clave en las personas. “Es comienzo del año, y la gente quiere poner su casa en orden. Es la época en la que más trabajo tenemos los organizadores”.
Ordenar no se trata de que todo se vea bonito, tener las cosas en su lugar “hace que todo lo encuentres en menos de 30 segundos, facilita las rutinas como vestirse, ahorra tiempo que se puede invertir en otras cosas y reduce el estrés”, agrega Ramírez.
De acuerdo con Liliana Garavito, de Organiza Todo, también organizadora profesional, el depósito es tal vez el lugar más caótico “porque no está a la vista, y la gente mete y mete cosas, empuja, cierra la puerta y no lo vuelve a mirar”. Sin embargo, los clósets, la cocina y el cuarto de los niños son los que más preocupan a las personas.
Las dos expertas conocen la metodología de Kondo y rescatan un aspecto fundamental de ella: “Su método de doblado vertical para la ropa (hacer pequeños rectángulos), porque da más visibilidad al contenido de los cajones o espacios en los que se tengan prendas como camisetas, medias, calzoncillos, ropa interior. Esto te permite saber qué tienes para usar todo. Cuando apilas las cosas, casi nunca usas lo que está más abajo y terminas poniéndote las mismas dos o tres cosas”.
Según la misma Komari, en su libro La magia del orden en edición ilustrada, “al doblar la ropa, te caben entre dos y cuatro prendas más que si las cuelgas o apilas”.
De acuerdo con la gurú japonesa, la mejor forma de organizar una casa es por tipos de objetos y no por espacios. Y propone empezar por la ropa, luego los libros, los papeles (desde folletos, apuntes y revistas hasta documentos y manuales), para seguir con lo que ella llama komono: cocina, baño, depósitos, maquillaje, cables, CD, ‘objetos varios’. Y por último, lo que tenga valor sentimental: fotos, cartas, recuerdos, peluches...

Doblar la ropa en rectángulos permite guardarla al estilo archivo.
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Hay que organizar por categorías (ropa, libros, papeles...), no por habitaciones o lugares de la casa. Así que el primer paso es sacar todas las cosas de una categoría de cada rincón de la casa y apilarlas en un solo lugar (la cama, el piso, un salón). Como la idea es comenzar con la ropa, hay que sacarla del clóset, el armario, el otro cuarto, etc. “La gente se sorprende con la montaña de cosas que tiene, incluso encuentra prendas sin estrenar”, dice Lili Ramírez.
“El clóset u otro lugar puede estar caótico, pero la persona no se da cuenta porque se acostumbró, pero ver todas las cosas apiladas mueve a tomar la decisión de salir de muchas de ellas”, agrega Liliana Garavito.
Almacenar no es una solución para el desorden, lo que hay que hacer es descartar: elegir con cuáles cosas quedarse y cuáles no. Para hacer esa selección, la clave, según Kondo, está en conservar solo aquello que nos hace felices. Para eso recomienda tocar la prenda u objeto y sentirlo. Si no pasa nada, si nos trae un mal recuerdo, sale. Si nos proyecta un sentimiento o emoción agradables, se queda. La idea no es argumentar: “solo lo usé una vez”, “es que me lo regaló fulano”, si no sentir. Las expertas agregan: si no lo usas, no lo amas.
Kondo pide que nos despidamos y agradezcamos a esa prenda u objeto el haber estado en nuestra vida.
Done lo que descarte.
Para Marie Kondo es mejor doblar que colgar. “Al tocar tus prendas con las manos, les transmites tu energía”, predica. Su propuesta es hacer rectángulos con las prendas para luego guardarlos estilo archivo, que permite ver qué tenemos (ver vídeo). Con este método que creó, asegura, no se arruga la ropa. “Las arrugas son por presión, no por el número de pliegues. Si guardas las prendas una al lado de la otra, no se arrugan fácilmente porque no hay peso, como cuando se apilan”. Las prendas demasiado rígidas para doblarse van colgadas, como chaquetas y abrigos.
En el caso de los papeles, use solo tres carpetas: para revisar (recibos por pagar, recibos para cuentas de gastos, etc.), para guardar (contratos, pólizas) y otros (para lo demás).
NATALIA DÍAZ BROCHET
EDITORA DE EL TIEMPO
@ndiazbrochet
natdia@eltiempo.com
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