Desde el pasado 20 de marzo, en algunos lugares de Colombia se implementó la cuarentena como método para mitigar la propagación del nuevo coronavirus. Bogotá fue una de las primeras ciudades en adoptarla.
Días después, el 25 de marzo, y por decisión del Gobierno nacional, el aislamiento preventivo obligatorio se decretó para todo el territorio.
Con algunas excepciones puntuales, ya son poco más de tres meses los que completa el país con restricciones de movilidad y distanciamiento, y aunque son muchos quienes han entendido la emergencia y han respetado las medidas, hay otros que se comportan como si nada estuviera pasando.
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El primer día sin IVA, del pasado 19 de junio, y las constantes fiestas que las autoridades deben intervenir, sobre todo los fines de semana, son muestra de la falta de respeto y comprensión por la actual ‘normalidad’.
Pero, ¿a qué se debe que no respetemos la cuarentena?
Wilson López, profesor titular de la facultad de Psicología de la Universidad Javeriana, aseguró que una de las razones para que esto suceda es que, con las flexibilizaciones de la norma, “hay personas que creen que no es tan grave salir y se relajan”.
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“Sienten que ha pasado mucho tiempo de encierro y no han visto consecuencias directas en su vida, entonces creen que ya todo está bien y que nada les va a pasar”, agregó.
Cualquier cosa que leen o escuchan, y que les parece medianamente creíble, lo toman como una explicación real y la defienden. Hay personas a quienes las ‘fake news’ dan ilusión de control
Otra razón que comentó es que no ha habido “acuerdos mínimos” en la información que entregan las autoridades y la población queda sin saber en qué creer.
“El Gobierno dice una cosa, las autoridades locales dicen otra, los empresarios hablan de algo más… Eso genera confusión y no hay claridad sobre qué es lo que hay que cumplir”, sostuvo.
Una tercera razón, según López, son los contextos de cada quien: “Si la gente vive en la pobreza y en la miseria no se va a quedar encerrada, van a salir a buscar cómo sobrevivir. Prefieren salir a trabajar y arriesgarse que morirse de hambre”.
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Alexander Gotthard, economista y miembro del Laboratorio de Investigación Conductual de la Universidad Javeriana, recalcó que, definitivamente, “hay personas con necesidades y por eso se ven obligadas, por decirlo así, a incumplir la norma”.

Aglomeraciones en Soledad (Atlántico) durante el día sin IVA del 19 de junio pasado.
Vanexa Romero. EL TIEMPO
Sin embargo, también dio otras explicaciones posibles para ese comportamiento.
“Hay gente que, simplemente, es propensa a no seguir normas, ya sea por pertenecer a un círculo social en el que ve que otros rompen las reglas o porque no entienden los riesgos reales de una determinada situación, en este caso la pandemia del coronavirus”, señaló Gotthard.
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Sobre por qué hay gente que cree que el virus es mentira, el psicólogo López sostuvo que eso se debe a la ilusión de control.
“Necesitan agarrarse de algo. Cualquier cosa que leen o escuchan, y que les parece medianamente creíble, lo toman como una explicación real y la defienden. Para estas personas las ‘fake news’ dan ilusión de control: están convencidas que las antenas 5G nos van a contagiar o que Bill Gates está detrás del virus”, manifestó.
Lo primero es decirles a los políticos que peleen en todo, pero en temas de salud no: no inventen ni sean contradictorios
López dejó claro que más allá de que hay “algunos que no respetan la cuarentana, en general yo creo que los colombianos lo estamos haciendo muy bien”.
“Somos un país que está en crisis con las instituciones: no les creemos, no confiamos en ellas, pero estamos usando el tapabocas. Yo siento que nos estamos cuidando, por eso nuestras cifras de muertes, en comparación con otros países de la región, como Perú, Ecuador, Brasil, son más bajas”.
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No obstante, manifestó que no hay que bajar la guardia y hay que fortalecer la pedagogía, la cultura ciudadana y dar ejemplo.
“Lo primero es decirles a los políticos que peleen en todo, pero en temas de salud no: no inventen ni sean contradictorios. A los líderes de opinión, a los medios de comunicación, que no dejen de hacer pedagogía, pero con mensajes simples, claros de entender”.

Los expertos creen que es necesario que quienes no cumplan con la norma respondan por sus acciones, para que otros vean que es en serio.
Héctor Fabio Zamora. EL TIEMPO
Asimismo, aseveró que hay que responsabilizar a la población: “Hay que dejar claro que cuando se incumple una norma se debe responder, ya sea con una captura o una sanción económica”. Y también al Estado: “Esto es de acompañamiento, no se puede pretender que si alguien no tiene que comer no salga”.
Gotthard, por su parte, insistió en que hay que hacer que las personas interioricen las normas, “dejándoles claro que es algo básico que hay que hacer y que ayudará a todos”.
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“También funciona mucho la presión social, generar la expectativa de que si no hacen algo los demás tendrán una visión mala de uno, de que pasarán una vergüenza. Es complejo hacer esto a nivel general, pero se puede comenzar por las personas cercanas”, concluyó.
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