Cada vez más ancianos en Estados Unidos acuden al cannabis para tratar sus dolencias haciendo crecer una tendencia impulsada por su legalización en hasta ahora 29 estados. “Llegan en tropel con curiosidad e interés, buscando alivio del dolor y problemas de sueño”, explica Marta Macbeth, consultora especializada en la tercera edad en California.
Allí, la marihuana recreativa es legal desde enero y tiene el mayor mercado del país de cannabis legal. La propia Macbeth, de 63 años, usa cannabis para tratar su ciática e insomnio.
Tinturas, aerosoles, productos comestibles y tópicos como lociones y aceites son los productos más populares entre la clientela de cabellos plateados. Proporcionan alivio para una alta gama de dolencias sin tener los efectos psicotrópicos normalmente atribuidos a la droga.
Según varios estudios, la tercera edad es la franja de la población usuaria de cannabis que más crece en Estados Unidos. Si la tendencia continúa podrían superar a los más jóvenes en términos de consumo. El uso de marihuana en estadounidenses de 65 años en adelante ha subido 250 por ciento entre el 2006 y el 2013, según la encuesta nacional de uso de drogas y salud. Otro estudio determinó un incremento del 71 por ciento en el consumo entre adultos de más de 50 años, entre el 2006 y el 2016.
En California la industria proyecta que el negocio llegará a 6.500 millones de dólares para el 2020. Los expertos consideran que la gente mayor está recurriendo al cannabis para tratar dolencias como la artritis, la neuropatía, el insomnio y el dolor crónico. También para evitar los efectos secundarios asociados con los medicamentos recetados, incluidos los opiáceos. “Algunos ancianos toman 20 pastillas diferentes al día y muchas veces estas drogas tienen un impacto”, destaca Beverly Potter, autora de ‘Cannabis for Seniors’, un libro que ayuda a los ancianos a entender este nuevo mercado. Potter cree firmemente en el cannabis como alternativa a los analgésicos tradicionales y a los medicamentos para dormir.