Uno de los mayores retos del golfista es tener un swing armónico, pues este garantiza la mejor ubicación de la bola y un mejor ‘aproach’. Vea algunos consejos para que depure su técnica.
Tener el swing de Rory Mcllroy sin duda debe desvelar a muchos y requiere de años de trabajo. El primer jugador en el ranking de la Fedexcup ha logrado posicionarse por su fuerte pegada, pero además porque tiene ese movimiento que garantiza que la bola tome la dirección indicada.
En el golf, el ‘swing’ representa un movimiento complicado en el que velocidad y precisión deben ser uno solo. Todos los golfitas tanto ‘amateurs’ como profesionales trabajan incansablemente en busca de su mejor swing, pues este movimiento les garantiza “poner la bolita más lejos y mejor ubicada”.
Es tan complejo moldear un buen swing, que incluso varios especialistas del golf advierten que, de hecho, es un movimiento antinatural para el cuerpo debido a que enlaza una combinación de diferentes movimientos donde el más mínimo error o falta de coordinación pueden dañar un buen golpe.
No hay un camino expedito para llegar a tener un buen swing. Así como un futbolista mejora su técnica ensayando, pateando y practicando movimientos con el balón, cada golfista desarrolla una mecánica propia para ejecutar y mejorar su swing.
El objetivo al pulir esta técnica es lograr una coordinación del cuerpo a la hora de impactar la bola. En la medida en que se logre mayor armonía, el desempeño al jugar será cada vez mejor. Incluso, hay jugadores profesionales que a veces tienen altibajos porque están fallando en el swing y deciden retirarse de la competencia, hasta que vuelvan a sentirse cómodos con este movimiento.
Especialistas de este deporte de los 18 hoyos señalan que en el swing se comprometen cerca de 124 músculos del cuerpo. Por esa razón es necesario desarrollarlo paso a paso al comenzar a jugar.
Es clave realizar un buen calentamiento para evitar lesiones o malos movimientos que generen lesiones como espasmos. En el golf, el cuerpo tiene una memoria ‘terca’ y si se aprende mal el swing, tomará tiempo corregir las malas prácticas del movimiento. Una vez se tenga el swing ideal jamás se debe dejar de practicarlo y pulirlo, señalan los jugadores.
Sin embargo, la teoría no esconde la receta del éxito. Cada golfista aprende y desarrolla sus propios secretos. Como se dice en el golf, “el único rival es uno mismo”, de ahí la importancia del autoconocimiento del cuerpo para saber y perfeccionar sus posibilidades.
LAS CUATRO FASES DEL SWING
Los libros de golf señalan que este movimiento tiene cuatro etapas:
- La primera, conocida como ‘backswing’, que comprende la fase inicial del golpe. En este ejercicio se lleva el driver (palo que se usa para salir) hacia atrás, para coger impulso y se ubica por detrás de la cabeza.
- El segundo movimiento se denomina ‘downswing’ y consiste en el momento justo en que el palo deja de subir y empieza a bajar, cogiendo velocidad con dirección a la bola.
- Luego viene el ‘follow through’, que representa el instante inmediatamente posterior al golpeo de la bola en el que los brazos aún siguen en movimiento debido a la inercia. En este momento, no hay que forzar la detención brusca de los brazos sino que, por el contrario, estas extremidades deben ir desacelerando de manera progresiva.
- Por último está el ‘finish’, que es la parte final del golpeo. El cuerpo no puede describir más ángulo de giro y termina el movimiento con el palo por encima de la cabeza.
El especialista Marcos Sobrón explica en la página web ‘Tengolf’ ciertos tips anatómicos para entender y mejorar este complejo movimiento. “Si consideramos a la columna vertebral como el eje del giro, debemos considerar automáticamente otros puntos fundamentales: los hombros, las caderas, las rodillas, e incluso los tobillos.
Si cada punto se uniera mediante una línea imaginaria, tendríamos que las rodillas, caderas y hombros, al moverse en el giro y debido a nuestra colocación frente a la bola, generarán inevitablemente unos determinados planos secundarios y fundamentales para el swing”, apunta.
Al final del día, la clave está en perfeccionar la técnica. El entrenamiento, el conocimiento del cuerpo le permitirán ir apreciando sus avances y desarrollando un mejor potencial. No estamos seguros de que pueda llegar a tener un swing como el de Mcllroy ni su pegada intimidante, pero sin duda, pulir esta técnica mejorará con el tiempo su hándicap.
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