¿Desde hace un tiempo siente pocas ganas de mantener relaciones amorosas? ¿Percibe que a su pareja le atrae más a menudo la intimidad que a usted? ¿Se pregunta a dónde fue a parar el calor, la pasión que sentían al encontrarse y abrazarse y que ahora ha sido reemplazado por la frialdad?
Aunque ni ella ni él tengan problemas de salud, a veces las preocupaciones, el estrés, la falta de tiempo y el ritmo de vida vertiginoso y agotador, y las continuas exigencias y presiones cotidianas, pueden conspiran para que el deseo sexual disminuya en uno o ambos integrantes de la pareja, afectando su intimidad.
La buena noticia es que la libido femenina y la masculina pueden aumentarse, revitalizando la vida sexual, gracias a un aliado natural, sin receta médica, que ayuda a que nuestro cuerpo y nuestra mente estén en mejores condiciones para disfrutar del erotismo y más predispuestos a la pasión.
Para la psicóloga, coach y experta en psicoterapia Mertxe Pasamontes, la primera forma psicológica de aumentar la libido consiste en algo tan básico como es “pensar en el sexo”.
“Es difícil sentir deseo sexual si es algo a lo que no se le dedica ningún espacio en la mente. Podemos, para empezar, tratar de tener fantasías sexuales con nuestra pareja, visualizando en nuestra mente, por lo menos una vez al día, momentos de excitación y placer juntos”, sugiere Pasamontes.
Podemos, para empezar, tratar de tener fantasías sexuales con nuestra pareja, visualizando en nuestra mente, por lo menos una vez al día, momentos de excitación y placer juntos
Si imaginar nos resulta muy difícil, esta psicóloga recomienda recurrir a la literatura erótica, ya que leer este tipo de libros “nos permite tener un primer estímulo y, después, podemos dejar volar la imaginación componiendo la escena íntima del modo que sea más atractivo para nosotros”.
Pasamontes también aconseja aprender a estar presente y a disfrutar de los sentidos, entrenando lo que denomina nuestra ‘mente mindful’ (consciente), es decir, practicar el mindfulness o atención plena, “un estado de conciencia no reactivo y no prejuicioso, de aceptación y observación de la experiencia tal y como es en el momento presente”, explica.
Según esta psicóloga y terapeuta, la sexualidad tiene mucho que ver con la sensualidad y el disfrute de los sentidos, y por eso recomienda practicar la “presencia atenta”, no solo cuando queramos tener sexo, sino tratando de adquirir una mayor capacidad de estar presentes en los sabores, en los sonidos, en los aromas, en el tacto, en mirar de verdad las cosas.
Para entrenar la ‘mente mindful’ “podemos intentar tener una experiencia sensorial plena cada día, alternando entre los diferentes sentidos. Eso nos ayudará a disfrutar más de las relaciones sexuales y a quererlas tener con más frecuencia”, señala Pasamontes, autora del libro Rompe tus cadenas mentales. Y atrévete a cambiar.
Pasamontes aclara, en una de las entradas de su blog, que el tantra es una de las disciplinas orientales más conocidas para disfrutar más de la sexualidad. “Pero no es solo sexo, sino que también es sensualidad, sensorialidad”, sostiene.
Una de las vías para mejorar nuestra vida sexual, “abrirnos a nuestro sentidos y estar más en el mundo, desde el cuerpo, dejando la cabeza para otros menesteres en que es más apropiada. Permitiéndonos así una mayor conexión con la vida, con el presente, con los demás...”, puntualiza Pasamontes.
EFE
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