Cinco figuras mundiales, activistas en pro de los derechos humanos, que han casi apostado sus vidas por defender las libertades, están de visita en Colombia a instancias de la Universidad del Rosario, el diario EL TIEMPO y la Fundación Konrad Adenauer.
Se trata de causas ciudadanas como la denuncia contra la brutalidad de las acciones terroristas del Estado Islámico (EI) en Siria, la lucha contra la corrupción en Europa o el rechazo de la violación de los derechos humanos del régimen cubano, entre otras.
Los protagonistas de estas acciones son jóvenes que se han valido de formas creativas y de los medios sociales para expandir su mensaje y convertirse en la voz de quienes no son escuchados. Emprender estas causas no solo les ha significado un sacrificio personal, sino que han arriesgado su propia integridad. Algunos se encuentra amenazados en su país y otros han tenido que exiliarse por el contenido de sus denuncias.
“El activismo es un acto de rebeldía contra la indiferencia. Al cambiar tu cambias a la sociedad alrededor tuyo”, aseguró Yulia Marushevska, una mujer que se ha levantado contra la corrupción en Ucrania.
Marushevska junto a otros cuatro jóvenes que han emprendido poderosas causas activistas participarán este jueves del College Freedom Forum, un evento internacional que por primera vez se realizará en Colombia y que brinda a los estudiantes universitarios la oportunidad de reunirse cara a cara con algunos de los líderes más importantes en materia de derechos humanos del mundo.
Los asistentes al evento, que llega de la mano de EL TIEMPO, la Universidad del Rosario y la Fundación Konrad Adenauer, podrán escuchar en vivo las historias personales y experiencias en la promoción de la libertad, los derechos humanos y la lucha contra el autoritarismo.
El punto en común de las causas que serán materia objeto de debate y que ha sido el factor que más ha potenciado la lucha de estos jóvenes es la no violencia.
“Las manifestaciones no violentas son la verdadera voluntad de la gente, el poder de un Estado yace en su gente y no en sus armas”, afirmó Abdalaziz Alhamza, uno de los invitados al College Freedom Forum y quien se ha encargado de denunciar las acciones terroristas de EI en Siria. Es curioso que entre las cinco figuras invitadas a Colombia, cuatro son mujeres y muy jóvenes.
La representación femenina no es gratuita, pues han sido ellas quienes más han visto vulnerados sus derechos fundamentales y han tenido que hacer escuchar su voz. El evento se da en momentos en que Colombia se encuentra en el umbral del posconflicto y allí los jóvenes y su capacidad para movilizar grandes cambios sociales tendrán un papel protagónico. “Lo que queremos es que la prioridad de reflexión sean los jóvenes y uno de los temas que se encuentran sobre la mesa durante el posconflicto es cómo garantizar el respeto a las libertades”, manifestó el rector de la Universidad del Rosario, José Manuel Restrepo.
Para el académico, es clave que para la construcción de paz los colombianos busquen espacios donde los derechos individuales sean el tema de conversación.
“Si nosotros no somos capaces de respetar los derechos humanos es difícil que logremos construir la paz”, dijo Restrepo.
El evento se realizará en el auditorio Jockey Club, de la U. del Rosario, a las 9 a. m.
“El bolígrafo siempre será más poderoso que la pistola y las voces unidas de un pueblo que aclama libertad no podrán ser calladas”.
Así resume su filosofía Abdalaziz Alhamza, un reconocido activista que con gran éxito ha denunciado las tácticas y acciones terroristas del grupo Estado Islámico (EI).
Alhamza es cofundador y portavoz de Raqqa is Being Slaugthtered (RBSS), una agrupación que usa el periodismo ciudadano y las redes sociales para exponer cómo es la vida bajo el régimen del EI.
Cuando ese grupo terrorista invadió Raqqa, en el 2014, Alhamza huyó de Siria y desde el extranjero ayudó a formar RBSS.
Recientemente ese medio recibió del Comité para la Protección de los Periodistas el Premio Internacional a la Libertad de Prensa 2015; y de la revista Foreign Policy, el premio Global Thinkers.
Para Alhamza, el periodismo ciudadano ha resultado una pacífica y poderosa herramientas para luchar contra el Estado Islámico.
Todo su ideario se basa en el poder de la movilización ciudadana: “Cuando se comienza la pelea pensando que ya está perdida se acalla cualquier tipo de disidencia y activismo”.
La lucha de la abogada estadounidense Kimberley Motley ha sido en favor de la protección de los derechos individuales de las mujeres.
Esta exreina de belleza y experta en asuntos mercantiles y penales fue la primera y única extranjera en litigar casos en tribunales penales y civiles en Afganistán. Ha trabajado en Emiratos Árabes Unidos, Ghana, Uganda y Estados Unidos.
“Demasiadas personas no tienen la misma oportunidad de luchar por sí mismas y los que podemos defenderlos, nos debemos a ellos”, es el mensaje de esta activista.
Para ella, las leyes no solo deben ser justas sino inclusivas y deben representar a “una sociedad multicultural”. Pero también deben ser aplicadas en rigor sobre todo a aquellos que incurran en actos de corrupción.
Motley es clara en definir a los jóvenes como los constructores del futuro, pues “está sobre sus hombros la responsabilidad de edificar y construir un estado de paz”.
“Los eventos que ocurren en Colombia no solo afectan a los colombianos. Eso es algo de lo cual la sociedad a nivel mundial debe hacer parte”, afirmó la norteamericana.
Policías dando fuertes golpizas a manifestantes, heridos que llegan en muy mal estado a los hospitales, barricadas y fuertes disturbios son el trasfondo del video Soy ucraniana.
La protagonista y rostro de esta pieza es Yulia Marushevska, una activista ucraniana y exservidora pública, quien ganó notoriedad por la fuerte denuncia que hizo en este material audiovisual.
El video, publicado en febrero del 2014, explica cómo la corrupción, los sobornos, las elecciones fraudulentas y una prensa asfixiada derivaron en las protestas conocidas como Euromaidán, que llevaron a la salida del entonces presidente Ucrania Víktor Yanukóvich.
Marushevska ha llevado desde esa época la bandera anticorrupción como una consiga personal, lo cual le ha valido persecuciones por parte del Gobierno de su país.
“En mi situación personal soy perseguida por el Estado y las mafias de la corrupción que he expuesto con la causa que emprendí desde hace años, pero sé que si paro mi activismo, el sistema no va a cambiar, continuar es mi única opción para poder hacer algo por mí y por otros”, le confesó la joven activista a EL TIEMPO.
Rosa María Payá se ha destacado por trabajar en favor de la democracia en Cuba, un país que durante décadas ha sido manejado por el régimen de los Castro, donde las libertades personales son restringidas.
Es por eso que Payá lidera la campaña Cuba Decide, con la que pretende realizar un plebiscito con el fin de hacer una transición pacífica hacia la democracia.
“La política no es exclusivamente partidista y la incidencia social va más allá de las instituciones del Estado, el mundo está por conquistar”, afirmó la activista.
Luego del fallecimiento de su padre, en 2012, esta joven alzó su voz de protesta en contra del régimen de los Castro y desde entonces ha luchado por el restablecimiento de la democracia.
Hoy también preside la Red Latinoamericana de jóvenes por la Democracia, una institución que defiende el Estado de derecho y la preservación de las instituciones democráticas.
Para ella el activismo “se trata de proteger y en muchos casos rescatar el único escenario que provee las garantías para la búsqueda de la felicidad para nosotros”, afirmó.
La lucha contra las drogas se ha vuelto una problemática mundial a la que los Estados han respondido sobre todo con un enfoque criminal.
Pero es precisamente contra este método que lucha Lisa Sánchez, coordinadora del programa Transform Drug Policy Foundation para América Latina. Para ella, lo que se debe hacer es consolidar políticas públicas que despenalicen las drogas.
Esta medida mejoraría la salud pública, la violencia, la corrupción y el crimen organizado que gira al rededor de este flagelo.
De acuerdo con Sánchez, en la lucha contra las drogas no ha primado la salud pública sino los “intereses personales” de quienes se ven involucrados en esta actividad.
Para la activista, los esfuerzos que se hacen actualmente en la materia son inválidos, pues “gestionan todo menos el fenómeno de las drogas”.
“Hoy en día las acciones de nuestros gobiernos le ponen poca atención a la salud de los individuos pese a que la principal justificación de las cruzadas contra las drogas es la salud”, afirmó la activista. Sánchez trabajó como directora de programa de la Comisión Interamericana para el Control del abuso de Drogas de la OEA, por lo que ha dedicado gran parte de su vida a este tema.
REDACCIÓN POLÍTICA
@PoliticaET