Katia Miranda las pintó en sus cuadros. Francesa Miranda estampó algunos cuadros de la artista en sus telas. Y las tejedoras de la población de Los Límites las tejieron para la diseñadora. Las bolsas plásticas inspiraron y entrelazaron el trabajo de estas mujeres desde sus distintos quehaceres con un mismo fin: concientizar a la gente del problema que generan para el medio ambiente y promover su no uso.
El resultado de este trabajo se presentó el miércoles en la noche en el Hotel El Prado de Barranquilla con la exposición ‘Atracción fatal: las bolsas y la era de plástico’, de la artista, y un desfile de la diseñadora con su colección Entrelíneas, que acompañó con las ecomochilas de las tejedoras.
“En las tiendas te dan muchas bolsas plásticas, que son de rayas azules, amarillas o rojas con blanco. En eso nos inspiramos. Yo trabajo con artesanos desde el 2002 y me fascinó lo que hacen las tejedoras: recolectan las bolsas y con ellas hacen hilos para tejer las mochilas. En una sola se pueden usar hasta 300 bolsas”, comenta la diseñadora.
Este trabajo de reciclaje de bolsas es una iniciativa de la Fundación Proyecto Tití que busca proteger al mono cabeciblanco, patrimonio natural del Caribe colombiano. Enseñarles a las mujeres de la región la tejeduría con las bolsas es una forma de generarles ingresos y una actividad para que no cacen al mono y evitar su extinción.
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