Celebro que existan en Bogotá lugares como este del que les voy a hablar: Mistral.
Lo celebro, sobre todo, porque se trata de lugares que le dan vida a la ciudad, que promueven la conversación, que constituyen espacios para el encuentro de los vecinos y puntos de reunión para los que saben que las ideas fluyen más fácilmente en un buen café o en una buena panadería que en una fría oficina.
Y ahora que lo digo caigo en la cuenta de que un buen café debe ofrecer –y ojalá producir– panes diversos, bien logrados, memorables.
Y una buena panadería debe preocuparse no solo por los productos que salen del horno, sino también por las bebidas que los acompañan y el lugar en donde pueden probarse.
Y se concluye fácilmente, entonces, que puede ser muy afortunada la combinación de un café y una panadería. Un buen café y una buena panadería… y eso es, exactamente, Mistral.
Porque allí se consiguen, al mismo tiempo, panes de chocolate preparados con todas las de la ley –la ley francesa, por supuesto–; una ciabatta que cuando cruza el salón interior de Mistral para recorrer en una bandeja el camino entre el horno y la estantería despierta todos los antojos; un pan campesino que satisface casi todos los gustos, pues puede llegar con aceitunas, con nueces, con arándanos, con tocineta, con tomates secos, con queso Paipa… Y tartaletas y éclairs y croissants y muffins.
Y se bebe un café con carácter y chocolate caliente como el de los abuelos y jugos de verdad, en una época en la que casi todos prefieren los de caja: y de eso hablaremos pronto. Muy pronto.
Y uno supone que en un sitio que ofrece buenos panes y buen café se puede desayunar bien: no les falta razón.
Y valga decir que la carta de huevos está muy bien lograda. Los hay fritos, revueltos o cocotte, muy bien preparados, y lo mejor es caer en la tentación de adiciones como la burrata de búfala, el jamón artesanal o el queso de cabra.
Pero Mistral tiene vida más allá del desayuno, con una carta de sándwiches y ensaladas inspirada en las de los cafés parisinos, una hamburguesa que tiene como gran atractivo el chutney de remolacha que la acompaña y sopas con combinaciones ganadoras como zucchini y cilantro o zanahoria y jengibre.
Mistral. Calle 57 n.° 4-09, Bogotá. Teléfono 631-5371.
SANCHO
Crítico gastronómico
elcalderodesancho@yahoo.com.co