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Gastronomía

Para alborotar la nostalgia / El Caldero

Sucede en el arte y sucede en la cocina: cada tanto parece indispensable mirar atrás.

Sus creadores lo explican con un entusiasmo que contagia: ante la avalancha de propuestas gastronómicas de mundos lejanos o que están basadas en complejos procesos técnicos y de laboratorio, la idea de volver a las raíces les resultaba original y refrescante: por paradójico que suene.
Sucede en el arte y sucede en la cocina: cada tanto parece indispensable mirar atrás, revisar las tradiciones, recuperar aquellos valores que les dieron identidad a una nación, a una región, a una familia. Volver a sentir esos aromas que pasaron a formar parte del ADN.
Viajar a la niñez a través de esos sabores que siempre despertarán emoción.
Por eso se llama Legado el restaurante al que me refiero: “aquello que se deja o transmite a los sucesores”.
Por eso la carta de Legado es ecléctica: porque más allá de definir el estilo culinario de un lugar, reúne esa suma de sabores que le dieron forma a la tradición de una familia de inmigrantes que trajo la esencia de la cocina del Oriente Próximo y del Mediterráneo, pero que la adecuó a los ingredientes que encontró en Colombia, y que poco a poco la fue fusionando con el recetario nacional.
Por eso, en la carta de Legado aparecen al mismo tiempo las empanadas de la abuela Margo y el risotto de setas, la crema de champiñones y el sándwich de jamón ahumado de pavo y queso brie, la pasta larga con albóndigas en salsa y la pechuga de pollo al limón.
Comida casera, sin duda. Aunque, claro está, comida de una casa en la que se rendía culto a la buena cocina.
No a la sofisticación, sino a la variedad, al cuidado de los ingredientes, a los términos precisos, a esos acompañamientos que a veces resultaban más emocionantes que el plato principal.
Comida que emociona a los niños, como los deditos de pollo apanados con coco. Que les da sosiego a los viejos, como la sopa de verduras. Que les permite celebrar a los jóvenes, como la hamburguesa de res al carbón.
Que pone a recordar a los adultos, como el churrasco encebollado con puré de papa. Que despierta la curiosidad de los vecinos, como los chicharroncitos de pollo con guacamole.
Que les da tranquilidad a los que han entrado en la onda vegetariana, como los ravioli de queso salteados con tomates secos y corazones de alcachofa… comida que logra alborotar la nostalgia.
¿Dónde y cuándo?
Legado, calle 70 n.° 6-37, Bogotá. Teléfono (1) 6318985.
SANCHO
Crítico gastronómico
elcalderodesancho@yahoo.com.co
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