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Gastronomía

Caleña que ganó en Master Chef Latino estuvo a punto de no concursar

Lauren Arboleda ganó el reality después de superar muchos retos de cocina en los que la creatividad jugó a su favor.

Lauren Arboleda ganó el reality después de superar muchos retos de cocina en los que la creatividad jugó a su favor.

Foto:Cortesía Master Chef

Lauren Arboleda, de 28 años, estuvo a punto de aplazar el sueño de participar.

El día en que la llamaron para avisarle que estaba a punto de entrar como participante en Master Chef Latino, la colombiana Lauren Arboleda, de 28 años, apenas estaba celebrando la noticia de que estaba embarazada por segunda vez. Confiesa que lloró pensando que tal vez no podría concursar.
Sin embargo, siguió adelante y en la noche del domingo pasado,, ya en sus últimas semanas de embarazo, la audiencia latina estadounidense la vio competir en la final y ganarse el Master Chef Latino.
Arboleda habló con EL TIEMPO sobre su camino hasta este triunfo.
“Siempre me gustó la cocina y la comida –dijo sobre sus comienzos–. Viviendo en Colombia tenía acceso a muchas cocinas y naturaleza. Mi familia es paisa, todos se reunían a cocinar. Las vacaciones en la finca me acercaban a los alimentos. Crecí así. Al graduarme del colegio, en Cali, quise estudiar cocina, pero mi papá dijo que eso era más un hobbie. Entonces tomé un año libre para leer, investigar, hacer cursitos. 
¿Qué carrera hizo?
Estudié mercadeo. Pero, viviendo sola en Estados Unidos cocinaba mucho, me reunía con mi grupo de amigos colombianos y les cocinaba. Entonces quise mezclar lo que aprendí en mercadeo y lo que me gustaba de la cocina. Así nació mi marca: Foods From The Heart (Cocina del Corazón). Van a ser seis o siete años de eso. Ofrecemos servicios que la gente pide: clases de cocina, personal chef. Ese trabajo se transformó después en un blog.
También, un libro...
Estaba recién casada y llegó mi primer hijo. A raíz del embarazo empecé a escribir. Era una mamá joven y a veces me sentía perdida con el tema de la alimentación y el proceso. No encontraba respuestas a las inquietudes que tenía y empecé un libro que lancé de forma independiente: Pregnancy From The Heart (Embarazo de corazón). Seguía haciendo todo al oído de lo que me pedía la gente, buscando alternativas sobre comida. Porque me certifiqué como coach en nutrición. 
¿Cómo llegó el Master Chef Latino?
No recuerdo si fue por Instagram. Mi esposo me dijo que estaban las audiciones y que debería presentarme. Llené el formulario, me llamaron, pasé varias rondas. Avanzaba sin creérmelo. Al principio estaba ahí por no dejar de hacerlo. Cuando me hicieron la última llamada: “Tienes que venir porque vamos a hacer las últimas audiciones”, me acababa de enterar de que estaba embarazada otra vez. Pensé: “Tendré que decir ‘Gracias, pero no voy a poder’ ”, Pero me respondieron: “Si te sientes bien y quieres hacerlo, hazlo”.
Cuando me dijeron: “Felicitaciones, pasaste”, yo lloraba. Pensaba: “No puedo ir, tengo a mi hijo de tres años, estoy embarazada, se me juntó todo”. Por eso no me emocioné al principio. Pero, al final dije: “Voy a vivir día por día la competencia”.
El domingo 11 de agosto, en el que se transmitió la final del programa, Arboleda calculaba que le quedaban unas dos semanas para tener a su bebé.

El domingo 11 de agosto, en el que se transmitió la final del programa, Arboleda calculaba que le quedaban unas dos semanas para tener a su bebé.

Foto:FOTO: Alonso Chiesa @storiafotos

¿Cómo fue la competencia?
Creo que fue un proceso personal. Sacar los miedos y los límites que uno se pone como mujer y como mamá. Pensaba en la familia, la lonchera del niño. Pero mi sueño era mostrar lo que hacía.
Mantuve mi línea de trabajar más vegetales, cocina más natural, mostrar cómo se podía mezclar la idea de ser más conscientes con los sabores de la abuelita. Le metí el sabor colombiano por todas partes. Utilicé guayaba, tamarindo, chontaduro, panela.
Al principio no era de las mejores, no salía adelante en las primeras pruebas, no me felicitaban. Pero estaba interiorizando lo que me explicaban. Cómo tenía que emplatar, porque soy cocinera de mi casa, del día a día, de mamá que le cocina a su familia. Me empezó a ir bien cuando les mostré a los jueces mi lado creativo, que sale cuando cocino con lo que tengo en la nevera. Veo qué hay y se me ocurren cosas. Salía con cosas que los demás no pensaban. 
¿Y el embarazo se sintió durante las grabaciones?
Pensé que iba a ser limitante. Pero ese temor se me olvidaba ante las ganas de estar ahí y darlo todo. El programa al aire duró 13 semanas y se grabó en dos meses y un poquito. La final se transmitió apenas este fin de semana.
¿En qué momento sintió que empezaba a ganar?
La primera vez fue cuando la ganadora de un reto me escogió como la capitana de un grupo. El reto era hacer postres saludables para niños. Lo que hago todos los días para mi hijo y las mamás con las que trabajo. Me fue bien. Ganamos. Niños y jueces quedaron contentos. De ahí en adelante siempre me escogieron para liderar grupos. Fue cuando mostré que podía dar más.
Hubo otro reto de eliminación. Había que cocinar un pollo frito, y yo siempre busco el lado saludable. He sido vegetariana y vegana, ahora no, pero hacía 15 años que no probaba un pollo frito, así que nunca había freído nada, ni en Master Chef ni en mi casa. Dije: “O no lo hago porque no tengo ni idea o me toca ingeniármelas”. Entonces se me ocurrió empanizar el pollo con quinua, hacer una miel mostaza con panela y salsa ranch a base de yogurt griego y el pollo que me pidieron sin dejar mi línea saludable. Impresionó a los jueces. Fue a mitad del reality.

Entonces ha sido lindo mostrar que las mujeres sí podemos ser fuertes, cumplir un sueño y a la vez ser mamás.

¿Cómo fue la final?
Dura, eran tres finalistas. Fui la última en entrar. Tenía nervios, pero llevaron a mi familia, los trajeron a todos desde Colombia: hermanos, padres, hijos y esposo. Preparé los platos pensando en ellos. Pidieron un menú de autor. Hice una entrada que me gustaba de chiquita: maicitos desgranados en forma gourmet, con foie gras y jalapeños asados al fuego. El plato fuerte fueron ñoquis de yuca con salsa de chontaduro en conserva, leche y miel. Los finalistas fuimos un mexicano, un venezolano y yo. Ellos dos hicieron soufle de chocolate de postre, yo hice otra cosa. Creo que me benefició.
¿Qué lección le queda?
Por un lado, vi cómo las personas responden ante el trabajo que haces. Siento que se ha motivado a la gente a comer un poquito mejor. Mis recetas son algo que todo el mundo puede cocinar. Uno no debe privarse de las cosas que come, sino hacerlas mejor. Esto ha sido una plataforma. Lo mío es proponer un estilo de vida consciente con el planeta y emocionalmente, cosas como educar a los niños con paciencia, con respeto. Entonces ha sido lindo mostrar que las mujeres sí podemos ser fuertes, cumplir un sueño y a la vez ser mamás.
LILIANA MARTÍNEZ POLO
REDACCIÓN DE CULTURA
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