Frescos filetes de tilapia, róbalo o salmón reposan sobre una cama de hielo en una extensa barra. Nunca son los mismos. El Fish & Meat Market del restaurante The Market, en el hotel JW Marriott de Bogotá, los sábados, ciñe su oferta de pescado a lo que llega en el día, que puede ser mojarra y luego corvina.
En otro segmento sobresalen los frutos de mar: camarones, mejillones, scallops o pulpos. La exposición, junto a diferentes adicionales, hace pensar en ceviches diversos que resulten de combinar salsas, tipos de cebolla, pescados, mariscos y complementos.
El comensal elige qué quiere en su plato. El equipo de cocina puede sugerir, pero en principio interpreta los deseos del cliente. Es esta opción y su carácter de bufet ilimitado el atractivo de esta oferta de The Market.
“La propuesta comenzó hace cinco meses, solo como fish market”, explica Juan Espinosa, director de alimentos y bebidas.
“Queríamos dar una opción de pescados y mariscos en Bogotá. Había pocos lugares bajo el concepto de market: ármelo usted mismo”, agrega Espinosa.
La barra está lista desde el mediodía. Primero se ven las opciones de ensaladas y los filetes o pescados completos. Elegido este último, un amable cocinero pregunta si se quiere a la plancha, a la parrilla o frito.
“Alguien podría pedir un pulpo con páprika al estilo gallego y se le prepara así”, añade el vocero.
En seguida, la línea ofrece los mariscos, el equipo de cocina acompaña en cada paso y terminada la selección, los visitantes pueden sentarse, elegir entre cuatro opciones de jarras para cinco personas y esperar su pedido en la mesa.
La experiencia está diseñada para dedicarle la tarde entera al placer de comer, sin afanes. Vale de 59.000 a 79.000 pesos, según las bebidas y el ambiente es el de un brunch que se da por terminado a las 4 p. m. Además, se pueden pedir pizzas de mariscos hechas en horno de piedra o pasar a la barra de carnes y parrilla, que tiene la misma dinámica.
La parte de carnes es la adición más reciente en esta oferta. Se elige el tipo y el término de cocción, así como las guarniciones. “Mantenemos la idea de que el artista es el visitante –dice Espinosa–. Decide qué va en su plato y el límite son sus gustos e imaginación”. Por inesperadas que sean las combinaciones elegidas, la barra está dispuesta con ingredientes que combinan. Se reitera que es una oferta sabatina. Los domingos, The Market tiene brunch con carta y sin mariscos.
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