En un tiempo realmente vibrante para el género de lo fantástico y de la ciencia ficción dentro de las producciones de la ‘Peak TV’ –como se llama el actual período de alta calidad en la producción de series y películas para canales de ‘streaming’–, no es una sorpresa que la última premiación de los Emmy a la mejor serie dramática, por ejemplo, haya caído en las manos de ‘The Handmaid’s’ Tale: una historia ambientada en un futuro alternativo y totalitario, y que sigue la marca de, por ejemplo, la novela 1984 y su canon acerca de sociedades sin espacio para la libertad individual.
Súmele el aporte y premios en los Emmy de ‘Black Mirror’ y su mirada también distópica y pesimista sobre el presente altamente tecnologizado que vivimos, y el caldo de cultivo está listo para hacer surgir otras series en la misma órbita.
Dioses entre nosotrosNo es un accidente que algunas de las series más interesantes que pueden servir para sobrellevar la ausencia de ‘Game of Thrones' también se basen en piezas literarias.
Esta búsqueda de ideas por los ‘showrunners’ de la actual TV en las canteras de libros y autores muy originales, más allá de la esfera de influencia de George R. R. Martin, tiene su reflejo en ‘American Gods’, que se puede ver en Amazon Prime.
Basada en la novela de Neil Gaiman, un cultor del género de la fantasía que ha demostrado su valía en la novela gráfica ‘Sandman’, relata la historia de una batalla celestial pero con los pies en la Tierra. Una de las gracias de Neil Gaiman, que los creadores de esta producción han sabido interpretar al pie de la letra, es que impone un punto de vista a escala humana para fenómenos divinos y sobrenaturales. Quizás no sea el realismo mágico de Latinoamérica, pero sí se trata de una nueva fantasía que analiza y pone en la palestra el revisionismo del sueño americano en clave “fantástica”, pero no por eso menos inteligente.
La historia es simple: un exconvicto, Shadow Moon (Ricky Whittle), encara su nueva vida después de salir de prisión y de encontrarse con que su adorada mujer ha muerto en un accidente de auto junto a su mejor amigo. Sin rumbo y sin esperanzas, es contratado como “guardaespaldas” por el misterioso Mr. Wednesday (un extraordinario Ian McShane, ‘Piratas del Caribe’), cuya misión es reclutar a dioses mitológicos que antaño llegaron a América y hoy viven lejos del poder de antes porque la gente ya no cree en ellos.
Mr. Wednesday, escoltado por este “humano” que es el protagonista y testigo incrédulo del mundo sobrenatural que se le asomará, quiere reunir a los viejos dioses para encarar a los nuevos que han surgido en América y crecen con fuerza desde el poder de las nuevas tecnologías como internet, los nuevos medios y la feroz tecnología que se come, paso a paso, las antiguas y clásicas tradiciones.
‘American Gods’ avanza impresionantemente bien episodio a episodio y durante los nueve capítulos de su primera temporada, que cuenta con las actuaciones de talentos como Gillian Anderson, sabe balancear esa dosis de realidad necesaria para hacer creer y hacer llegar la fantasía como algo verdadero a los espectadores. Todo un acierto; se trata de una producción original en sus preceptos que ya tiene confirmada una segunda temporada para el próximo año.
‘Philip K. Dick's Electric Dreams’ se llama la antología de diez episodios que acaba de estrenar Channel 4, de la TV británica (que se puede ver en el servicio ‘on demand’ de la señal y pronto en Amazon Prime), y que resulta un bálsamo para olvidar que uno es viudo/a de ‘Game of Thrones’.
El Philip K. Dick al que alude el título es el autor de ciencia ficción de culto que inventó las historias que inspiraron filmes clásicos como ‘Blade Runner’ (1982) –basada en el libro ‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?’– y ‘El vengador del futuro’, otra aventura de ciencia ficción.
Narrador estadounidense clave en la literatura del siglo XX, Philip K. Dick es el homenaje de esta serie con capítulos unitarios y cuyas historias se basan, cada una, en afiebrados relatos salidos de su imaginación y que comparten una visión pesimista del futuro, originales estructuras narrativas y, lo más notorio, un halo de viva paranoia que refleja lo que fue la vida creativa de este artista perseguido por enemigos imaginarios y conspiraciones inexistentes, pero armadas con precisa arquitectura en su cabeza y, por supuesto, en sus textos y escritos.
El primer capítulo lleva por título ‘The Hood Maker’ (‘El fabricante de capuchas’) y está protagonizado por Richard Madden (Robb Stark en ‘Game of Thrones’) y se trata de una redonda historia estilo policial que tiene, en la forma y en el fondo, resonancias de ‘Blade Runner’. Richard Madden, con el ‘look’ de Rick Decark, el personaje de Harrison Ford en la ‘Blade Runner’ original, es un investigador que trabaja con una telépata llamada Honor (Holliday Grainger) en las rutinas de un mundo posapocalíptico. Y los demás episodios también prometen porque estarán actores de la talla de Bryan Carston (‘Breaking Bad’) y directores que han movido ejércitos en ‘Game of Thrones’, como Alan Taylor.
No es que todo empiece y termine en los Siete Reinos creados por George R. R. Martin, pero en algo ayuda saber que las huestes de esas guerras siguen vivas en otras series como estas.
ERNESTO GARRAT VIÑES
EL MERCURIO (Chile) - GDA@ernestogarratt