Muy lejos estaba Juan Carlos Coronel de pensar, de siquiera intuir, que su entrevista con Darío Gómez para su programa 'Coronel en su laberinto', que se estrenó el 31 de julio en Señal Colombia (y que va los domingos a las 8:30 p. m.), iba a ser un homenaje póstumo para su amigo.
Y aunque el orden de las entrevistas a emitir aún no estaba definido la semana pasada, empezó con la de Darío Gómez, en un programa bello y emotivo con el ‘Rey del Despecho’.
“Dentro de dos semanas nos íbamos a ver en Medellín para meternos en el estudio y ponerles voz a dos canciones, una de ellas La innombrable, que yo escribí inspirado en una historia que me contó sobre las tres mujeres que pasaron por su vida. La de esta composición fue su segunda mujer, pero es innombrable porque, como me dijo Darío, ella ‘tiene una vida’ y es un pacto que acordaron”, dijo Coronel hace unos días.
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Esta propuesta de Coronel tiene razón de ser porque, como dice, quería mostrar otras cosas de sus colegas, otras sensaciones.
A lo largo del camino musical han conversado en la vida, se han encontrado en conciertos, se han alabado sus carreras. Pero él sentó a sus colegas para hablar de todo, tomar posesión de sus casas y hasta abrirles la nevera para saber qué había.
En Coronel en su laberinto el cartagenero entrevistó, además del ‘Rey del Despecho’, a Silvio Brito, Walter Silva, Maía, Gabriel Romero, José Alberto el Canario, José Luis Rodríguez el Puma, Sergio Vargas y Óscar D’León. Cuenta que la relación con buena parte de sus colegas ha sido cercana, pero “esta experiencia me permitió desbocarme y sentir, desde su piel, las mismas frustraciones y aspiraciones que tenemos. Hasta definir cómo visita la musa a cada uno”, cuenta.
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Lo del nombre del programa, agrega Coronel, más allá del título de la novela de los últimos días de Simón Bolívar de Gabriel García Márquez, salió de “ver que, de algún modo, todos nos confrontamos. Y también, que tenemos días distintos, varias formas de disipar nuestras dudas, pero todo desde el corazón de un artista y por los laberintos que andamos”, agrega.
Coronel (Cartagena, 11 de julio de 1965) consiguió personalmente todas las entrevistas. Quería que fuera su voz la que les pidiera estar en este programa.
Y ya con ellos, alejado de un lanzamiento musical, o de una entrevista por un concierto, empezaron a hablar de sus dinámicas, especialmente del hecho de haberse convertido en artistas y encontrar, para seguir su camino, a personas que entendieran su sensibilidad.
“Con Walter Silva siempre hemos tenido una amistad muy bonita, aunque no nos frecuentamos. Me abrió las puertas de su casa en Villavicencio, con su esposa y sus hijos, y su vida ligada al Llano. Fue un encuentro caribe y llanero, lleno de soles y atardeceres”, agrega Coronel.
Para hablar con Silvio Brito eligió la plaza Alfonso López, en Valledupar, y entendió cómo se labra un destino sonoro cuando Brito le contó que fue agricultor y luego hizo su carrera vallenata a punta de sembrar semillas sonoras que han dado sus frutos.
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Los laberintos de Maía tienen al Caribe como eje. Una de las artistas con mejor voz en el país ha tenido que batallar mucho para mantenerse. “Pero siempre aparece su espíritu festivo, porque habla de las salidas de esos laberintos”, y con Gabriel ‘Rumba’ Romero también hay un gran sentido caribe. Nacido en Sabanagrande, Atlántico, hace 77 años, tiene mucho que hablar de la cumbia, no en vano le dicen el ‘Cumbiambero mayor’.
Coronel, tras la escogencia de los artistas nacionales que quería tener el programa, pasó a los extranjeros. En Miami estuvo diez días para hablar con Óscar D’León y hasta cantaron juntos Llorarás, con el cartagenero tocando el bajo. Conversaron del covid, de Venezuela, donde nació el Faraón de la salsa, y de sus vidas que caminan en la música.
En la misma ciudad se reunió con José Luis Rodríguez ‘el Puma’, que habló de su regreso a la vida y a la música luego de su trasplante pulmonar. “Y con ‘el Canario’ hice un recorrido por la historia de una época de gloria de la salsa, porque su casa está llena de discos de oro y de premios. Este hombre no desaprovechó ninguna oportunidad para llegar al éxito y ahí sigue”, cuenta.
El Rey del merengue, Wilfrido Vargas, contó que cuando empezó su carrera, su país atravesaba un duro momento político y cómo, con mucho trabajo, adecuando un género como el merengue a otras formas, logró labrarse un nombre y darle un sello a su propuesta.
Tan productivo fue Coronel en su laberinto, que el cartagenero hizo un disco con varias canciones de su autoría, con un gran sentir cartagenero, de Getsemaní, el barrio donde creció y donde está la historia y la tradición de su ciudad.
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