Alguien aparece muerto en un camarote del tren de lujo que partió de Estambul y se dirige hacia el occidente europeo en plena temporada invernal a finales de los pavorosos años 30. Sus trece pasajeros a bordo son sospechosos de haber acuchillado a un prestante hombre de negocios de antecedentes mafiosos. Cuando se encuentran aislados debido al descarrilamiento producido por una avalancha, el famoso detective belga Hércules Poirot –en uso de su período vacacional– deberá desentrañar al victimario y las causas de semejante crimen para no repetir el bochornoso episodio.
Excepto algunas locaciones antiguas en la isla de Malta, con el apoyo de telones de fondo se reconstruyeron a escala cuatro vagones, una locomotora y la montaña artificial de nieve para enmarcar a sus pasajeros atrapados en una trampa mortal. Con la técnica garantizada de los estudios londinenses, y más allá de la nostalgia de una nueva recreación del género de misterio, obliga a revisar la escritura inteligente no pocas veces cáustica de la señora Agatha Christie.
El legendario detective, creado por tan fértil imaginación, tendrá que resolver el enigma del atroz homicidio en ese ferrocarril varado con bastantes implicados. Entre ellos: viuda cazamaridos y viajera empedernida, vieja princesa rusa de soberbia presencia, misionera española de tipo lúgubre, profesor presuntamente austriaco de ideología nazi y enigmática bailarina húngara drogadicta. La víctima, un gánster paranoico y fanfarrón, con anterioridad había recibido cartas o mensajes amenazantes.
Dama comendadora del imperio británico, la Christie escribió 66 novelas criminales y algunas piezas teatrales como ‘La ratonera’. Todos los temas o apelativos del género le fueron familiares, con énfasis en intrigas de personajes y tensiones dramáticas envueltas por dilemas morales. Arqueóloga experimentada y surfista pionera, enfermera y boticaria experta en venenos, fue autora de tramas excitantes tras el esclarecimiento de algún homicidio en el que los lectores-espectadores participan de sus progresivas soluciones.
Fascinada por las enseñanzas literarias de sus coterráneos Dickens y Conan Doyle, sus héroes protagónicos como Poirot y la señorita Marple siguen las huellas de Sherlock Holmes y juegan con el suspenso ideado por Hitchcock. Siendo una de sus novelas magistrales, publicada en vísperas de la segunda conflagración mundial, su anterior versión cinematográfica con igual desfile de estrellas fue dirigida en 1974 por el maestro estadounidense Sidney Lumet.
La tipología del afamado sabueso fue hecha a la medida de su época: observador implacable, perfeccionista y quisquilloso, mostacho llamativo y atuendo anacrónico. Al ser tan popular el “viejo zorro”, varias veces parodiado o remedado, esta vez fue asumido con propiedad por el veterano director irlandés Kenneth Branagh.
MAURICIO LAURENS
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