Cuando Rami Malek colgó el teléfono se sentía obnubilado. Han pasado casi tres años desde que uno de los productores de la película le dijo, al otro lado de la línea: “¡You’re Freddie Mercury!” (“¡Eres Freddie Mercury!”).
El actor de sonrisa tímida y enormes ojos claros, reservado con su vida personal y crítico agudo de su propio trabajo, era el elegido para protagonizar el filme biográfico del vocalista de Queen, uno de los artistas más carismáticos y relevantes de la historia de la música.
“Cuando piensas en Freddie es lo más cercano que tienes a un superhéroe real”, cuenta Malek en una videoconferencia con medios latinoamericanos, entre los que se encontraba EL TIEMPO. El actor conversó acerca de su personaje en 'Bohemian Rhapsody', que llega a los cines del país este jueves primero de noviembre.

De izq. a der., Ben Hardy como Roger Taylor; Gwilym Lee como Brian May; Joseph Mazzello como John Deacon y Rami Malek como Freddie Mercury.
Fox
De padres egipcios, Malek (Los Ángeles, 1981) estudió actuación y bellas artes, y tuvo su primera aparición en la pantalla en el 2004, en la serie 'Gilmore Girls', y dos años más tarde en la primera entrega de la película 'Una noche en el museo'. Tras algunos pasos en falso al aceptar roles en producciones duramente criticadas, empacó y se fue durante un año para Argentina, donde “descubrí que realmente esto es lo que quería hacer. Al volver me ofrecieron papeles estupendos, siendo el de Freddie Mercury el más importante de mi carrera”.
El ganador del premio Emmy al mejor actor en el 2016, gracias al que había sido hasta ahora su papel de mayor reconocimiento –como el 'hacker' Elliot Alderson en la serie 'Mr. Robot'– reveló en la charla con la prensa detalles de su relación con Queen, lo que descubrió de Freddie Mercury y la felicidad que siente al perpetuar el legado de esta leyenda de la música, ahora en el cine.
“Estoy bajo presión”, dijo, en tono de burla y parafraseando la célebre canción que hicieron Queen y David Bowie, cuando un periodista le pidió que definiera esta película en tres únicas palabras.
¿Ha sido difícil dejar de lado a Freddie Mercury?
No es que haya sido difícil, simplemente no quiero dejarlo ir. Aprendí muchísimo de él, espero que su espíritu me acompañe siempre.
¿Cuál fue la mayor dificultad al interpretar al vocalista de Queen?
Creo que el principal obstáculo es que cada uno tiene su propia idea de quién es Freddie Mercury. Todos hemos sido tocados por él y eso me incluye.
Lo más difícil fue intentar calcular lo que él representa para mucha gente. Fue muy duro acceder a su humanidad, representar las luchas que tuvo desde su juventud para hallarse, los conflictos que enfrentó.
Hablando de la parte física del personaje, ¿qué fue lo más incómodo?
Todos los días tenía una sesión para seleccionar la ropa que usaría. Era muy divertido tener una pinta de los años 70 y 80.
Lo prótesis dental fue algo muy difícil de manejar al principio, pero al final ya me sentía desnudo sin ella (risas).
¿Cuáles son los aspectos más impactantes de la película?
Creo que el catálogo de canciones es impresionante. La banda creó obras de arte atemporales y que seguimos escuchando hasta hoy.
En el caso de Freddie, enfrentó muchos desafíos y maltratos desde que era niño. Farrokh Bulsara (nombre de pila de Mercury) era un inmigrante, luchando por salir adelante, encontrando su identidad sexual en esa época, en Inglaterra.
Creo que su mayor cualidad fue salir y ser como era delante de miles de personas. Su vida entera es un testamento de resiliencia, fortaleza, perseverancia, haciendo exactamente lo que quería, sin importar lo que dijeran los demás.
Si tuviera la posibilidad de hablar cinco minutos con Freddie Mercury, ¿qué le diría?
¿Cinco minutos? No sé qué haría. Es muy poco tiempo y tengo tal cantidad de preguntas que hacerle que hubiera preferido sentarme y escucharlo. No hubiera perdido el momento preguntando. Sin duda, me hubiera conmovido y hubiéramos terminando riéndonos juntos.
¿Por qué Mercury sigue siendo relevante hoy?
Por la capacidad que tenía para comunicarse con las audiencias, que no era algo preparado, sino espontáneo. Podía estar en una arena con miles de personas y todos tenían esa sensación de cercanía, de interacción casi personal.
Nunca quiso ser etiquetado, segregado, solamente quería ser él y compartir esa existencia con los demás.
¿Descubrió que tiene algo en común con Freddie?
Creo que la forma en que hacía lo que hacía. Freddie era una figura poderosa porque todos tenemos un poquito de él en nuestras vidas: todos quisiéramos poder ser en público como somos en privado.
¿Qué le dejó este personaje para su vida?
Su generosidad, muchas cosas que hizo a puerta cerrada, las miles de donaciones anónimas. No podría cuantificar el impacto de Freddie en mi vida, ha sido un privilegio poder hacer un retrato suyo.
SOFÍA GÓMEZ G.
Cultura y Entretenimiento
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