¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Cine y Tv

La historia de ‘las señoritas’, misioneras que cambiaron la Sierra Nevada

Sofía Toro, una de las señoritas de Usemi, enseña a niños koguis a usar microscopio.

Sofía Toro, una de las señoritas de Usemi, enseña a niños koguis a usar microscopio.

Foto:Foto: Archivo Usemi

Un documental recogerá los relatos hallados por Juan Sebastián Zapata, sobre estas mujeres.

SIMÓN GRANJA MATÍAS
Esta historia mezcla culturas indígenas, la búsqueda de Bernardo Torres –mamo arhuaco– por recuperar la historia de su pueblo, con contradicciones en el seno de la Iglesia católica colombiana, teología de la liberación, dice Juan Sebastián Zapata.
Pero, además, se añade la historia del mismo Zapata, un joven que trabaja desde 2015 como etnógrafo con indígenas arhuacos, kankuamos y koguis en la Sierra Nevada de Santa Marta, y un grupo de amigos suyos que deciden contar esta historia en el documental Las señoritas, que será un registro único en la historia de los estudios etnográficos de las comunidades de la Sierra Nevada.
Para entender esta trenza de historias hay que empezar en orden. A esta historia Juan llegó porque estaba haciendo su maestría en antropología en la Universidad Nacional y planteó una investigación para entender cómo está organizada la sociedad ika o arhuaca. Sobre este último nombre, Zapata hace una aclaración y es que el nombre originario es ika, en cambio la palabra ‘aruhaca’ proviene de la deformación de oro y huaca. Ika es gente.
En su investigación encontró que para entender a la sociedad ika debe también comprenderse la influencia de los misioneros capuchinos que desde comienzos del siglo XX se asentaron en la Sierra para evangelizar a los indígenas. Sobre esta misión son bien conocidas las críticas al respecto por las barbaries que se cometieron. Aparte de eso, salió un tema que sorprendió a Juan, y es que mientras preguntaba sobre los capuchinos empezaron a salir menciones sobre ‘las señoritas’. ¿Quiénes eran esas señoritas de las que tanto hablaban?
Esta foto es uno de los pocos registros gráficos que existen de la danza del Tani-Kansamaría de la Sierra Nevada.

Esta foto es uno de los pocos registros gráficos que existen de la danza del Tani-Kansamaría de la Sierra Nevada.

Foto:Cortesía Documental ‘Las Señoritas’

Las respuestas empezaron a llegar en forma de animales. En ese momento, a Juan le interesaba en particular conocer la importancia cultural de la fauna serrana para los indígenas, específicamente la del puma, que en la Sierra lo llaman león. Un día, el mamo le dijo que él se parecía al león. El pecho se le infló a Juan; sin embargo, la cuestión quedó ahí hasta que en una ocasión se sentó con el mamo al lado de una tumba y mientras hablaban sobre la muerte, el mamo señaló el Camino Real y le contó que por ahí pasaron las cenizas de una señorita como él, como Juan.
Y le dio unos nombres específicos de otras personas: Sofía Toro y Beatriz Toro, Amparo Gallo, León Montoya. Juan anotó los nombres en su diario de trabajo, pero ahí se quedaron, hasta que tiempo después, mientras escribía la tesis, se encontró con un libro escrito por León Montoya. El León al que el mamo le había dicho que se parecía era en realidad uno de los misioneros de Usemi.
Esas coincidencias llevaron a Juan a querer investigar más sobre quiénes eran estas señoritas –aunque había hombres, se les conocía como ‘las señoritas’– y sobre las que tanto hablaban. Y es que era tal el afecto por las señoritas en la comunidad, que incluso a la señora que pasaron por el Camino Real la enterraron los mamos de Donachui como entierran a las madres universales, en una olla de barro entre algodones para custodiar su pensamiento y su espíritu.
Ella formaba parte de la Unión de Seglares Misioneros, Usemi, que llegó a la Sierra por solicitud de los curas capuchinos, que tenían una empresa tan grande que no daban abasto con sus hombres para evangelizar a todos los indígenas. Usemi fue fundado por monseñor Valencia Cano, el Obispo Rojo de Colombia que, comprometido con el pueblo, incomodó a muchos. Monseñor hizo presencia a través de Usemi. Este movimiento religioso estaba compuesto principalmente por mujeres laicas, algo revolucionario para ese momento.
En la época de los años 60, cuando Usemi llega a la Sierra, “sobre una mujer soltera decían o que era monja o era puta”, explica Juan. La figura ambigua de estas misioneras hizo que las empezaran a reconocer como las señoritas, y así las recuerdan los indígenas. Además, la idea de evangelización entre capuchinos y Usemi era radicalmente diferente: para los primeros consistía en “sacar del salvajismo a los indios, reduciéndolos a la vida civilizada”, a punta de cruz y látigo.
Para las segundas, la evangelización consistía en descubrir a Dios en los pueblos. En el caso de la Sierra, él se encontraba en los mamos y el poporo, en las mujeres y su tejido. La misión era descubrirlo en la cultura para potenciarlo.
“Otro aspecto interesante es que las Usemi no eran conservadoras del sentido indigenista, es decir, la preocupación no era conservar la cultura indígena tal cual y que no cambiaran, sino que era una visión del desarrollo alternativo”, explica Juan.
Ellas proponían que las sociedades indígenas se desarrollaran en su propia línea. Por ejemplo, que la ética del cuidado de la tierra se expandiera y se valiera de tecnologías blandas. “Buscaban fortalecer la cultura”, asegura el experto.
Juan Sebastián Zapata, antropólogo y codirector de 'Las señoritas'

Juan Sebastián Zapata, antropólogo y codirector de 'Las señoritas'

Foto:Archivo particular

Y es que, según lo que señala Juan, las señoritas entendían la “fuerza espiritual” de la Sierra. Un ejemplo es el libro Tutu: arte arhuaco, publicado en 1981 por Usemi. En el libro se señala que para los ika (arhuacos) la Sierra Nevada de Santa Marta no solo es el origen, el comienzo y el centro del mundo, que está agrupado concéntricamente alrededor de ella, sino también es su resumen y su sostén.
En la Sierra están concentrados los padres y madres de todo cuanto existe, y del cuidado que de ellos se tenga depende la existencia del planeta. Son las tribus de la Sierra, según ellas mismas, las responsables de cuidarla y, por lo tanto, son también responsables del mundo entero. Por eso son los hermanos mayores.
El libro es tan solo una muestra del trabajo que hizo Usemi. Por ejemplo, por la influencia capuchina, las casas koguis de Maruámake eran cuadradas. Décadas después, Usemi ayudó en la reconstrucción del pueblo recuperando la arquitectura tradicional redonda. También apoyó las luchas por la recuperación de la tierra con las que se logró reconocer la base del Resguardo Arhuaco; esto implicó la expulsión de la misión capuchina de Nabusímake. Consiguió la creación del Decreto 1142 de 1978, con el que el Gobierno Nacional reconoció el derecho de los pueblos indígenas a una educación intercultural. Además, sentó las bases de los modelos de salud propia para los indígenas y formó generaciones en enfermería y odontología.
La comunidad recuerda con particular cariño el legado de Usemi. Tanto, que por medio de unas fotos que encontró Juan, se dio cuenta de que ellas participaron de una danza particularmente especial para los koguis, la danza del Tani-Kansamaría.
Esta danza, señala Juan, es la columna vertebral de la sociedad kogui. La danza la hacen en el páramo La Nevadita, donde hace poco se encontró a la rana arlequín de la noche estrellada, que se creía extinta, y la hacen con unas máscaras de madera. Máscaras que se encuentran también en el museo de etnológico de Berlín (Alemania), y que datan de antes de la llegada de los españoles al continente.
La foto en la que se veía a las señoritas bailando se la llevaron a un mamo que tiene 104 años de edad y que lleva 30 años sin tener contacto físico con el agua porque él es el encargado de cuidar los nevados. Cuando le mostraron la foto, él dijo: “Yo soy el que está bailando ahí y les voy a mostrar que la danza no se ha acabado para que le diga a las señoritas que nosotros seguimos conservando nuestra cultura”.
Juan y su equipo, conformado por Daniela Rocha, productora; Santiago Dussan, codirector, y Daniel Velásquez, coordinador de edición, pudieron grabar esta danza de la que se tienen escasos registros visuales. Fue ahí cuando decidieron que toda esta historia debía convertirse en un documental.
El documental tendrá tres hilos para armar una gran trenza: está la historia de las mujeres de Usemi a través de un registro fotográfico de más de mil fotos; luego, la grabación en la Sierra Nevada con las comunidades, y por último, la historia de el mamo Bernardo, que quiere conocer su pasado.
Y es que el mamo Bernardo es fundamental porque además de ser un buen amigo de Juan, es uno de los pocos que recuerda a las Usemi. En particular recuerda a Gloria Uribe, la última señorita en irse de la Sierra. Después de 5 años de conocer a Bernardo e invitarlo a Bogotá muchas veces, él salió de la Sierra solo cuando Juan le habló de visitar a las señoritas. A los 3 días, él estaba en casa de Juan listo para ir a Medellín, sede de Usemi. Bernardo habló con todas las Usemi que aún viven y tuvieron que ver con la Sierra. Tras despedirse, usó el tapabocas para cubrir sus ojos llorosos de emoción.
Lo que se cuenta aquí es solo una pequeña parte de una gran historia desconocida casi por completo, y que será un documental en el que Juan y sus compañeros aún están trabajando. Buscan apoyo financiero a través de Vaki, para prolongar en el tiempo y el espacio el recuerdo de las señoritas de la Sierra.
SIMÓN GRANJA MATÍAS
Redacción Domingo
@SIMONGRMA

Más noticias A fondo

SIMÓN GRANJA MATÍAS
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO