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Cine y Tv

Larry Flynt: el último adiós al irreverente rey del porno

'Larry Flynt: el nombre del escándalo' fue dirigida por Milos Forman en 1996.

'Larry Flynt: el nombre del escándalo' fue dirigida por Milos Forman en 1996.

Foto:Columbia Pictures

Hace 25 años, el filme que protagonizó Woody Harrelson retrató su vida de escándalo.

Sofía Gómez
No hubiera podido ser de otra manera: el ‘funeral’ de Larry Flynt fue como su vida: abierto al público, rodeado de strippers, con ríos de licor y volando globos de colores.
El Hustler Club de Las Vegas –que era de su propiedad– se convirtió en el escenario de una majestuosa fiesta en su honor: las Sexxy After Dark –un grupo de mujeres bailarinas escasas de ropa– hicieron su show, y se sirvieron muchos tragos de un vodka de edición especial con el sobrenombre de ‘Flynt Goldfinger’.
Y es que en la vida, Larry Flynt pudo perder muchas cosas: la posibilidad de caminar –después de un atentado a la salida de un juzgado–, dinero, relaciones sentimentales, propiedades, batallas legales, amigos... pero jamás dejó de ser aquel desfachatado e impulsivo jovencito de Kentucky que en 1970 abrió, junto con su hermano Jimmy, ocho clubes de strippers en Ohio. Un negocio que luego amplió al editorial con la creación de Hustler –un folleto publicitario, en principio, que luego se transformó en la sonada revista para adultos–.
Flynt falleció la semana pasada en su casa en Los Ángeles, a los 78 años de edad, y su nombre siempre estuvo atado a la polémica. Así lo presentó Milos Forman en la película que documentó apartados de su existencia y se estrenó en 1996 como The People vs. Larry Flynt –en español se conoció como Larry Flynt: el nombre del escándalo–.
Cada titular de prensa sobre Larry Claxton Flynt Jr. destilaba polémica: que practicó zoofilia en su adolescencia, que llegó a la Corte usando una bandera de Estados Unidos como pañal, que llevó a unas prostitutas ante un juez con bolsas llenas de billetes de dólar para pagar una fianza de diez mil, que insultó con palabras de grueso calibre a los jurados de una de las tantas batallas legales que libró, que se negó a quitarse un casco con el que llegó al estrado... ese era el estilo de Larry Flynt, un hombre con diagnóstico de bipolaridad y acérrimo defensor de la primera enmienda de la Constitución de EE. UU. –la que protege la libertad de expresión y la religiosa–.
A diferencia de otras publicaciones de la misma línea como Playboy y Penthouse, Flynt apostó en Hustler por mostrar la sexualidad de forma más cruda.
“Me di cuenta de que si nos volvíamos más explícitos, podríamos obtener una gran parte de este mercado. Sentí que el sexo crudo era lo que querían los hombres. Y tenía razón”, explicó en una entrevista recogida por The Washington Post.
La línea editorial de Hustler levantó ampolla con sus imágenes violentas y perturbadoras, y Flynt fue objeto de cientos de denuncias y al menos tres juicios por obscenidad. Incluso fue condenado a prisión por desacato.
En el cine, Milos Forman logró un retrato bastante cercano a la realidad del magnate del porno. El talentoso Woody Harrelson se puso en la piel de Flynt, y tanto él como el director lograron sendas nominaciones en los premios Óscar en 1997.
The People vs. Larry Flynt cumple 25 años de haberse estrenado en este 2021 y es una producción que destaca por ese aire irreverente y antisistema reinante en la década de 1970, que también reflejaron otros filmes inspirados en la industria del porno de la misma época, como Boogie Nights y Wonderland.
Uno de los momentos más intensos de la película es cuando Flynt es víctima de un intento de asesinato: en 1978 recibió varios balazos, uno de ellos se alojó en la columna, confinándolo a una silla de ruedas para el resto de sus días; por los fuertes dolores, Flynt se convirtió en adicto a los calmantes, lo cual superó con los años, pero le dejó dificultades al hablar. Inestable y emocional, se casó en cinco oportunidades y tuvo cinco hijos.
En los años 80, Larry Flynt Publications fue la sombrilla de una veintena de publicaciones para adultos y a finales de los 90 se convirtió en productora de películas porno. Luego de afianzar su emporio, el magnate abrió varios casinos y coqueteó con la política. Soñó con convertirse en gobernador de California –estado donde vivía hacía tres décadas– y hasta con ser presidente.
La fiesta ‘funeral’ de Flynt del fin de semana pasado fue un éxito, según comentarios del portal del entretenimiento TMZ. Los únicos requisitos eran pagar 50 dólares y ser mayor de 21 años. No hay duda: su memoria fue honrada a su manera.
Cultura
* Con información de Efe
En Twitter: @CulturaET

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