Sarna es uno de los personajes del más reciente filme del realizador Harold Trompetero. Ella iba a ser un animal con mucho pedigrí en Perros.
“El productor argentino Mauricio Brunetti, que me apoyó en la película, quería lo mejor, así que entró en contacto con entrenadores de perros en Hollywood, incluso con los del perrito de El artista”, recuerda Trompetero.
Pero Sarna terminó en las patas de Molly y Pandora, dos cautivadoras e inteligentes perras de raza criolla, recuperadas de la calle por don Onofre, un hombre que se dedica a ayudar y entrenar a animales callejeros para hacer espectáculos por el sector del 20 de Julio, en Bogotá.
“Me enamoré del cuento, así que Hollywood se fue pa’l carajo”, cuenta Trompetero con la espontaneidad que lo caracteriza.
El director y guionista bogotano ha estado detrás de proyectos taquilleros como las dos primeras partes de El paseo (de la mano del productor Dago García), De Rolling por Colombia o Mi gente linda, mi gente bella. Pero se ha interesado en alternarlos con relatos fílmicos más personales: Locos, Riverside y Diástole y Sístole. Su nueva película, Perros, encaja en el segundo grupo.
“Los animales tienen mejores sentimientos que los seres humanos. Esa fue la premisa de la historia. A partir de ahí, incorporamos la idea del papá y su ausencia en la familia colombiana. Es una presencia que se encarga de proveer, pero no de estar. Pusimos eso en un contexto sórdido, como la cárcel, y llevamos al personaje a descubrir el verdadero cariño en un perro, en un lugar así”, explica el realizador, quien pasó siete años madurando el guion de su producción. En ese camino, se cruzó con el guionista español Jorge Guerricaechevarría, escritor de las películas Carne trémula, Celda 211 y El día de la bestia.
“Él nos sugirió que fuéramos muy precisos en los diálogos porque como la carga emocional es tan fuerte, cualquier palabra fuera de tono podía dañar la intención de la historia, opacar todos los sentimientos que hubiera de por medio”, cuenta el realizador.
Ceñidos a esa sugerencia, Trompetero y sus coescritores (Gerardo Pinzón y Jéiver Pinto) hicieron de sus personajes en Perros casi unas tumbas. Los actores John Leguízamo, Adriana Barraza, Ramiro Meneses, Álvaro Rodríguez, María Nela Sinisterra y Hernán Méndez tienen diálogos escasos.
Perros se centra en Misael (Leguízamo), quien cegado por la ira mata a otro hombre, el supuesto violador y asesino de su hijo mayor. Recluido en el presidio, Misael enfrenta pesadillas y acosos, al tiempo que conoce a Sarna, la perra que le ofrece su cariño y protección incondicionales.
“La parte visual de la película muestra este infierno de la cárcel, sumado a la psiquis del personaje. En edición se construyó toda esa intensidad que no se dice en palabras, sino que se transmite en imágenes, a través de los cortes. Fue un trabajo largo, que tuvo unos 20 cortes de edición, con varias revisiones”, dice Trompetero.
“La película es muy contrastada: hay momentos experimentales, en lo narrativo y desde lo visual, y otros muy convencionales. Pero no chocan”, sigue.
La presencia de importantes intérpretes como Leguízamo, que tiene una larga trayectoria en Hollywood, y de Barraza, nominada al Óscar por Babel en el 2007, responde, en palabras de Trompetero, “a una maravillosa coincidencia”.
“Con John nos conocíamos desde El paseo, así que le pedí el favor de que leyera el guion y me diera su opinión. Y él se enamoró de la historia. Yo sabía que era imposible tener a Leguízamo en una película con un presupuesto como el de esta (…) Sin embargo, el milagro nos lo hizo Brunetti: no puso reparo en nada”, cuenta.
Trompetero, que ya trabaja en dos películas más, dice que su etapa en el humor popular está en el pasado y que le interesan más los temas cómicos, pero con trasfondo reflexivo, social.
“He andado los dos caminos, el de hacer un cine de comedia popular, entender al público y cultivarlo, que se conecte masivamente con lo que está viendo. Y el otro ha sido ir creando unas experimentaciones y lenguajes paralelos, con enfoques distintos. Mi idea es que ambos públicos se fusionen y podamos tener películas masivas de altísima calidad. Esa es la meta de mi trabajo”, concluye.
SOFÍA GÓMEZ G.
Cultura y Entretenimiento
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