Galy Galiano es un triunfador en todos los ritmos y estilos de la música popular. Su personaje es reconocible y querido en los que ven la televisión. Su verdad es auténtica. RCN le apostó a este ídolo para intentar salir de su mala hora.
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La historia de Galy Galiano es imperdible y segura porque es un relato de esos alegres costeños que creen en la música y luchan contra todo para triunfar.
En su puesta en pantalla, el tono del cuento está marcado por corazón e ingenuidad, y comedia, porque “todo lo hacía mal, pero le salía bien”. Bionovela musical, con tono costeño y vida épica, debería ser solo éxito.
Por el lado musical tampoco debería fallar. Galiano ha sido exitoso en baladas, salsa, despecho y rancheras. Nos sabemos en noches de emoción ‘Y me bebí tu recuerdo’ y ‘Frío de ausencia’.
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Más de 22 álbumes y más de 15 millones de discos vendidos y el primer artista colombiano en aparecer en la revista ‘Billboard’ con tres canciones en un solo listado certifican que es un grande.
La producción tampoco desentona, se le nota cuidado en lo visual y los escenarios. Es atractiva en las actuaciones de Xilena Aycardi, tierna y contundente; Abel Rodríguez, como un amoroso padre; Jairo Camargo, como cura amigable, y el protagonista, Brian Moreno, que le quiere poner la vida a este papel.
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Entonces, ¿qué pasa que el ‘rating’ no llega? Que la puesta en escena busca des-esperadamente la comedia y se pierde el tono épico que es la vida de Galiano, que como toda bionovela cuenta una historia de superación.
El exceso de comedia hace que a los personajes se les vaya la mano en el tono sobreactuado y terminan siendo insoportables (Arango, su hijo, la Gallego y su hija están un tono más arriba de lo aguantable). Falta más épica, sobran situaciones que buscan la comedia.
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‘Todo es prestao’, a su vez, sufre de las malas herencias del canal. El noticiero que le deja bajito el ‘rating’, ‘Grandes chicos’ que le entregó poquito público, ‘El desafío’ que ya está posicionado al frente, y lo que le sigue en RCN, que es ‘Sala de urgencias 2’, es más de lo mismo y no genera expectativa.
Se confirma que RCN tiene tan baja legitimidad y credibilidad que ni un ídolo popular lo puede salvar. Tal vez para RCN en estos tiempos ‘todo es prestao’ y no se le reconocen esfuerzos ni calidad en la ficción.
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RCN, tal vez, debería cambiar su actitud ante la paz, transformar su mala leche del noticiero e intentar volver a reconocer lo popular para conseguir el milagro del amor del televidente.
Por ahora, RCN le canta al televidente lo “vi por última vez aquella tarde cuando la alegría poco a poco se alejaba” y por eso, ahora RCN siente el “frío, y era el frío de la ausencia”.
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión
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