Alberto y Luca son los mejores amigos: un par de adolescentes promedio que pasan el verano soñando con tener una Vespa –esas icónicas motos italianas-, compartir un helado o dar un paseo por las calles de Portorosso, un pueblo soñado a orillas del Mediterráneo. Sucede que tanta belleza es casi irreal: los chicos se han escapado de su verdadero hogar, en el fondo del océano: son un par de monstruos marinos que tienen la capacidad de transformarse en humanos al salir a la superficie, un lugar vetado por el peligro que representa para su especie, que ha sido perseguida y casi extinguida por el hombre.
Luca, la nueva fantasía animada de Pixar, es un viaje a la infancia, un rescate de los anhelos frustrados y de los ideales que se concretaron, y sobre todo, una evocación de esos lugares donde fuimos felices. La 24.ª producción del estudio es un relato sencillo y emotivo enmarcado en paisajes extraordinarios y colores únicos en su paleta cinematográfica.
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Enrico Casarosa es un genovés de 51 años que debuta en la dirección de un largometraje con Luca. Nominado al Óscar –con su corto animado La Luna–, este dibujante es autor de los guiones gráficos de reconocidos títulos de Disney y Pixar, como The Good Dinosaur, Coco, Piper y Up, y de varios libros ilustrados e inspirados en su natal Italia. Parte de sus vivencias personales inspiraron muchos detalles en la historia de Luca. Para hacer realidad esta película contó con el respaldo de la productora estadounidense Andrea Warren, que cuenta con una larga experiencia en grandes animaciones, pero para quien este proyecto representó un reto particular.

Luca y Alberto son compañeros de aventuras, pero ellos ocultan un secreto: son ‘monstruos marinos’.
Pixar / Disney
Casarosa y Warren conversaron brevemente con EL TIEMPO acerca de Luca, que se encuentra disponible desde el viernes para los abonados a la plataforma digital Disney Plus.
Esta es una película muy italiana: Vespas, gelatos, pizza, espagueti y playas en el Mediterráneo... Enrico, ¿cuánto de su vida hay en esta historia?
Hay mucho. Esta historia es sobre cómo aprendes mientras creces. Tomamos de mi mejor amigo y de mí muchas características para crear a Luca y Alberto. Yo soy el chico tímido, imaginativo, que adora dibujar y crear; soy un poco como Luca, que ha vivido en un refugio con su familia y que cuando conoce a Alberto descubre la libertad de hacer lo que quiera; su familia le ha impuesto muchas restricciones, así que esa sensación de que esa amistad va a influir en lo que te vas a convertir, me hace preguntarme quién soy y de qué estoy hecho. Al final, no sé si sigo siendo la misma persona o ese mundo en el que he crecido ha cambiado mis sueños, y me pregunto qué tanto me han cambiado todos esos años y si las aventuras que tuve me ayudaron. Mucha gente me dice: ‘Eso mismo me sucedió a mí’, y me lleva a pensar que no me pasó solamente a mí, pienso en todo lo que aprendí, en los sentimientos que hay al crecer, en esos momentos en que a veces nos sentimos como perdedores, y eso era parte de la historia de Luca; la sumatoria de todos esos elementos, además de lo gráfico, hace que su viaje sea muy cercano a las cosas por las que pasé.
Andrea, ¿qué vio en este proyecto para involucrarse?, porque no es italiana...
No soy italiana, así que no conecto con la historia por ese lado. Cuando vi las habilidades que tenía Enrico como realizador y lo que me emocioné cuando vi su corto La Luna, entendí que tenía la capacidad de transportar a los espectadores a un nuevo lugar, con un sentimiento fantástico, así que las emociones que vi eran palpables, en un chico creciendo, en un momento de la vida en el que empiezas a hacer conexiones, estás nervioso respecto a quién eres, no estás seguro de si estás bien o qué es normal o no... pero cuando te encuentras con tus amigos y nadas en las mismas aguas, te das cuenta de que no es demasiado; empiezas a pensar en convertirte en lo que quieres, y eso es parte de construir un grupo de confianza. Adoré todos esos elementos de la película, estaba feliz de subir a bordo y ayudar a que sentimientos como los que hay en La Luna se pudieran trasladar en este largo.
Luca es una película inspiradora acerca de la amistad, los sueños y, sobre todo, ese derecho que tenemos de ser diferentes. Enrico, ¿piensa que las minorías encontrarán un reflejo en la historia?
Espero que sí, estoy seguro de que así será. Creo que puede ser muy importante porque a veces sentimos vergüenza de expresar lo que está dentro, situación que atraviesa Luca. Cuando pasé por ahí, tenía a mi mejor amigo y de alguna manera sentíamos que no encajábamos, pero es algo que sienten muchas personas hoy en todo el mundo, y que seguro tienen problemas más graves por ser diferentes. Así que espero haber liberado muy abiertamente mis experiencias personales y mis recuerdos para entregárselos a la gente y que se sienta identificada. La curiosidad y la amistad son los perfectos atenuantes de las diferencias. Nos dimos cuenta de que a través de la amistad mucha gente te ayuda a reaccionar y a aceptarte como eres. La idea de “¡Silenzio, Bruno!” –una frase que dicen Luca y Alberto para darse ánimo cuando enfrentan alguna circunstancia difícil o desconocida– es divertida porque de alguna manera simboliza tus miedos y ansiedades, pero, de otra, representa ese momento en que tus amigos saben muy bien lo que haces, aunque tú crees que no estás haciendo las cosas bien, pero ellos no le dan importancia a eso; esa es la parte más linda, ellos te aceptan, incluso antes de que tú te aceptes. Entendimos que debíamos dejar lo más abierta posible esa parte para que la gente pudiera poner sus propios sentimientos.
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Andrea, cuáles fueron los retos para producir esta película, porque Luca tiene un look especial en el color, los paisajes...
Cada película es diferente y tiene sus retos, y eso que mencionas, lo de encontrar el look particular de Luca, fue lo más retador. Sabíamos que teníamos que transportar al espectador a Italia... puedes buscar una foto en Google, pero lo que queríamos era crear un mundo de inmersión, que compactara con lo que Enrico quería. La sensibilidad que ves en el corto La Luna nos inspiraba a ir más allá de construir unas ventanas en un edificio, en el buen sentido, necesitábamos diseñar esos espacios y guiar al espectador. Ese fue el reto mayúsculo del equipo de producción: encontrar el punto explorando en cada imagen hasta dar con él. Y luego de encontrar esas pequeñas piezas, ponerlas juntas, adaptar algo de lo que quieres. Pero pasó mucho tiempo antes de que eso sucediera, necesitamos mantener la pasión y tener fe en que iba a pasar, pero todo el equipo estuvo muy comprometido y la pasamos muy bien en esa búsqueda.
SOFÍA GÓMEZ G.
CULTURA
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