A la minTic Sylvia Constaín le va tocar escuchar (este es el mandato de la comunicación digital… y la política), no solo socializar (o sea imponer) porque éramos ignorantes que no entendíamos, que creábamos mitos (que según su definición, son mentiras).
Constaín repite que es para cerrar la brecha digital (en lo cual todos estamos de acuerdo), pero se le olvidó que se requería independencia y autonomía del regulador, soberanía audiovisual en contenidos, auspicio a la producción nacional y convergencia de todos los servicios audiovisuales.
Ella decía que lo que hacía, lo hacía por orden de la OCDE. Y la OCDE, la Unesco y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos dijeron que el nuevo regulador no es convergente, ni independiente, ni respeta la libertad de expresión.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) dijo que este proyecto de ley no crea un organismo regulador “único y convergente” como afirma minTic, en tanto no integra a la Agencia Nacional del Espectro, y que “sería mejor tener un regulador convergente que fusione la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), la Autoridad Nacional de Televisión (ANTV) y la Agencia Nacional del Espectro (ANE)”.
Que “es necesario revisar” el proyecto de Ley TIC “para garantizar la creación de un regulador independiente y evitar que el Ministerio asuma funciones que correspondan al regulador”.
Que minTic asigne los permisos para la utilización del espectro radioeléctrico “disminuye la independencia del regulador, ya que estas funciones no deberían estar en cabeza del gobierno”.
Que en la elección de los comisionados “debe haber un proceso de elección transparente basado en el mérito y un conjunto claro de criterios. El Gobierno debe distanciarse del nombramiento directo de comisionados”.
Que el proyecto “estipula un nuevo conjunto de atribuciones al minTic que afectaría la independencia del regulador (por ejemplo, “el poder del Ministerio para revocar el permiso para usar el espectro radioeléctrico”).
Que minTic “no debería intentar cumplir con las funciones de inspección, vigilancia y control” que se le habían asignado a la ANTV, las cuales “deben ser realizadas exclusivamente por el regulador, que debe ser una entidad independiente del ministerio y una institución no política”.
Que “el regulador debería ser financiado de manera independiente del ministerio” para evitar que el gobierno controle y maneje discrecionalmente el Fondo de Financiamiento de la TV pública y los emprendimientos digitales.
Y a esto hay que sumarle tres preguntas que no ha podido o querido responder Constaín:
Si es una ley de convergencia digital, ¿por qué no mete en la misma cancha a Netflix, Apple TV y demás plataformas que es donde va a estar el negocio? Como está, este proyecto no es de convergencia sino de viejos medios.
Para promover la economía naranja ¿por qué no pone un mínimo de contenidos y producción nacional en las plataformas y los canales de cable como lo hace Europa?
¿Dónde queda la soberanía nacional audiovisual?
Y a esto hay que agregarle los reparos que expuso Vargas Lleras en su columna de EL TIEMPO.
Esperamos que ahora sí Constaín escuche. Ojalá.
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión
orincon61@hotmail.com