El lugar donde Juan Cely descansaba entre escenas quedaba a cinco minutos caminando desde el set. Sin embargo, un carro último modelo lo esperaba en la puerta para llevarlo.
“No te puedes mover sin que el auto llegue a recogerte. Yo no estaba acostumbrado a eso, y les decía que podía caminar”. Sin aceptar un no como respuesta, el chofer aguardaba a que el actor paisa se subiera para el aventón de cuadra y media de recorrido hasta el plató de filmación de El infiltrado (The Infiltrator).
“Eso no fue lo que más me sorprendió, sino la sencillez de todo el mundo. Bryan Cranston (el protagonista de la película) es un tipazo. Hay un momento en el que olvidas que estás en Hollywood”, comenta Cely en entrevista telefónica con EL TIEMPO.
Cranston, que derrochó su talento en la exitosa serie Breaking Bad, encarna en el thriller que ya se puede ver en los cines a Robert Mazur, el agente de Aduanas de EE. UU. que se metió en las entrañas de las redes del cartel de Pablo Escobar en ese país, en los años 80.
“Es una historia poco conocida respecto a lo que pasaba con la mafia y sus conexiones, cómo movían y lavaban dinero allá. La forma como se involucran los bancos y personas de alta alcurnia por sus ambiciones económicas desmedidas”, explica el colombiano, con títulos en su filmografía como La pasión de Gabriel, La sangre y la lluvia y Rosario Tijeras.
En la trama de El infiltrado, el paisa (de 35 años) tiene un papel preponderante en la misión encubierta de Mazur.
“Él es un superhéroe americano que dejó al descubierto una red de más de 400 personas al servicio de la mafia. Y al terminar el día volvía a su casa, normal, como un padre y esposo devoto”.
“Para prepararme leí su libro (que fue adaptado para el filme) y hablé con él. No te imaginas lo dulce que es, no crees que hubiera estado en una situación de esas”, agrega.
El personaje de Cely –simplemente llamado el ‘Informante’– logra una relación muy natural con el oficial de Aduanas Emir Abreu (el también colombiano John Leguízamo).
“En el guion, mi personaje era calvo, lleno de tatuajes y rudo. Yo me jugué el rol desde la perspectiva de un tipo más normal, con miedo, tomador de pelo y muy ambicioso (...). Le agregué la memoria emotiva que tenía, así que recordé cómo fue Medellín en esa época. Me sirvió mucho para darle realidad”, cuenta.
Amante de los deportes extremos y del cine del danés Lars von Trier, Cely ha cimentado su carrera en el cine, el teatro y la TV. Desde hace cuatro años se radicó en Londres, cuando su hoy esposa acababa de tener a su primer hijo (ya son tres, de 5, 2 y 1 años).
“No puedo negar que he estado de buenas. La vida me ha bendecido. En El infiltrado estaban buscando a un colombiano en Londres para una película de Hollywood. Estaba en el momento y lugar correctos”.
SOFÍA GÓMEZ G.
Cultura y Entretenimiento