¿Cuál podría ser el futuro de los principales protagonistas de la cadena de escándalos más grande de la industria del cine contemporáneo que se mueve en Hollywood?
Esa es una pregunta que muchos se hacen cuando denuncias de acoso y abuso sexual han golpeado las carreras de varias vacas sagradas del negocio, como el productor Harvey Weinstein, el actor Kevin Spacey y el comediante Louis C. K., y han abierto un debate sobre un problema que pasó del secreto a voces a los titulares de medios en todo el mundo.
La reacción negativa ante los casos que envuelven a Weinstein ha sido contundente, ante el hecho de que usó su poder para acercarse de manera impropia a actrices o aprovecharse sexualmente de ellas sin su consentimiento.
El mensaje de cero tolerancia ante las violaciones o abusos sexuales en Hollywood es claro. Por eso, uno de los productores más premiados en los Óscar ya fue despedido de su propia compañía y expulsado de la Academia.
En este punto está más próximo su arresto, ante las pruebas que han recogido las autoridades.
Pero Weinstein es apenas el primero de los acusados en una polémica que despertó la sensibilidad ante las malas prácticas de un medio que, además de actores y realizadores, también tiene a padres, periodistas, managers y fanáticos en el centro del debate.
De otro lado, la situación del actor Kevin Spacey, quien lidia con acusaciones de la misma índole, parece estar ligada a una reacción social de destierro. La idea de ‘borrar’ su trabajo (cosa que ya se hizo al eliminar sus escenas de la nueva película de Ridley Scott, All the Money in the World, y sustituirlo por el actor Christopher Plummer) refleja, en principio, que el cambio de actitud del mundo cinematográfico va en serio.
A esto se suma el hecho de que Netflix acabó tajantemente su relación contractual al cancelar la serie House of Cards y cualquier otro proyecto para esa plataforma.
Las frases lapidarias de su colega Bryan Cranston (Breaking Bad) en Newsbeat.com (de la cadena BBC de Londres) al decir que “Spacey es un actor fenomenal, pero no es una persona muy buena. Creo que su carrera terminó” dan cuenta de la relevancia que podría tener ese panorama en el futuro.
Cranston añadió que toda la situación ha llevado a un cambio en las actitudes que se venían presentando en Hollywood. “Ese tipo de experiencias no se controlan hasta que algo así sucede”, aseguró.
Pero el periodista Gay Talese contrastó la opinión alrededor del caso de Spacey. “Me gustaría preguntarle (a Spacey) cómo se siente al perder la carrera de toda una vida de éxito y trabajo duro, todo por 10 minutos de indiscreción, más de diez años atrás”; un comentario que algunos interpretan como una crítica a la doble moral que se mueve en la meca del cine estadounidense.
Otro que afronta el devenir de su reconocimiento es el comediante y actor Louis C. K., quien ya admitió haber incurrido en comportamientos obscenos ante cinco mujeres, tras la publicación de un artículo de The New York Times en el cual las afectadas denunciaron que el comediante se masturbó frente a ellas sin su consentimiento. “El poder que tenía sobre ellas es que me admiraban. Y lo utilicé de forma irresponsable”, reconoció C. K. en un comunicado.
Aunque se trate de un delito emparentado con el exhibicionismo, las consecuencias ya son radicales: el estreno de su película I Love You Daddy, previsto para el jueves pasado, se canceló.
La pelea por la reivindicación va a ser difícil, pues la sanción social es fuerte y ningún estudio quiere arriesgarse a perder dinero o credibilidad al contratar personas manchadas por un escándalo sexual. Tal vez por ello, también causa conmoción la decisión de la actriz Gal Gadot de no participar en siguientes entregas del personaje de la Mujer Maravilla si el director Brett Ratner –acusado ya por varias fuentes, entre ellas Ellen Page– continúa recibiendo beneficios de la saga.
Hay que esperar a ver qué pasa con los actores Charlie Sheen, Steven Seagal y el director James Toback, entre otros 20 casos –a los que se sumó ayer el señalamiento a Bryan Singer–, quienes lidian con acusaciones similares.
“Si estamos en una industria malsana, somos parte del problema y nuestra inacción equivale a complicidad”, dijo a la agencia AFP la actriz Jessica Chastain (protagonista de las películas X-Men: Dark Phoenix y Objetivo Bin Laden, entre otras), una de las voces más vehementes en concientizar sobre el problema.
Una propuesta que comenzó a tener cierta resonancia, pues la fiscalía de Los Ángeles ya está trabajando en la creación de un grupo de investigadores especiales en delitos sexuales para profundizar en el asunto y llevar a instancias legales los casos que seguramente seguirán apareciendo.
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