Blanca Rodríguez aún tiene la mentalidad de una mujer del campo: escogió la parte más alta de la montaña para improvisar el cambuche en donde vive con sus nietos; está rodeada de animales y le gusta cocinar al aire libre. Oriunda de Samaná (Caldas), Rodríguez es la protagonista de Noche herida, documental que dirige el bogotano Nicolás Rincón Gille y que se estrena este jueves.
“Recorrí barrios de Soacha y Ciudad Bolívar. Hasta que llegué a Verbenal Sur, donde hicimos la convocatoria para familias desplazadas. Muchos acudieron pensando que se trataba de una ayuda económica y más de la mitad de la gente se fue cuando les dijimos que no había ni un céntimo”, recuerda Rincón.
“Blanca se quedó y me invitó a un café. Me impactó mucho esta mujer, porque tiene un carácter fuerte –agrega el realizador–. Ella tenía la necesidad de contar su historia y de que yo participara”.
Noche herida cierra una trilogía audiovisual que este economista y cineasta empezó en el 2007, con En lo escondido, y continuó en el 2010 con Los abrazos del río. Las tres películas están atravesadas por la ruralidad, las leyendas, la violencia, el miedo y el sobreponerse.
“El universo de la tradición oral campesina siempre me ha apasionado. De niño, mi papá me llevaba en sus salidas (él es antropólogo). Sentía que no eran historias de gente sin cultura, sino al contrario, eran relatos antiguos, importantes y arraigados, que te cuestionan. A partir de ese imaginario, me surge la duda de cómo asume el campesino el azote de los grupos armados, el desplazamiento y las desapariciones forzadas”, cuenta el realizador, que está radicado en Bélgica.
El mismo Rincón, como camarógrafo, y el sonidista se colaron en la intimidad de la casa de Blanca y retrataron sus espacios minúsculos y oscuros, atestados de cosas, así como sus conversaciones que iban del regaño a la euforia, pasando por sus recuerdos de violencia.
“Nosotros salimos de allá porque había mucho grupo armado. Uno ni sabe qué grupos son, gente uniformada que no sabíamos si eran para bien o para mal. El consuelo mío era estar con mis hijas”, retumban las palabras de la abuela en una charla con su vecina, otra desplazada de Santander, en el filme.
El pasado agreste de Blanca contrasta con el halo de esperanza que esta mujer ha cifrado en sus hijas y nietos.
Noche herida acaba de ser considerada como la mejor en su género en el Colombian Film Festival de Nueva York, que finalizó el domingo, y el año pasado recibió el premio al mejor documental en el Festival de Cartagena.
“Es curioso, pero es como un desafío llegar a la cartelera de cine y competir con los Power Rangers –sonríe–.
Quienes lleguen a las salas a ver mi película se encontrarán con una aproximación cinematográfica sobre lo que significa un documental con una apuesta muy parecida a la ficción. Eso es excelente”, dice Rincón, quien prepara su siguiente proyecto, que se llamará Tantas almas.
Sofía Gómez G.
Cultura y Entretenimiento
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