“Ninguna de las personas que forman parte de la cienciología se ha acercado a mí para confrontarme (...). Ellos han preferido el Twitter y los ataques en redes sociales”, dice la actriz Leah Remini en una entrevista con EL TIEMPO.
Ese comentario está relacionado con la experiencia personal que ha tenido desde que se retiró de ese sistema de creencia, que ha sido muy popular y cuenta entre sus miembros con actores como Tom Cruise y John Travolta.
Remini, recordada por su trabajo en la comedia televisiva The King of Queens, habla de lo que ella define como un grupo poderoso –del que hizo parte desde su niñez– que no ha revelado su lado más oscuro, lo que la llevó a asumir el rol de presentadora del programa televisivo Esclavos de la cienciología, en el que expone casos de quienes de alguna manera han experimentado abusos o acoso al contar sus vivencias dentro de este grupo.
La producción, que se estrena el próximo martes 21 de marzo a las 10 p. m., por el canal de televisión paga A&E, configura una nueva etapa en la campaña personal de la actriz y productora por llamar la atención del peligro que implica dejarse arrastrar por un esquema religioso que, según los testimonios, domina y acorrala a sus seguidores.
“Puedes creer en lo que quieras, pero no puedes dejar que eso en lo que crees te controle absolutamente”, recalca Remini, quien entró en ese grupo por las creencias de su madre. Sin embargo, con los años decidió alejarse al darse cuenta de que estaba perdiendo, entre otras cosas, su vida familiar.
Un precedente de la producción televisiva fue su libro Troublemaker: Surviving Hollywood and Scientology, en el que exploró todo ese proceso de cambio y generó mucha polémica en Hollywood al hablar de Tom Cruise, el actor y quizá el mejor embajador de la cienciología en el mundo.
“Cruise no ha salido de la iglesia de la cienciología porque con ellos tiene mucho poder y vive en una burbuja más grande que el mismo Hollywood”, reflexiona la actriz, quien cree que hay que seguir encarando la batalla.
“Cuando grabamos el programa, muchos de los que decidieron hablar ya habían sufrido aislamiento. A otros los pusieron en el ojo de la polémica, y en un momento algunos simpatizantes de la cienciología trataron de presionar para que no hiciera la producción”.
Uno de los ejemplos más claros que expone Leah Remini es el de Mike Rinder, un exmiembro de la iglesia y mano derecha de David Miscavige (quien tomó las riendas de la cienciologia tras la muerte del escritor y creador de esta, R. L. Hubbard), quien tuvo que aguantar hostigamientos cuando decidió cortar su relación con esa comunidad. “Él es un sobreviviente, pero perdió a su familia en ese proceso”, comenta.
Cuando se estrenó el programa en Estados Unidos tuvo una respuesta directa de la iglesia de la cienciología.
Muchos de sus simpatizantes enviaron a los productores miles de comunicados en los que daban su versión y pedían que les recibieran su información para ofrecer una imagen, según ellos, más equilibrada y precisa a los espectadores.
Leah insiste en que no se trata de odiar un tipo de creencia, sino de generar una discusión que, dice, hasta el momento ha dado ciertos frutos.
“Creo que ahora hay una conciencia más profunda en Hollywood acerca de este tipo de sistemas de creencia y del tremendo poder que pueden llegar a tener sobre las personas que se unen a estas filosofías. Esto también se debe a la aparición de documentales como Going Clear: Scientology and the Prision of Belief, nominado al premio Óscar y que fue emitido por la cadena HBO en el 2015.
“Tenemos una batalla con un grupo que maneja billones de dólares, pero a nuestro favor está la verdad, y esta termina prevaleciendo (...). Ahora puedo hacer muchas cosas, pensar o vivir experiencias sin tener a mi alrededor políticas opresivas de una organización que me diga qué pensar o qué sentir”, finaliza Leah Remini.
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