Millones de seguidores de la saga de acción del agente Jason Bourne pidieron el retorno de su protagonista (Matt Damon) tras ‘El legado Bourne’, una cinta que pretendió hacer el camino a un nuevo ciclo con Jeremy Renner a bordo, sin colmar las expectativas.
Ahora que acaba de estrenarse ‘Jason Bourne’, no cabe duda de que ese requerimiento se cumplió a cabalidad con un Damon reencontrándose con las mismas confusiones que dieron forma a su personaje y asumiendo un reto actoral y físico más que conocido por él, gracias a un ritmo trepidante en su nuevo arco argumental en el cine.
El Bourne de la nueva cinta sigue sufriendo al no tener muchas cosas claras acerca de su vida pasada como agente secreto –realmente, esa es la razón de ser del personaje– en un mundo tecnológicamente más estructurado, pero que sigue siendo el caldo de cultivo de corrupción, intrigas y grandes peligros, en cuyo eje coincide el protagonista.
“Sentimos que el mundo ha cambiado drásticamente y eso nos inspiró para llegar a una historia puntual que se aplica a lo que está sucediendo hoy en día”, comentó en una entrevista Frank Marshall, productor de ‘Jason Bourne’.
Para él, la evolución desde los conflictos de la Guerra Fría que desarrolló el escritor Robert Ludlum, y que fueron la fuente de inspiración, fueron la base dentro del objetivo de dar un tono más contemporáneo a las aventuras del personaje y que a la vez lograran ser relevantes dentro del ámbito contemporáneo.
“Para ser honesto, una gran parte de la paranoia y las preocupaciones que se habían desarrollado en las películas anteriores se ven ingenuas en comparación con un mundo que dio paso a los archivos de WikiLeaks o a la polémica por los informes de Edward Snowden (...). Nuestra película explora el equilibrio que debe existir entre la necesidad de seguridad y protección, frente al deseo de transparencia y privacidad que se discute a nivel sociopolítico; pero en un contexto de acción y adrenalina”, agregó Christopher Rouse, compañero de producción de Marshall.
Precisamente, esos dos elementos tienen protagonismo esencial en la producción, que mantiene el vértigo y la violencia que se convirtieron en marca oficial de toda la saga, gracias en gran medida al trabajo del director Paul Greengrass, artífice de la detallada y compleja coreografía de golpes, disparos y huidas que retumban en todo el metraje.
“Desde el punto de vista técnico y logístico, Greengrass ofrece todo lo que se espera de él; no hay nadie mejor que él a la hora de tratar una puesta en escena compleja y una acción caótica en medio de la vida real en las grandes ciudades”, escribió el crítico Todd McCarthy en ‘The Hollywood Reporter’, pero ese halago también dio paso a unas cuantas críticas en las que se confrontaba el juego de no cambiar un poco el sabor de una receta exitosa.
El crítico Eric Kohn, de la revista ‘Indiewire’, recalcó ese aspecto al decir que “Jason Bourne se adhiere a un formato existente de un modo tan robótico que nunca logra sorprender o enganchar por más tiempo que algunos momentos ocasionales”. Sin embargo, el propio Damon reconoció que se montó de nuevo en el proyecto al saber que se reencontraría con el personaje y las situaciones que él dejo bien consolidados.
“Recuerdo que hablaba constantemente con Paul Greengrass, y lo único que me decía era que era capaz de volver a este producto si yo lo hacía. Por mucho tiempo parecía que solo hablábamos de Bourne y que eso no pasaba de ahí, pero, claro, eso cambió hace un año y medio.
Al propio Paul Greengrass le preguntaban frecuentemente si se arriesgaría a retomar el universo de Bourne en el cine. “Esa fue la razón principal para hacerla”, reconoce. Según él, “la gente quería verlo, pero también existía gran cantidad de presión porque siempre existe la idea de una conexión con los tres filmes anteriores”.
Sin complicarse la vida, la película que asumió el realizador enfrentó otro reto antes de tener vida propia en la pantalla: ¿cuál sería el nombre?
“La verdad, no sabíamos cómo ponerle. Al principio solo hablábamos del proyecto Bourne (eso fue en pleno inicio de la escritura del guion), entonces la gente del estudio propuso: ‘¿Qué pasa si la llamamos Jason Bourne?’ (...) Pensé que era una idea fantástica, porque era clásica pero a la vez fresca”, recuerda el director.
Uno de los aspectos más interesantes de la saga y que se mantiene en la nueva producción es que se trata del recorrido impactante de un hombre para reencontrarse con su pasado y que pasa, no obstante sus habilidades para el combate, como un ser frágil y muy humano frente a situaciones que parecen sobrepasarlo.
Un gran contraste para un personaje que se desenvuelve en los terrenos de una superproducción de acción (para algunos, la saga fue la encargada de darle una bocanada de aire fresco a ese tipo de cine).
“Las películas de Bourne ofrecen una gran cantidad de elementos, todos a gran escala y al mismo tiempo: acrobacias, acción a granel, grandes locaciones y una trama con cierto grado de complejidad, con un equipo grande en producción –hablamos de 300 personas– que tiene que acoplarse a la exigencia”, explicó Paul Greengrass.
Los actores y el directorLa película ‘Jason Bourne’ cuenta en esta ocasión con las actuaciones de Tommy Lee Jones, Alicia Vikander, Vincent Cassel y Julia Stiles. El director Paul Greengrass es un viejo conocido de la saga: dirigió ‘Bourne: ultimátum’ (2008) y ‘Bourne Supremacy’ (2004), antes de embarcarse en este nuevo episodio cinematográfico.
Greengrass trabajó en el ‘thriller’ ‘Green Zone’ (también con Damon) y es recordado por otros filmes como ‘Capitán Phillips’, con Tom Hanks, y ‘United 93’.
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