En los cines del país está ‘Amigo de nadie’, del director colombiano Luis Alberto Restrepo. La historia se sitúa en las décadas de los años 80 y 90 en Medellín: Julián cometió un asesinato cuando era niño, pero nadie quiso darse cuenta. Más tarde, siendo un adulto, junto a sus amigos, disfruta de las ventajas que le otorga el prestigio de su familia, pero siente que su mundo se desmorona en un ambiente de violencia. Una película para entender la Colombia de esa época. EL TIEMPO habló con Restrepo.
¿Por qué esta historia?
Es la mirada de lo que fue la violencia del narcotráfico y cómo se afectó al sector más rico de la sociedad, y porque también es una historia que todos llevamos por dentro que hoy seguimos viviendo. Es decir, la violencia en Colombia tiene que ver con cosas que están muy adentro de la mentalidad de los colombianos, en este caso, de la clase alta: como el racismo, la xenofobia, la cultura del dinero fácil, la cultura de poner mis intereses por encima de lo que sea. Es una película que tiene la capacidad de ponerlo a uno a pensar en qué es lo que hemos vivido en este país.
Usted nació en Medellín, ¿qué recuerdos tiene de los años 80 y 90?
Más allá de que se centra en Medellín, es un reflejo de todo el país en esa época. En ese entonces era un país inviable, era casi que una sociedad sin futuro en la que vivíamos todo el tiempo sorprendidos por una realidad de violencia que nos desbordaba a todos. Vivir en esa época era descorazonador: las masacres, los desplazamientos, las bombas, la corrupción, el narcotráfico, la guerra. No es que esto haya cambiado muchísimo, pero sí estamos en una situación menos traumática que la que fueron esas dos décadas tan complejas. Pero bueno, también es que Colombia es como el cangrejo, un paso adelante y dos atrás.
¿Entendería esta película como una más que hace una radiografía del conflicto colombiano?
No, yo creo que es una película con muchos elementos. Es una historia sobre una gente que no estaba directamente involucrada en el conflicto, pero que se vio inmersa en ese mundo de violencia, en esa locura que se generó en el país. Es una película que le genera preguntas al espectador en el sentido de que lo pone contra un espejo a pensar qué tanto de la culpa de todos estos problemas la llevamos por dentro.
Es una historia sobre una forma común de resolver cualquier problema, matando...
Desgraciadamente sí, por eso, una de las frases que hemos usado para definir la película es que se trata de la historia de un hombre que decide resolver sus problemas personales de la misma manera como la sociedad en que vive resuelve los problemas sociales. Esa es mi lectura de la película.
EL TIEMPO