Y mejor Nairo, que adorna su cabeza con ideas, que James o Falcao, que la decoran con peluquiados. Y es que en Colombia, Nairo demuestra que la tierra no miente, mientras las series nos dicen que pasa más país por sus historias que por los noticieros.
Mejor Nairo que James. Hay héroes populares que nacen de la tierra y no olvidan su destino. Nairo gana y manda imagen de él, su mujer campesina como él y su hija gordita y boyacense con una cartelera en la que dice que SÍ a la paz.
Su primer testimonio de campeón es para afirmar que su victoria es aporte a la paz. Y cuando lo entrevistan habla muy bien, con la sabiduría que da la tierra y el sabor de los que tienen la cabeza bien puesta.
Mientras tanto, los futbolistas famosos andan más pendientes del billete y de adornar su cabeza con peluquiados.
Cuando los entrevistan hablan como robots del ‘marketing’. Y se declaran hinchas de la Colombia sin política y que por eso no dicen ni sí ni no.
Nairo es un héroe popular que aguanta una entrevista con la sabiduría de la tierra y no del ‘marketing’. Y por eso emociona y da alegría.
Colombia es ficción y no noticia. Si se ve cada noche, el noticiero es pura polarización, opinión-mentira de ambos lados, y los periodistas abdicando de informar: no les ponen a las noticias datos, ni contextos ni verificación. Las mentiras y los odios pasan en directo. Por eso, mejor, mucho mejor la ficción.
En Caracol, ‘El desafío’ es un espectáculo donde unos hambrientos de fama y con buen cuerpo se exponen al esfuerzo físico para ganar unos pesos; ‘La niña’ cuenta ese país por venir con los guerrilleros ganándose un lugar en nuestros odios; ‘Sin tetas sí hay paraíso’ intenta mostrar otro modo de lograr la felicidad, distinto a la silicona del narco y nuevo riquismo nacional.
RCN presenta ‘Todo es prestao’, la vida de Galy Galiano, que documenta cómo la música, la tenacidad y la paciencia son modos de llegar a ser alguien; ‘Sala de urgencias 2’ nos recuerda cómo, en este país, la salud es un negocio de corruptos y un dolor de la sociedad.
‘En la boca del lobo’ cuenta un pedacito de la realidad narco desde la versión del cartel de Cali; ‘Hilos de sangre azul’ nos muestra los modos cínicos de robar por parte de los ricos.
Estas ficciones están bien producidas, actuadas y contadas. Y se parecen más al país que somos. Mientras que en los noticieros todo es protagonismos de los odios, la sangre, el escándalo.
Las noticias nos recuerdan el país de la guerra, la ficción, el país diverso de la paz. Y Nairo nos muestra al héroe pegado a su tierra.
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión