Hace cinco años, el director colombiano Jaime Osorio sorprendió con El páramo, una cinta visceral sobre nueve soldados que deben ir a una base militar a averiguar qué ha pasado tras un aparente ataque de la guerrilla.
Con gran capacidad para la creación de atmósferas y un estupendo trabajo de cámara, Osorio lograba suplir las deficiencias de una trama livianita y convertía su ópera prima en toda una experiencia de suspenso.
Ahora regresa con Siete cabezas, una cinta que conserva la virtudes de su antecesora y subsana sus deficiencias narrativas para confrontarnos con el mal inherente a la naturaleza humana.
La trama gira alrededor de una bióloga que llega a un parque nacional a investigar la muerte de varias aves. Su baquiano es un guardabosques que esconde tras su misterioso comportamiento una mente atormentada. Las cosas se agravan cuando llega el novio de la bióloga, quien enciende el polvorín. El terror que en El páramo era resultado de destrezas técnicas, ahora tiene mayor contenido dramático. Osorio vuelve a hacer gala de un gran talento para la construcción de ambientes opresivos, apoyado en la confrontación de personajes opuestos que se atraen. Para ello se vale de un elenco solvente, que como quien no quiere la cosa va sembrando un camino de buenas intenciones que conduce a un enfrentamiento del que no parece haber salida.
El suspenso y la amenaza están tan bien construidos que uno no puede dejar de señalar dos trucos tontos que le sobran al guion: una conversación revelada tardíamente y una escena de violencia visual innecesaria.
Incluso sin esos recursos, la cinta habría logrado desnudar plenamente el mal que el protagonista lleva adentro.
‘Siete cabezas’ Dirección: Jaime Osorio Con: Alexánder Betancur, Valentina Gómez, Philippe Legler. Clasificación: 12 años
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