Las historias de familia pasan de unos a otros y es en esa conexión de recuerdos y reminiscencias que se logra un verdadero tejido emocional. Esa es la esencia bajo la que se desarrolla ‘Coco’, la cinta animada que se ha convertido en un verdadero hito, no solo por rendir un homenaje a la belleza y el colorido de la cultura mexicana, sino por rescatar valores relacionados con ese poder filial.
“Perdí a mis padres en los últimos 10 años. Mi hermano murió de sida hace 20 y la esposa de mi padre hace dos; así que en nuestras películas ponemos algunos de sus cuadros, su comida favorita y contamos historias para mantener viva su memoria (y los recuerdos de los que ven las películas). Ahora me doy cuenta de qué se trata todo esto (…) Cuando mis hijos tengan hijos y nosotros, nietos, les vamos a contar las historias de sus bisabuelos”, contó John Lasseter, productor y estratega de Pixar (compañía que hizo la cinta), en entrevista en Brasil en la que participó EL TIEMPO.
De ahí el interés personal y la emoción que evidenció la mirada de un Lasseter que dio luz verde a una historia con un empaque de ternura y un sabor totalmente mexicano, ya que ‘Coco’ se ambienta en el famoso Día de los muertos que se celebra en ese país, pero con una connotación de fiesta, alegría y nostalgia, que a su vez se cuenta con humor y en la férrea tradición de Pixar de convertir a un protagonista sencillo y rebelde en un héroe poderoso que experimenta un viaje personal y emocional.
En este caso se trata de Miguel, un joven que busca convertirse en un músico siguiendo los pasos de su ídolo Ernesto de la Cruz, pero tiene que lidiar con el rechazo de su familia, para quien las melodías y las canciones solo recuerdan situaciones dolorosas e irrepetibles. En la batalla por asumir sus sueños, Miguel termina atrapado en un colorido mundo de los muertos, en el que De la Cruz sigue siendo un ídolo y representa a la leyenda que una vez dejaron Pedro Infante o Jorge Negrete. “Este es un reconocimiento a México y su belleza cultural”, aseguró el director Lee Unkrich, quien codirigió con Adrián Molina la película. Su frase fue una de las más aplaudidas durante la convención de fanáticos de Disney y Pixar, D23, que se llevó a cabo en Anaheim (Estados Unidos), a mediados de este año.
El recorrido de Miguel por un mundo lleno de calaveras de colores y familiares del pasado tiene la dosis de humor y acción que adora el público infantil, pero a la vez ofrece momentos de verdadera tensión emocional que pueden arrancar una lágrima, acompañada dos segundos después por la risa o el humor en su tono más claro. “Coco es una cinta muy bonita para ver”, agregó en una entrevista el actor mexicano Gael García Bernal, quien interpreta en la animación a Héctor, personaje que trata de no ser olvidado y que se convierte en el aliado de Miguel. “Siempre hemos tratado de contar historias bonitas acerca de la familia y de la amistad. Todos los días trabajamos para hacerlo bien”, reflexionó Lasseter al referirse a ‘Coco’, que podría ser el último proyecto del jefe de Pixar y Disney Animation Studios, ya que ha decidido dejar durante seis meses su trabajo ante algunos testimonios de empleadas que lo han acusado de comportamientos inadecuados y sexistas.
Lejos de esa discusión, solo en México ‘Coco’ ya rompió todas las marcas de taquilla. Solo en el fin de semana de estreno alcanzó cuatro millones de espectadores, convirtiéndose en la película animada más exitosa. Pero más allá de ser una carta de amor al país, ‘Coco’ es también el reflejo de una conciencia de apertura cultural más amplia y un mensaje político que asume el riesgo de reconocer al vecino de la frontera, mientras que en otros ámbitos se discute y se pelea por el poder de los inmigrantes y su protagonismo en la vida diaria. Por ahora, la crítica ha reconocido esos alcances y ha detallado algunos de sus defectos.
“Sus directores (...) crean un tapiz ricamente tejido de narración (...), personajes totalmente dimensionales, toques inteligentes a la vez tiernos y divertidamente macabros con imágenes bellamente texturizadas”, escribió Michael Rechtshaffen, en ‘The Hollywood Reporter’. Mientras que Peter Debruge opinó en ‘Variety’ que “Aunque la película resulta algo aburrida en algunas partes, y presenta demasiados chistes infantiles (...), la sincera resolución emocional genera lágrimas que seguramente serán una inspiración”; un comentario que se conecta con el de Drew Taylor en ‘The Playlist’, para quien ‘Coco’ es la revelación emocional de un Pixar que no es empalagoso y que resulta profundamente personal y también universal.
ANDRÉS HOYOS VARGAS
EL TIEMPO
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