Dos rángers del Ejército estadounidense llenos de traumas: un humano, testarudo y empeñado con regresar a las filas a pesar de las heridas profundas y los recuerdos aterradores que le dejó la guerra; y el otro, Lulú, un perro brillante y terco, que solamente ha servido a un amo que acaba de morir en combate. Juntos deben atravesar el país para el funeral, sin saber que ese viaje les cambiará la vida.
Channing Tatum regresa a la pantalla después de cuatro años de ausencia. Nunca terminó de acomodarse al ritmo frenético de Hollywood y decidió tomarse un largo descanso porque aceptaba tantos papeles que ni siquiera sabía si estaba haciendo un buen trabajo. Ha vuelto con las pilas cargadas en Dog: un viaje salvaje (Dog, en inglés), película que, además de protagonizar, dirige junto con su amigo Reid Carolin, guionista de la comedia Magic Mike.
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“Ahora que me hago mayor, disfruto más de la experiencia de hacer cine. Incluso cuando es difícil. Me importa mucho menos el resultado final”, aseguró el actor de 41 años.

'Los perros nos enseñan que solo podemos experimentar ser felices en el presente.': Channing Tatum.
Cortesía Diamond Films
Dog: un viaje salvaje es una road movie (película de carretera) con trasfondo de drama, pero con muchos tintes de comedia y aventura. “¿Quién es más animal de los dos?”, reza el eslogan del filme que acaba de estrenarse en el país y que tuvo para su lanzamiento la primera función a la que pudieron asistir perros a un cine (se llevó a cabo en el sector de La Calera).
“Lo único que necesita Jackson Briggs –el papel de Tatum– es una recomendación. Necesita que su capitán haga una llamada y se comprometa en algo para que él pueda volver a ser soldado. Así que su misión es llevar a Lulú desde el Pacífico norte hasta la frontera con México. Y va a ser un trabajo duro, porque crees que poner al perro en un carro y llevarlo hasta allá es suficiente, pero este perro y este hombre son especiales, van a luchar todo el camino”, cuenta el actor.
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Para dar vida a Lulú, la producción contó con tres perros diferentes, cada uno especializado en un tipo de actuación particular.
Cortesía Diamond Films
Con una enorme fanaticada femenina, este bailarín e intérprete quedó en la memoria colectiva como el sensual stripper en la comedia Magic Mike (2012), que lo catapultó a la fama –y que pronto tendrá su tercera entrega, una continuación de la trama de Magic Mike XXL (2015) que comenzará a rodarse este año–.
Tatum también es recordado por sus papeles en comedias de acción como Comando especial (adaptación de la famosa serie de los 90), filmes de baile como Step- Up; los filmes de acción Enemigo público y G.I. Joe; el drama Foxcatcher o comedias románticas que lo erigieron como el galán perfecto: Querido John y The Vow.
Próximamente actuará bajo las órdenes de Zöe Kravitz –su pareja actual– en Pussy Island y en junio aparecerá en la comedia de aventuras The Lost City, junto a Sandra Bullock.
Tatum y su amigo Reid Carolin produjeron Dog... inspirados en el último viaje que el actor realizó con su perra antes de que muriera por un tumor incurable. “Volver con esta película, que es una inversión hecha con mi mejor amigo, me hace sentir especialmente bien”, comentó.
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Channig Tatum en la primera película de 'Magic Mike', del 2012
Archivo. EL TIEMPO
¿Qué tan complicado es actuar con animales?
No diría que es fácil, pero actuar con perros sí que es bastante predecible: su motivación para la escena es la recompensa de después. Hasta que se quedan llenos y ya no quieren rodar más. Aunque para dar vida a Lulú en la pantalla, el equipo contó con tres perros diferentes, cada uno especializado en un tipo de actuación. No hubo ni un solo día ni una sola escena en la que se rindieran, y eso que están en toda la película. Todos conocían la palabra ‘acción’ y ‘rodando’. Desde el primer día entendieron que eran una indicación para ellos, desde la tercera toma lo tuvieron claro, porque ensayamos un poco antes. Cuando empezamos a filmar, la energía en el set se dispara, incluida la de los perros. Son unos animales muy inteligentes y que les encanta trabajar: ‘¿Qué hay que hacer? ¿A dónde vamos? Hagámoslo tantas veces como podamos, por favor no nos vayamos a dormir’ (se ríe).
¿En qué se parecen Briggs y Lulú?
Los dos están locos. Van a ir hasta el final hasta que no puedan ir más allá. Creo que cuando tienes dos personajes que se confrontan todo el tiempo, siempre hay uno que cede. Es por eso que sabes que tienes fuegos artificiales en cualquier momento de la película. Es como si hubiera una caja de pólvora en el carro que puede estallar: los dos son iguales, lo único es que uno es humano y el otro, un animal. Son como un espejo. Pero Briggs descubre de a poco que tiene una enorme conexión con el perro, pero es algo que le sucede lenta e inconscientemente.
¿Cuál es su apreciación de los perros?
Son seres muy presentes. No piensan tanto como nosotros; es decir, no sabes cuándo están pensando en el futuro o en el pasado, quién sabe, pero cada vez que vuelves a casa para ellos es como la primera vez que te ven en la vida. Puedo salir de casa por 30 minutos, y Cutie, mi perra, celebra frenéticamente: ‘Dios mío, has vuelto, has vuelto’. Es un recordatorio de que la felicidad es posible, y que como humanos, aunque nos centremos en el futuro o en el pasado, solo podemos experimentar ser felices en el presente. Y los perros son muy presentes. De repente su estado puede pasar de estar dormido a estar en el mejor momento de su vida, o cambiar a otra emoción en un instante, todo en tiempo real. Eso es algo hermoso. Creo que los humanos aman a los perros por eso.
CULTURA - EL TIEMPO (@CulturaET).
Con información de Efe y entrevista cedida por Diamond Films.