Toda su vida ha transcurrido en cercanÃas de Boavita, Boyacá; ha sido objeto de burlas, pero ahora vive un inesperado reconocimiento por su aparición en la cinta.
Quienes creen que la transexualidad es un comportamiento adquirido se sorprenderán de verla crecer silvestre en las montañas de Colombia.
Lejos de influencias culturales, una campesina de unos cuarenta años ha construido un mundo solitario donde habita en su singular condición: atrapada en un cuerpo de hombre y en un mundo reaccionario que la ve como un bicho raro.
Ella es la señorita María y vive cerca del municipio de Boavita, en Boyacá, hasta donde fue a buscarla el cineasta Rubén Mendoza. A través de su cámara y sus preguntas, el espectador descubre la historia del hijo de una pareja de hermanos que desde niño fue abandonado y asumió su condición femenina bajo la crianza de su abuela.
Con el paso del tiempo, la señorita María se vio forzada a vivir entre la mirada desconfiada de la gente y la escasa atención de un par de vecinas que la ven con lástima.
Abordar una historia como esta, sin duda, es tentador, pero no está exento de riesgos. Así como es fascinante ver a una persona luchando para sacar adelante su orientación sexual contra viento y marea, hasta el punto de verse abocada a la soledad, se corre el peligro de caer en la explotación.
Mendoza evita esa trampa con mucho tacto y captura estupendos momentos cinematográficos, como la relación de la señorita María con una vaca preñada o el cambio de su cédula de ciudadanía.
Tras explorar el universo exterior de este personaje único y entrañable, el espectador queda con ganas de conocer un poco más de su manera de ver el mundo, lo que puede ser una limitación pero también una virtud de este cautivante documental.
Señorita María **** Dirección: Rubén Mendoza Género: documental Clasificación: apta para todas las edades