Andrew Garfield (centro), quien hizo de Spiderman, protagoniza este drama junto con Claire Foy (izquierda), la joven reina Isabel en la serie âThe Crownâ.
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CortesÃa
‘Una razón para vivir’, el drama que hace llorar hasta al más rudo
Encasillar a alguien como Andy Serkis, la verdad, puede resultar inútil. El actor detrás de personajes digitales como Gollum en ‘El señor de los anillos’ o el simio César en la saga de ‘El planeta de los simios’ ha salido de lo predecible para estrenar ‘Una razón para vivir’, su debut como director, que ya está en cartelera.
La cinta es protagonizada por Andrew Garfield, antes encasillado en el rol de ‘Spiderman’ y quien sorprendió con su nominación al Óscar por la cinta de Mel Gibson ‘Hasta el último hombre’. Y en la presentación de la película en el Festival de Toronto, el actor confesó que lloró cuando leyó el guion: la historia real de Robin y Diana Cavendish, feliz pareja con todo un futuro por delante, pero con un trágico tropezón, cuando Robin es diagnosticado de polio y su única posibilidad de sobrevivir, a inicios de los 60, es permanecer en un hospital conectado a un ventilador, pues no puede mover su cuerpo del cuello para abajo. “Es una de esas historias que no puedes evitar que te inspiren y te cambien”, cuenta Garfield.
Claire Foy, quien podría ser encasillada por su papel como la joven reina Isabel en la serie de Netflix ‘The Crown’, es la fortaleza que encuentra Robin para encarar su nueva condición: es quien lo sostiene y se atreve a llevarlo más allá de lo que se supone puede estar, lejos de la sala de hospital, lejos del ventilador que lo hace respirar y del séquito de doctores y enfermeras. Decide llevarlo a su casa a pasar los últimos meses de vida: con 28 años, ya tiene una sentencia de muerte. “Lloré tanto fuera como dentro de la pantalla”, dice la actriz.
Serkis dice que escogió esta historia para empezar su carrera como director por dos razones: primero, porque esta es la historia de su socio en su compañía, el productor ‘indie’ Jonathan Cavendish, hijo en la vida real de Robin y Diana Cavendish. Además, agrega, hay un factor que resultó familiar. “Mi padre es médico y mi madre enseñaba a niños discapacitados, con polio, con espina bífida. Además, tengo una hermana que sufre de esclerosis múltiple. Pero tratar de existir fuera del sistema hospitalario en ese momento (el año en que comienza la cinta) era como escalar el Everest. Esa lucha es lo que me inspiró a hacer este cuento”, describe el director.