Es cierto que en el más reciente episodio de 'Game of Thrones' no hubo tanta sangre y fuego como el anterior. Pero hay que reconocer que tuvo muchos elementos para sumar a la trama que no dejaron de ser sorpresivos.
Primero, lo que la mayoría pensábamos: Jaime Lannister se salvó y logró regresar a los brazos de una Cersei cada vez más manipuladora y quien dio uno de los primeros giros interesantes al revelar su embarazo y su afán de seguir luchando por su casta familiar, a diferencia de Sam, quien perdió a su padre y a su hermano en una calurosa ejecución de Drogon.
Mientras, Daenerys Targaryen parece estar alimentando un cariño especial por Jon Snow, sentimiento que se vislumbró ante la positiva reacción del dragón mayor.
Una situación que también fue parte de las especulaciones más acertadas, acerca de la cercanía genética del bastardo y la reina.
Las poderosas mueven sus cartas, mientras aparece la idea de un armisticio a los conflictos de poder, ante una amenaza más fuerte: los caminantes blancos, que tendrán el protagonismo que se esperaba de ellos la próxima semana.
Pero en el ámbito medio también se cocinan más conflictos, con una Arya que parece reanimar antiguos problemas con su hermana, mientras cae en el juego de un Littlefinger que confía en tener un as bajo la manga en Winterfell.
Sin embargo, se puede esperar una jugada inesperada de la pequeña de los Stark, tenemos que recordar que con ella nada está escrito, a pesar de que parece creerse un viejo mensaje de su hermana que en realidad fue manipulado por Cersei.
Ciertos toques de humor (muy finos) de Davos y Tyrion le dieron al capítulo un sabor especial y una tranquilidad de corto aliento, en ese viaje en el que la mayoría de los protagonistas asumen para reavivar la aventura.
A los consejeros de Daenerys y de Snow y a Johra Mormont (el 'mejor amigo' de la Reina de los Dragones) se les une Gendry, quien reaparece para unirse a la lucha contra los soldados del hielo y la muerte.
También estarán en ese ruedo Tormund, Hound y Thoros, que tienen que dejar a un lado sus conflictos para asumir esa batalla que podría cerrar el siguiente episodio de la serie.
Claro, tampoco se debe olvidar la deserción de Sam, quien ya sabe el poder del conocimiento en todo este conflicto, pero parece intuir que hay que estar cerca de la acción para ser más efectivo en su papel dentro de toda la lucha de poder.
ANDRÉS HOYOS VARGAS
Cultura y Entretenimiento
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