El cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, “profundamente emocionado”, recibió un Óscar especial por la creación de su instalación de realidad virtual ‘Carne y arena’, estatuilla entregada por la Academia de Hollywood durante la ceremonia de sus premios honoríficos.
Iñárritu y su socio, el director de fotografía Emmanuel ‘Chivo’ Lubezki, unieron sus talentos para construir, durante cinco años, una experiencia artística en la que la realidad virtual y el simbolismo sitúan al espectador en el corazón mismo de los inmigrantes indocumentados que cruzan a EE. UU. desde México.
“Se lo dedico a los millones de inmigrantes en el mundo entero a los que se les ha negado su realidad, secuestrada por la política y las ideologías que no dejan ver al mundo lo que les está pasando”, dijo el artista.
“No sé si esta gota de agua hará alguna diferencia, pero es un intento de transformar a la gente, especialmente a quienes tienen prejuicios sobre los inmigrantes. Ojalá exploren esta instalación y tengan un mejor entendimiento”, comentó.
Basándose en los testimonios de varios inmigrantes, Iñárritu, que presentó el trabajo en la pasada edición del Festival de Cannes, ideó esta obra hiperrealista que coloca al espectador en medio del desierto de Sonora.
Allí comparte el drama de un grupo de indocumentados que, liderados por un coyote, un traficante de humanos, intentan ingresar en territorio estadounidense mientras agentes de inmigración tratan de arrestarlos.
Una vez concluida la alfombra roja, por la que desfilaron artistas como Jennifer Lawrence, Emma Stone, Justin Timberlake, Robert Pattinson, Margot Robbie, Jessica Chastain o Hugh Jackman, entre otros, Iñárritu tomó la palabra dentro de la sala Ray Dolby Ballroom, del Hollywood & Highland Center.
Durante el evento, la Academia entregó los premios Óscar honoríficos al actor canadiense Donald Sutherland, la cineasta belga Agnès Varda, el guionista y director estadounidense Charles Burnett y el director de fotografía neoyorquino Owen Roizman.
Comentar