Una mansión en decadencia. Una antigua actriz de cine mudo. Artistas de un circo pobre desaparecidos. ¿Qué tiene que ver una cosa con otra? El interrogatorio es la investigación del comisario Fabián en la mansión de la famosa actriz de cine mudo Augusta Jonás. La gente desaparecida o muerta, sobre la que investiga el comisario, en algún momento pasó por la mansión Gualteros, y tuvo relación directa, íntima o indirecta, con la famosa actriz. Poco a poco, y a partir de las preguntas del comisario, se van descubriendo las conexiones entre uno y otro elemento. Todo parece ficción. Hay hechos bestiales y salvajes, que se podrían inscribir en el terreno de lo irreal, pero suceden aquí, ahora. Son verdad.
Aunque no es una alegoría, los hechos que se narran en la nueva obra del Teatro Petra, El interrogatorio, son “la ficción de la verdad”.
Después de 36 años de trabajar juntos, esta es la primera vez que Fabio Rubiano y Marcela Valencia, cofundadores de Petra, se encuentran solos en las tablas. ¿Cuándo? De miércoles a sábado a las 7 p. m.¿Cuál es la historia detrás de El interrogatorio?
“A partir de eso empieza a a averiguar cuál fue la conexión de ella con estas personas, y empiezan a aparecer diferentes historias y cosas muy cercanas a lo que uno ve en la realidad nacional”
Fabio Rubiano: El argumento es muy sencillo: hay cuatro personas desaparecidas, que son dos jóvenes de circo y un hombre bala; una empleada doméstica y un habitante de la calle. No hay ninguna conexión entre las cuatro, solo que estuvieron en algún momento en la mansión de una antigua actriz de cine mudo (antigua no porque sea ella antigua, sino porque antes fue actriz de cine mudo). Es una casa donde se realizan fiestas, entonces el comisario Fabián, que es el personaje que yo hago, va a la mansión de la actriz, que se llama Augusta Jonás, que es el personaje que interpreta Marcela. Y a partir de eso empieza a preguntar y a averiguar cuál fue la conexión de ella con estas personas, y empiezan a aparecer diferentes historias de amor, de horror y cosas muy cercanas a lo que uno ve en la realidad nacional, solo que vistas desde una óptica ficcional y alejándonos un poco para poder ver la realidad no desde la coyuntura, sino desde los espacios teatrales.
Tengo entendido que hay un epígrafe que dice: “Todo lo que pasa en un país puede caber en esta mansión”...
Fabio Rubiano: Hay varios, pero sí, ese me gusta. Es una mansión que tiene diferentes pisos. Son cinco piezas, tres obras teatrales, tradicionales, en un escenario. Una pieza que es como una acción plástica donde vamos a hacer como una exposición de todos los objetos que aparecen en la obra, ya sea desde una tijera de cortar maleza o de cortar manos; unas materas que pueden servir para sembrar plantas o cuerpos, unos muebles muy elegantes, los vestidos excesivos, el maquillaje... Es una serie de metáforas.
Actúan ustedes dos solos, ¿cómo fue esa relación en la obra?
Marcela Valencia: Yo ya le había dicho a Fabio que me gustaría hacer una obra en la que estuviéramos los dos. Y sí, se da por la coyuntura que la hayamos hecho ya porque precisamente el aforo que nos permiten no da para más. Nos hemos entendido muy bien con Fabio en el escenario. Llevamos casi 36 años trabajando juntos.
Fabio Rubiano: Se junta todo. Que queremos hacer una obra los dos, el aforo, que tenemos esta mansión... y todo empezó a conjugarse. Dijimos: ‘Podemos contratar actores, pero corremos el riesgo de que por la pandemia o el paro no llegue la gente’. Entonces decidimos irnos los dos, que somos los fundadores y pase lo que pase ponemos el pecho. Lo que ha pasado es que ha sido maravilloso porque la sala se ha llenado todas las veces con las cuarenta personas. La estamos pasando muy bien. Y bueno, es importante decir que apoyamos el paro. La jefa de sala cuando presenta la obra dice: “En el día y en la tarde estamos en la calle, y en la noche estamos en el teatro”. La contradicción de si estamos en paro, por qué estamos trabajando, la respuesta es que como forma de resistencia. Las expresiones culturales son necesarias en esta situación.
El tema del que hablan es también muy político, pero no sé si es una alegoría de la realidad...
Fabio Rubiano: No, alegoría no, las alegorías las odio. Es más cómo a partir de los referentes de lo que sucede en el país venimos a trabajar con estos personajes. Hay elementos muy concretos que a mí me gustan mucho y que es una característica de nuestros y nuestras dirigentes: el cinismo. Es como si vivieran en una realidad paralela, en una vida maquillada. Por eso la insistencia de que sea una actriz y una expresionista: ¿está actuando?, ¿sí cree eso?, ¿es culpable?, ¿se está haciendo la loca cuando dice ‘la única que no está involucrada soy yo’?, y frases comunes dentro de nuestra gente de bien. El personaje dice: ‘Yo siempre he tenido una buena relación con la servidumbre’; o cosas como: ‘Alguien que se llame Yolima debe tener muchas necesidades’. Frases que va soltando a medida que avanza la obra. Sí es un juego con la realidad nacional, pero no es una alegoría.
Marcela, ¿cómo describiría a su personaje?
Marcela Valencia: Es una actriz, una diva y es una mujer que miente, como los gobiernos, a todos los que la rodean. Todo el tiempo está en una farsa, y no en el sentido teatral, sino que ella y todo lo que la rodea son una farsa.
Fabio Rubiano: Se la pasa cambiándose de vestidos todo el tiempo.
Marcela Valencia: Sí, es que tiene que demostrar su vestuario, su poder. Y realmente es una mujer que tiene poder, tanto que las autoridades del país van a las veladas que ella hace y por esas mismas razones hace lo que quiere. Es un poco el retrato de mucha gente de este país. Y sí, no es una alegoría, pero sí hablamos del entorno. Yo no me puedo poner una venda en los ojos frente a todo lo que pasa en el país, y justo El interrogatorio se vuelve más actual con la coyuntura nacional. Este personaje representa a esa gente que anda con una venda o que hace lo que hace porque cree que es un bien para la sociedad.
Fabio Rubiano: Por eso es que era muy difícil hacerlo con otra actriz. Marcela tiene un arco histriónico muy fuerte: de un momento a otro puede pasar de la farsa a estar en un momento dramático muy poderoso, a veces puede conmover, o uno puede decir que está mintiendo. Uno no sabe en qué realidad está ella. Por eso está tan llena de cosas, de joyas, maquillaje, vestuarios... No sabíamos que iban a suceder tantas cosas horrorosas contra los jóvenes, pero sí empata que para ella, todo lo que tiene en su casa es valioso, pero no la gente. Que es como lo que está sucediendo ahora. Uno tenía sospechas de que así pensaban, pero no pensábamos que hubiera tanto cinismo.
Fabio, ¿cómo describe usted a su personaje?
Fabio Rubiano: Es un personaje que tiene una formación académica como comisario para interrogar y hacer entrevistas. Cuando alguien llega a un interrogatorio no llega desde cero, sino con información que previamente conoce y que va dosificando a medida que avanza la charla. No se trata de un interrogatorio en el que te ponen una luz en la cara, sino que es más una conversación. Es empezar a desarrollar una conversación normal. Este personaje tiene una transformación de la que no podemos hablar, porque no queremos quitar velos que son necesarios para que el público asista.
SIMÓN GRANJA MATIAS
REDACCIÓN DOMINGO
@SIMONGRMA