Jorge Hugo Marín ya está ensayando la nueva obra de La Maldita Vanidad, en el barrio Teusaquillo, de Bogotá.
Se trata de 'Si me muero es suya', “un texto de una mujer que decide vender su casa antigua en ese barrio, con un 50 por ciento de descuento, a cambio de que la dejen vivir en ella hasta que se muera”. La obra atraviesa el alzhéimer como padecimiento.
La protagonizan Carmenza Gómez, David Osorio y Angélica Prieto, entre otros, y todo el mundo, incluido Marín, el director, andan muy comprometidos con los ensayos y el cuidado.
“La estamos ensayando pensando en sacarla en videoteatro, con una cámara dentro del espacio y, si se puede, con un público que no sobrepase las seis personas en la sala”, agrega Marín, que es lo que, en las cuentas da con las nuevas disposiciones del nuevo decreto.
De las dos casas que tenía La Maldita Vanidad queda una. “El hostal no se pudo mantener”. El que tiene ahora, dice, es un mejor espacio que espera poder reabrir. “Todos los días recibimos llamadas de la gente preguntando cuándo arrancamos, pero aún no hay claridad y las exigencias son muchas”.
El hecho es que esta emergencia, aunque tiene a Marín y al grupo en espera de poder hacer pagos y de nivelarse de nuevo en la parte económica, los llevó a “rearmarse.
Hicimos una gran reducción de costos y yo creo que el proyecto va a salir fortalecido. Hemos mediado con los acreedores, que son muchos, en medio de este panorama tan hostil, y la gente que depende de nosotros espera sus pagos, pero vamos pasando esta tormenta, que nos afectó a todos”, asegura.
En medio de vivir de “capa caída”, ha sentido un gran impulso. “Hemos empezado a emitir funciones para Europa, que las hacemos los sábados a las 3 de la tarde. Cada espectador paga 10 euros y eso ayuda para tener algún dinero disponible. La obra La bailarina y la escopeta se repite a las 8 p. m. para esta parte del mundo. Sí, perdimos mucho, pero en medio de todo también ganamos”.

Pinocho y Frankenstein le tienen miedo a Harrison Ford’, obra del Teatro Petra que se podrá ver en septiembre vía web.
Foto: Carlos Mario Lema
“Según el decreto del Gobierno, para poder funcionar solo se puede ocupar el 50 por ciento de la sala. Es decir, una fila sí y una fila no. Y en las que sí, se puede ocupar una silla de cada tres. Eso da el 33 por ciento del 50 por ciento, que es, en mis cuentas, como el 16,7 por ciento. De 120 sillas se pueden ocupar 20. Y ese punto de equilibrio no le sirve a nadie”, dice Fabio Rubiano, de Petra, grupo teatral que formó con Marcela Valencia. “Esto ha sido como un electrocardiograma: sube y baja, sube y baja”, dice Rubiano, uno de los más importantes dramaturgos del país.
Y mientras se regresa a lo que siempre han hecho, en Petra se le miden a todo: asesoran a grupos de Urabá y tesis estudiantiles, y dan talleres de dramaturgia y 'clown'.
“Marcela está haciendo sus Master casi, que ya va por su séptimo capítulo, hacemos pódcast, que antes eran cada 8 días y ahora cada 15, porque andamos ocupados”. A partir de septiembre, además, habrá una temporada virtual de los clásicos de Petra: Mosca (la original), Pinocho y Frankenstein le tienen miedo a Harrison Ford y Imago mundi, entre otros.
“Además, empezamos los ensayos de una obra nueva, por ahora virtualmente, con Liliana Escobar, Marcela Valencia, Jacques Toukhmanian y Juanita Cetina. Pero lo importante es volver al escenario, el teatro no es una obra de teatro, es un evento alrededor de este arte, con la llegada de la gente, la espera, la conversación, es generar comunidad”.
Hasta el momento y con préstamos han mantenido la nómina, pagando el 50 y el 75 por ciento de los salarios y esperando mejores días.

En el Teatro Mayor se realizan grabaciones de conciertos sin público.
Juan Diego Castillo
En el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo siempre tuvieron clara la importancia de un soporte digital, lo que les ha permitido, desde hace algunos años, hacer transmisiones. Y durante la emergencia, este espacio, en el que se presentan conciertos, espectáculos de danza de gran formato y obras teatrales, entre otros, han emitido grabaciones de distintas presentaciones.
“En septiembre –dice Ramiro Osorio, su director– tendremos a Jordi Saval, gran violagambista y director de orquesta español, con Las rutas de la esclavitud (del 10 al 17); al Ballet de la Universidad de Guadalajara con su espectáculo Corazón de México (17 al 24) y a la Orquesta Sinfónica Nacional (24 de septiembre al 1 de octubre)”.
Agrega que “en lo que resta del año cumpliremos con las producciones que teníamos programadas con agrupaciones colombianas; de esta manera, continuamos con el compromiso de apoyar el trabajo de nuestros artistas. Haremos unas 50 grabaciones que enriquecerán la oferta de la plataforma teatrodigital.org y en alianza con Canal Capital transmitiremos jazz, música de cámara y teatro. Esta última es novedad, pues es la primera vez que emitiremos espectáculos teatrales hechos en nuestras salas”.
Igualmente, desde que pudieron retomar actividades sin público “hemos realizado grabaciones con Los Rolling Ruanas y el Quinteto Leopoldo Federico”.

En la pandemia los ladrones han intentado robar el Teatro Santafé. Archivo particular
Archivo particular
Cuando empezó la emergencia, Juan Ricardo Gómez, director de los teatros Santafé y Balarte, en Bogotá, lo primero que pensó fue: “Esto va para largo”. Así que se dedicó a digitalizar las obras que presenta en sus espacios y ponerlas en línea, con buena calidad y audio. Son 13 las que se pueden ver.
“No ha sido fácil. Me levanto todos los días y me siento a trabajar, a buscar estrategias. Este, de verdad, hubiera sido un gran año para mí, pues tenía presentaciones en distintas ciudades del país, así como en Ecuador, Estados Unidos y México. Pero ya no lo fue y los que tenemos a nuestro cargo salas teatrales debemos acomodarnos”.
Le sorprende, eso sí, que el teatro como género no tuviera una línea de crédito bancaria especial y que, cuando le han debido bajar los precios de los servicios, estos subieron. “De verdad, nuestro trabajo, que genera recursos y empleo, no ha tenido apoyo, salvo convocatorias”.
Y agrega: “No me puedo quedar esperando a que den soluciones. Por ahora, consigo lo del día a día, y pagarles algo a los actores y la gente de producción con las boletas virtuales. Ellos lo agradecen mucho”.
La actriz Amparo Conde tenía dos caminos: “Esperar ayudas del Gobierno en esta pandemia, entendiendo que ningún gobierno está preparado para algo así, o buscar opciones”. Y las encontró con verteatro.co, plataforma en la que tiene montajes como Débora y Crónicas desquiciadas.
Es un formato de empresarios panameños “y les abrí las puertas a todos los artistas. Cada uno monta su espectáculo, se sube el contenido y se les da la opción a los espectadores para que disfruten de las artes escénicas. A nosotros nos interesa el entrenamiento creativo constante y esto nos lo permite”.
Aunque no es ‘ducha’ en redes ni en formatos, Conde ha ido aprendiendo y tiene un equipo que le ayuda. “Pero me he ido metiendo, porque a mí me gusta que todo me quede bien y cada uno sabe de su tema, el mío es el teatro”. Mientras llega de nuevo el escenario real, el que tanto le gusta, con público, y la televisión, donde siempre tiene personajes, hay más planes: “Trabajar en contenidos para las población con discapacidad”.

La actriz Amparo Conde trabaja actualmente en Verteatro.co.
Archivo particular

Afiche del Festival de Teatro Internacional de Manizales 2020.
Cortesía del Festival
Cuando empieza Festival Internacional de Teatro de Manizales, la ciudad acoge a los que llegan y se convoca a sí misma. En la capital de Caldas, que casi siempre recibe con sus nevados a la vista, hay arte durante varios días, un encuentro muy especial que ya tiene más de medio siglo.
Pero este año será diferente. Empezando por el cambio de fechas: la edición 52 se hará del 6 al 12 de octubre y de manera virtual.
Según su director, Octavio Arbeláez, “hay que valorar el teatro, la responsabilidad y oportunidad de los creadores y toda la gama de herramientas teatrales para producir hechos dramáticos y nuevos formas de relacionarse con el mundo en este momento”.
Dice que en medio del proceso de organización se hicieron varias preguntas: “¿Para qué el teatro, para qué montarlo? Pero los artistas estuvieron a tiempo, con sus salidas. No hay teatros abiertos, pero sí saber qué obras se requieren y su necesidad”.
Además, habla del gran “arsenal en los soportes videográficos. Para hacer el festival, nos propusimos ver cómo diablos estaban haciendo y transmitiendo esos mensajes transmedia, de qué manera se comunican con el mundo. Hoy tenemos teatro por teléfono, WhatsApp, Facebook Live, Twitter, YouTube, Zoom y hasta las viejas formas, las del radioteatro”.
Todo lo anterior estará en Manizales durante la celebración del festival, que quiere mostrar cómo el sector paga la deuda pendiente que tenía con la tecnología, “que ahora tiene nuevos conceptos y manifestaciones estéticas. Lo que se miraba como una materia aplazada ahora va con un apoyo dramatúrgico y unas herramientas más acordes con los signos de los tiempos. Veremos cómo dialogan”.
‘Tu casa es el escenario’ fue el punto de partida para hacer esta versión, un festival realizado recientemente con 48.000 espectadores en tres días y que contó con participantes de Nicaragua, Cuba, República Dominicana y Portugal, entre otros.
También habrá un mercado virtual en el que ya están confirmados 35 directores de festivales internacionales de 22 países, que mirarán no solo lo que se puede hacer por plataformas sino también los proyectos de sala pensando en el 2021 y 2022.
El panorama de la programación se centrará en Colombia, aunque habrá un buen número de propuestas internacionales, una de ellas, una obra que se hará desde Uruguay, Brasil y nuestro país. También, un encuentro con escritores y las propuestas de varios grupos, entre ellos los pódcast de Petra.
Arbeláez cuenta que hay planes para llevar pantallas gigantes a los barrios, para que la gente, desde sus ventanas, vea las obras, y también, llegadas a las casas de algunos espectadores con café del Eje Cafetero y ron. Todo, para que parezca fiesta, porque una fiesta maravillosa es lo que es el Festival Internacional de Teatro de Manizales.

Teatrino de los Andes, nuevo escenario para 225 carros.
Archivo particular
Uno de los escenarios que acaba de abrir sus puertas es el Teatrino de Los Andes, en el antiguo Hipódromo de los Andes, que tiene tres pantallas gigantes y al que se asiste en los carros.
Su oferta es variada, desde espectáculos teatrales como Caliente, caliente y Por todo lo que jodemos las mujeres, que es de stand up comedy hasta cine para adultos y niños, e incluso, tendrán celebraciones religiosas.
Este lugar, con 17.000 metros cuadrados, hay capacidad para 225 carros (con su respectiva separación), cuenta con 4,2 millones de pixeles en pantallas led, sonido digital 5.1 canales, transmisión FM al sistema de audio de tu vehículo y efectos especiales sensoriales.
Sus dueños afirman que tienen garantizados los sitemas de bioseguridad.
Además de esperar la ‘luz verde’ para arrancar, para sus propietarios “fue importante encontrar la manera para que todo el entretenimiento lo pudiéramos unificar en un solo sitio. Más que un problema es adecuar un lugar tan grande, debido a que cada vez que necesitas poner o quitar, se debe dimensionar este espacio y se requiere de grandes esfuerzos para cualquier ajuste”, dice Julián Pérez, uno de los fundador de este empresa de entretenimiento.
Agrega que están en conversaciones con varias compañías de teatro para presentar más obras.
OLGA LUCÍA MARTÍNEZ ANTE
Cultura
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