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Arte y Teatro

Otello carga su cruz en la ópera

En la producción participan cerca de 200 artistas.

En la producción participan cerca de 200 artistas.

Foto:Antoni Bofill / Teatro Colón

La pieza de Verdi se presenta en el teatro Colón de Bogotá hasta el primero de julio. 

No solo por su acción trepidante, sino por su profundo estudio del racismo y las diferencias religiosas y sociales, que se van cocinando en un trágico coctel que explota al final, Otello es considerada una de las tragedias más contundentes de William Shakespeare.
El compositor italiano Giuseppe Verdi, con el libreto de Arrigo Boito, llevó al terreno de la ópera esta obra maestra del inglés, que ahora el teatro Colón presentará hasta el primero de julio.
El alemán Willy Decker es el director escénico de la ópera, y entre sus apuestas estéticas se destaca la construcción de un escenario inclinado.
Según el director, que le contestó algunas preguntas a EL TIEMPO, las líneas y los espacios inclinados tienen la ventaja en el teatro de que el sentido de perspectiva en escenarios relativamente pequeños hace que la profundidad parezca mayor.
“Además, esta inclinación obliga a los actores a que cada uno de sus pasos se dé a conciencia. Esto hace que la concentración y los movimientos, así como el aspecto visual, sean más comprensibles al público, especialmente en conjuntos grandes y escenas corales”, aseguró Decker.
Más allá de esta inclinación, la escenografía se enfoca en lo minimalista, y solo se destacan elementos como una gran cruz blanca que refleja el aspecto religioso de la historia, que se desarrolla en la isla de Chipre a finales del siglo XV, en aquella época dominada por la República de Venecia.
Según el director, que ya había montado Otello en el Liceu de Barcelona, para él es determinante una pregunta a la hora de crear una puesta en escena: ¿qué es realmente verdadero e indispensable en esta obra, qué es superfluo y qué se puede dejar de lado?
“A través de mi desarrollo como director escénico, los espacios que pongo sobre el escenario son cada vez más vacíos y más estrictos, y los muebles y útiles prácticamente han desaparecido. Solamente quedan aquellos que tienen un determinado significado. A través de estos espacios radicalmente vacíos, el intérprete aparece más claro, más preciso, más visible”, afirma el alemán.
Por eso, según el director, los cantantes están “desnudos”, ya que no se pueden esconder detrás de decoraciones rimbombantes. En la paleta de colores sobresalen las escalas de rojos y de grises, y, aunque Decker acepta que esos colores son siempre muy complejos y pueden tener muchos significados, tanto en el teatro como en la pintura, asegura que no se puede ni se debe tratar de aclarar esos significados partiendo de la razón.
Decker anota que, partiendo del hecho de que la acción se desarrolla en la sociedad veneciana, Desdémona y Cassio son blancos, mientras que a los dos asesinos de la obra, Otello y Yago –uno mata por amor y el otro, por odio–, el conflicto político y la contraposición entre el bien y el mal hacen que sean casi negros.
“Sin embargo, este es solamente un aspecto. Los colores continúan siendo diversos en sus significados”, añade Decker, quien dirigió por primera vez en Colombia hace 30 años y además ha trabajado en templos de la lírica mundial como el Metropolitan Opera, de Nueva York, donde dirigió La traviata.
Otello tendrá como director musical al británico Hilary Griffiths, quien curiosamente también empezó a trabajar en Colombia antes de comenzar a sobresalir en el circuito internacional.

Una historia de celos

Todo el relato de ‘Otello’ se mueve por el plan de venganza de Yago (encarnado por el barítono serbio Nikola Mijailovic), quien no perdona que su jefe, Otello (Zoran Todorovich), el moro de Venecia, haya preferido para el puesto de capitán de la armada a Cassio (Christian Sturm).
Los planes de Yago se sustentan en que Otello empiece a desconfiar de su amada, Desdémona (Gulnara Shafigullina), y además de eso busca que Cassio caiga en desgracia ante sus superiores.
Es así como los celos incontrolables de Yago empiezan a destruir su relación con Desdémona.
El elenco se complementa con los venezolanos Ernesto Morillo (Ludovico), Ana Mora (Emilia) y Álvaro Carrillo (Montano) y el colombiano Manuel Franco (Roderigo).

FUNCIONES

Hoy, 27 y 29 de junio y primero de julio, 7:30 p. m. Teatro Colón. Calle 10.ª n.° 5-32. Informes: tuboleta.com. Desde 40.000 hasta 230.000 pesos.
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