Una noche de lluvia, dos policías de Chicago reciben una llamada y salen a ver qué sucede con un niño. Equivocadamente, y en un momento de falta de sentido común, se lo entregan a un hombre que dice ser su familiar, pero que no se le parece. Son días de una lluvia que no para y así serán los siguientes.
El niño muere a manos de un asesino en serie que además es caníbal y los policías terminan implicados por este y otros hechos. Son Rolo y Dani, que se conocen desde la infancia, y que en esta adaptación de la obra 'Lluvia constante' (basada en hechos reales), traducida por Juan Fisher, son de Bogotá.
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Fisher, además, es el director de este montaje creado por Keith Huff (productor de Mad Men y House of Cards), que desde el 2006, año de su estreno, se ha presentado en distintos países y traducido a 10 idiomas. En Broadway, en el 2010, fue con Hugh Jackman y Daniel Craig.
En Colombia estará desde el 17 de febrero en el auditorio Sonia Fajardo, de Bogotá, en una producción de Espacio Privado y la Fundación Konrad Lorenz.
Tiberio Cruz y Rafael Rubio son los protagonistas. El primero es Dani, el segundo es Rolo. Dani está casado y tiene hijos, vive bien. Rolo es soltero y alcohólico. Uno se impone en el bajo mundo y el otro prefiere rechazar las torcidas ofertas que aparecen en el camino.
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Dani le hace matoneo a Rolo: por lo que tiene (familia, cosas), por sus logros, le critica su gusto por el trago. “Incluso le dice que se vaya a vivir a su casa para que cambie, pero a costa del poder que quiere tener sobre él”, cuenta Fisher.
Todos son recuerdos. Ahora están solos en el escenario, con dos sillas y efectos de mapping, acusados, con sus carreras en peligro. “Y las cosas pueden cambiar, y mucho”, agrega Fisher, “el poder, por ejemplo; la realidad de sus vidas también. A estos tipos se les friega la vida en un segundo por no pensar bien”.
Y en la intimidad de la sala, Rubio y Cruz, en la piel de sus personajes, “les responden al público, que es como el comité que los investiga”.
Fisher espera que pasen cosas con ese público. Ya, de hecho, ha sucedido en otras partes: asistentes a los que les puede la emoción del momento, que han vivido hechos similares, se descargan contra los actores.
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Con Cruz ya trabajó en Bent, que en el 2020 tuvo que cesar sus presentaciones por la pandemia. Y de él dice: “Lo conocí en las audiciones de Bent, improvisó una escena y se quedó con el personaje”.
Empezaron a trabajar, con el método que Fisher aprendió en Lee Strasberg de Nueva York, a donde se fue a estudiar 7 meses con una beca de la desaparecida Focine y se quedó 5 años en esta institución.
También estudió con Elaine Aiken (1927-1998), que fue su maestra. Ella era de origen español y se volvieron cercanos. Fisher fue su asistente y aprendió su método.
“En Bent, Tiberio me contaba que llegaba a casa y se sentía confundido por la forma de mi trabajo, y se lo decía a su esposa. Pero para esa obra no me equivoqué ni con él, ni con Andrés Suárez ni con Laura García”.
De hecho, Fisher fue actor en la televisión nacional, galán en sus primeros días en Brillo, de El cuento del domingo, entre otras.
Pero en 1986 se quiso ir a aprender, primero estuvo en Alemania y luego en Nueva York, donde vivió hasta el 2019.
“El método, el que yo aprendí, es lograr la capacidad de ser honesto y presente en un escenario, creando una realidad que los actores sientan muy viva y que se la puedan pasar a la audiencia, para que se emocione”.
Cuando dejó Colombia –y sabía que si seguía en el país le podía ir muy bien económicamente– lo hizo porque, aficionado al cine, lo motivaron, entre otros, Robert de Niro y Marlon Brando, por lo que veía en sus películas.
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El método, el que yo aprendí, es lograr la capacidad de ser honesto y presente en un escenario, creando una realidad que los actores sientan muy viva y que se la puedan pasar a la audiencia
Tener buenos maestros le sirvió. “Estudié en el Lee Strasberg con varias estrellas a las que a veces les costaba hacer escenas. Allá sabían que yo venía de la televisión y que estaba para aprender”.
Luego decidió regresar con ganas de hacer un semillero y fundó Espacio Privado. Durante la pandemia, y por el cierre, se la pasó con el grupo, por internet, leyendo Largo viaje hacia la noche de Eugene O’Neill, dramaturgo estadounidense ganador del Nobel de Literatura.
“Es un dramaturgo insignia. Casi que se puede decir que buena parte del teatro de ese país se divide en antes y después de él, como la actuación, para muchos, en antes y después de Marlon Brando”.
Ahora llega con Lluvia constante, “donde no sabemos cuál de los dos policías es el bueno y cuál es el malo. Hay una lealtad de dos amigos que hablan continuamente sobre la amistad que los une y los define. Una amistad como tantas otras a la que un día le toca atravesar una situación extraordinaria”, según dijo Huff al presentar su obra.
Finalmente, son dos hombres que van por la vida con un oficio que les exige más que a muchos.
Del 17 de febrero al 26 de marzo, jueves a sábado, 8 p. m. Auditorio Sonia Fajardo, carrera 9 Bis calle 62, Bogotá. Boletas: 40.000 pesos en Atrapalo.com
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