Muchas de las obras de la artista colombiana Lina Espinosa tienen espirales, como una forma de entregar un mensaje sobre el papel que debe cumplir el arte en una sociedad en posconflicto.
“Es una espiral que surge desde uno mismo y se va expandiendo hacia afuera, de forma tal que se pueda generar un cambio positivo sin esperar que el cambio lo hagan los demás”, comenta.
Desde hace más de una década, ha explorado en su trabajo aspectos del conflicto armado, como las emociones de las víctimas.
“Uno como artista siempre está nadando contra la corriente y tratando de construir una forma de hacer visible su comprensión de la realidad”, dice.
Por eso, con motivo del Año Colombia-Francia, fue invitada al ‘Coloquio internacional Colombia 2017, identidad, memoria y representación artística en construcción’, organizado por las universidades de Rennes y Nantes, en el cual participó con una ponencia en torno a cómo recordar y qué olvidar en el posconflicto colombiano, a través del arte.
“Es importante abrir puertas y abonar el terreno, más que aferrarse a la idea de que hay que recordar u olvidar todo. Es ahí es donde el arte puede establecer unas sutilezas muy grandes y señalar puntualmente qué recordar y qué olvidar para seguir adelante”, sostiene Espinosa.
“En algún momento me vi envuelta en una situación que me hizo dar cuenta de la fragilidad y vulnerabilidad de los colombianos en medio del conflicto, y que por accidente experimenté”, cuenta la artista.
Esto la llevó a tratar de entender qué sentían las personas que estaban más cerca de la guerra, conocer sus historias y ayudarles a expresar sus emociones.
“He optado por acercarme a comunidades pequeñas y entender cuáles son los efectos o las causas del conflicto en sus vidas y hacer trabajos con ellos”, dice.
Espinosa destaca que el papel de los artistas debe ser respetuoso, pues las víctimas tienen su intimidad y lo que menos quieren es que usen su situación.
“El arte tiene el potencial para ayudar a la gente a procesar las emociones contenidas, siempre ha servido para expresar cosas, servir de catarsis”, afirma.
Frente a esto, destaca el trabajo del reportero gráfico Jesús Abad Colorado, de quien señala, “sabe como acercarse a la comunidad y poner su talento al servicio de la construcción de la memoria en lugares alejados, acercarse al corazón de la gente y mostrar situaciones difíciles de sentir y percibir para quien está lejos”.
LAURA GUZMÁN DÍAZ
EL TIEMPO @The_uptowngirl