La bahía de las Ánimas, cerca de la Torre del Reloj, fue el punto de llegada de los africanos esclavizados a América. En la torre está una de las placas que ahora visibilizan esa memoria, mantenida casi en silencio, al abordar la historia de Cartagena.
La placa es una de 19 ubicadas en lugares señalados por el proyecto ‘Cartagena como sitio de memoria y conciencia afrodescendiente’. Es el aporte colombiano a La Ruta del Esclavo de la Unesco, que agrupa a los países involucrados en la trata de personas que se dio durante la colonización.
La ruta cartagenera es fruto de la investigación promovida desde el Ministerio de Cultura, en asocio con la Universidad Nacional y otras entidades. Los hallazgos que la sustentan los presentará en el Hay Festival Claudia Mosquera, experta en estudios de raza, docente de la Nacional y coordinadora del proyecto en el país.
“La Ruta del Esclavo nació como un proyecto de investigación de la Unesco hace 21 años –explica Mosquera–. Intentaba mostrar lo que significó para la humanidad el tráfico de personas a través del Atlántico. Es una historia mantenida en silencio por las naciones que la llevaron a cabo, las que recibieron esclavizados y los africanos”.
El fin no era una ruta turística...
La ruta generó investigaciones y se esfuerza por llevarlas a lo pedagógico para darles material a las escuelas, para que hablen de algo que no genera orgullo. La esclavitud no es fácil de abordar sin que las personas sientan vergüenza. Ahora, había otros desafíos: ¿cómo hablar de la esclavitud en los lugares cuya construcción informa de ella? De ahí el desarrollo de la ruta a partir de una tendencia creciente: el turismo de memoria, relacionado con la no repetición y con la pregunta ¿cómo hacer que la humanidad aprenda de algo que hizo mal?
¿Cómo se definió el recorrido cartagenero?
La tarea empezó por activar una red institucional. La primera ciudad escogida para hablar de lugares que albergan la memoria de la esclavitud fue Cartagena. El ministerio pidió una primera consultoría.
Como era un tema que había sido trabajado por fragmentos –historiadores de oficios sabían algo, los puertos mostraban otras cosas–, había que unirlos para ver qué relato salía. Después, la universidad encontró en otra consultoría elementos sobre la participación de los esclavizados en los lugares de la ciudad.
¿Por ejemplo...?
Los guías turísticos dicen que las murallas se construyeron con la sangre de los esclavizados. Así que indagamos cómo fue su participación en la arquitectura militar de la ciudad. Sí la hubo, fue importante, pero también tuvo otras poblaciones. Existieron hornos en los que se hacía el material para las murallas. En ellos había más esclavizados que en la propia construcción. Los archivos muestran una cantidad de gente que moría en esa actividad.
¿Qué más encontraron?
Indagamos en las relaciones entre Cartagena y Barú o Tierra Bomba o los Montes de María, y todos los palenques, y estos no cortaban vínculos con la ciudad. Conocimos el papel de las plazas de la Aduana, de los Coches, de la Paz; de la calle de la Factoría, llamada así porque existía una factoría de gente negra ahí. Se mapeó en qué calles estaban los cabildos a los que la gente negra llegaba de África y si estaba enferma, allí la cuidaban. También se hacían eventos festivos. Eran espacios para reconstruir la vida.
¿Qué aporte da la ruta?
Se busca que se piense en la dignidad que portan los dueños de esa historia. Que el turista vea a una persona de ascendencia africana con respeto, como dueño de una memoria que no empezó con la esclavización. Ellos trajeron conocimientos, saberes, formas de ver el cuerpo y medicina. Está el aspecto trágico, pero no se reduce a lo ‘vergonzoso’, también está la historia de cómo la gente construye y vuelve a vivir, crea y hace aportes, pese a su situación de indignidad.
Abarcará otros lugaresMoisés Medrano, director de Poblaciones del Ministerio de Cultura, indica que desde que esta entidad se vinculó a La Ruta del Esclavo de la Unesco, el aporte colombiano pasó por la sugerencia de involucrar la participación de las comunidades (en sus primeros años, el trabajo era casi a puerta cerrada entre investigadores de carácter técnico).
De hecho, una de las reuniones se hizo en el país y logró invitar a representantes de comunidades afrodescendientes de distintas regiones del país.
El trabajo empezó por Cartagena, pero continuará en otros lugares como Villa del Rosario, Norte de Santander, donde se firmó el acta de abolición definitiva de la esclavitud en 1851. También en el norte del Valle del Cauca, donde se identificaron estructuras similares a los palenques, y en Chocó. Medrano destaca que el trabajo se relaciona con el Decenio Internacional del Afrodescendiente (2015-2024), de las Naciones Unidas.
Esclavos y esclavizados“ ‘Esclavizado’ es un término que indica un proceso que involucra la fuerza -explica Moisés Medrano, del Ministerio de Cultura-. El esclavo establece una relación voluntaria con quien lo esclaviza, mientras que el esclavizado está coaccionado”.
La distinción surgió en una reunión en Durban (Sudáfrica), en el 2001, en la cual se evaluaron también los significados de palabras como afrodescendiente y afroamericano.
Dónde y cuándoDentro del Hay Festival, la charla ‘Por la ruta del esclavo en Cartagena’ será el 26 de enero a las 5:30 p. m. en el Centro de Formación de la Cooperación Española. Cartagena
LILIANA MARTÍNEZ POLO
Cultura y entretenimiento
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