Cerrar
Cerrar
Festival de teatro de Manizales fue un grito por la paz
fg

'Le destin tragicomique de Tubby et Nottubby', de Francia, hizo acercamiento en 'clown' a la obra de Shakespeare.

Foto:

John Jairo Bonilla

Festival de teatro de Manizales fue un grito por la paz

El encuentro teatral presentó obras con diversas miradas sobre el posconflicto.

Uno de los momentos más tensionantes del Festival de Teatro de Manizales fue una charla entre un hombre y una mujer. Él representó a un integrante del grupo terrorista Eta que asesinó al padre de ella en un atentado, por lo que cumplía una pena de 20 años.

Los dos quisieron acortar esa inmensa brecha entre víctimas y victimarios y aceptaron sentarse en una misma mesa, en una confrontación incómoda, impactante, que era un primer paso en un proceso de reconciliación.

La escena, que era el epílogo de la obra española La mirada del otro, del grupo Proyecto 43-2, fue una muestra de esa apuesta por el posconflicto que el festival tuvo en su edición 38, que finalizó el pasado domingo y que mostró diversas visiones sobre conflictos globales.

“Era la manera asertiva de participar en el proceso que vive el país y de señalar que el teatro está diciendo ‘sí’. Por otra parte, era otra forma de reafirmarse como festival y como testigo de su tiempo y de la escena teatral del continente”, asegura Octavio Arbeláez, director del encuentro escénico. (Lea también: Emociones encontradas del Festival de Teatro de Manizales)

Esa apuesta por la paz por supuesto tuvo como protagonista al teatro colombiano que, como es su tradición, le habla a su público sobre los problemas sociales del país, con propuestas de los más experimentados, como La Candelaria, Matacandelas, Teatro Cenit y Teatro Petra, hasta los exponentes más jóvenes.

Estos últimos pusieron en escena metáforas sobre el terrorismo (La paz perpetua, de Quinta Picota) e historias sobre asesinos sanguinarios (Camargo, de La Congregación).

“El teatro colombiano, sin ninguna duda, tuvo un brillo importante y la segunda apuesta fue por el teatro manizaleño, quisimos hacerlo visible con quince agrupaciones programadas en sala y calle”, asegura el director, quien calcula que las obras de sala tuvieron una ocupación de más del 80 por ciento.

Entre las propuestas internacionales se destacaron obras como Los malditos, una coproducción entre seis festivales iberoamericanos sobre las esclavitudes contemporáneas, y Mendoza, una potente versión mexicana de Macbeth del grupo Los Colochos.

Esta puesta en escena, que también se había presentado en el reciente Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, estaba llena de signos culturales de la cultura azteca y también mostraba a partir de metáforas teatrales la tradición de sangre y corrupción que ha marcado a los países latinoamericanos.

Mendoza hacía parte de una serie de obras que rendían homenaje a Shakespeare y a Cervantes y que tuvieron la particularidad de acercar a los autores a situaciones y lenguajes modernos, como el clown, con la pieza francesa Le destin tragicomique de Tubby et Nottubby.

En esa línea sobresalió el grupo español Ron Lalá con su montaje Cervantina, que subrayaba la vigencia de las obras de Cervantes con un hilarante entramado musical y de diálogos en verso.

“Siempre se ha discutido el tema de la vigencia de los clásicos, y en este caso no solo se ve la vigencia sino la pertinencia y cómo se lee desde la perspectiva de lo contemporáneo”, añade Arbeláez.

CULTURA Y ENTRETENIMIENTO

Mis Portales

Llegaste al límite de contenidos del mes

Disfruta al máximo el contenido de EL TIEMPO DIGITAL de forma ilimitada. ¡Suscríbete ya!

Si ya eres suscriptor del impreso

actívate

* COP $900 / mes durante los dos primeros meses

Sabemos que te gusta estar siempre informado.

Crea una cuenta y podrás disfrutar de:

  • Acceso a boletines con las mejores noticias de actualidad.
  • Comentar las noticias que te interesan.
  • Guardar tus artículos favoritos.

Crea una cuenta y podrás disfrutar nuestro contenido desde cualquier dispositivo.