Un sábado de 1979, Fernando Cano llegó a Villa de Leyva. Con su cámara en mano, empezó a recorrer el típico mercado que se encuentra en los pueblos colombianos.
Entre puestos de frutas y de comida, uno de aguardiente y café, atendido por una señora de edad avanzada, fue el que más llamó su atención.
El fotógrafo le preguntó si le podía tomar una foto, pero la señora, “de cara digna, muy chévere y muy bonita”, como dice Cano, le dio un ‘no’ rotundo.
“Me dijo que ella no sabía qué iba a hacer con esa fotografía y que después la iba a vender (...) Le insistí y en ese momento aparecieron dos perros bajo la mesa. Vi cómo uno se montó encima del otro y levanté mi cámara y disparé. La señora se puso bravísima y le dije: ¡perdón, perdón, ya me voy!”, cuenta Cano en tono jocoso.
Con el regaño encima y sin saber si había quedado enfocada o no, pues la cámara no era digital, se marchó. Ahora, 38 años después, la señala como “su hija consentida”, entre 40 fotografías a blanco y negro, que se encuentran en las paredes de la galería Casa Cano, en Bogotá.
Se trata de la muestra ‘País, homenaje en blanco y negro’, que incluye 20 imágenes que lo llevaron a ganar el Premio Nacional de Fotografía 2017, otorgado por el Ministerio de Cultura.
Meses antes, revisando su archivo, descubrió cuatro temáticas de Colombia en su trabajo, desde los años 70: paisajes, vida cotidiana, fiestas nacionales y carnavales del país; y manos que tejen la colombianidad.
Colombia no es la única parte esencial de su trabajo como reportero gráfico, también lo es el blanco y negro, un lenguaje que considera único, propio e insustituible.
Por eso, al haber recibido una formación en los años de la fotografía análoga, confiesa que, en general, le iba mucho mejor en blanco y negro que en color. “De pronto, por esa falencia, fui prefiriendo el primero”.
No sé si estoy obsoleto o no, sigo buscando mis cosas y dejando un testimonio de lo que veo en mi curso por la vida
A Cano (cuya familia fue dueña de ‘El Espectador’) le gusta decir algo en cada imagen, que cada una tenga una historia. “No sé si estoy obsoleto o no, sigo buscando mis cosas y dejando un testimonio de lo que veo en mi curso por la vida”, dice.
Además, sabe que es difícil poder condensar en este proyecto todo lo que somos como colombianos. Por eso, quiere seguir recorriendo el país para que esa idiosincrasia quede más completa, y así poder publicar un libro que recopile y resuma sus fotografías.
“Creo que ese es el legado que quiero dejar como testimonio de mi paso por la vida”, concluye.
Hasta el 14 de octubre. Casa Cano. Carrera 7A n.° 69-45, Bogotá. De lunes a viernes, de 10 a. m. a 5 p. m. Sábados, de 10 a. m. a 1 p. m. Teléfono: 312-6008.
Laura Guzmán Díaz
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO