Un letrero similar al famoso ‘Welcome to Las Vegas’ (Bienvenido a Las Vegas) invita a los transeúntes del barrio La Macarena, de Bogotá, a entrar a un lugar legendario: el lago Parima.
Específicamente, dice ‘Welcome to Parime’, con letreros de neón, y le da el nombre al nuevo proyecto de Andrés Matías Pinilla (Bogotá, 1988) en el espacio El Dorado.
En tres pisos hay una particular forma de acercarse a este lago, donde se supuso inicialmente que quedaba El Dorado (en un lugar de Suramérica) y lo que representó el mito.
“Cuando uno habla de El Dorado se refiere a procesos muy humanos de esa leyenda que nos cuentan desde los aventureros que vinieron a América, de encuentros amorosos tipo Pocahontas, pero que fue un proceso violento con crónicas que lo datan”, dice el artista, egresado de la Universidad de los Andes.
Pero la reflexión no se centra en hechos violentos, sino en la codicia y en cómo un individuo concibe esas promesas de un futuro mejor o ideal.
En la exposición se presenta esa noción a partir de obras que o bien cuestionan la idea del mercado del arte o de la pintura como mercancía, o con representaciones de la riqueza exagerada y el derroche.
E invita a pensar ¿qué significa una enorme pirámide hecha con frascos de vidrio con pintura que va del blanco hasta el dorado? ¿Significa algo? Sí, pues a lo largo de la muestra la idea del degradé y el color se repite. Y la estructura piramidal puede ser un comentario sobre las pirámides que prometen dinero o, en su caso, la idea de llegar a la cúspide como artista.
“Este objeto habla de la pintura no como gesto o expresión del artista, sino como la pintura que venden en supermercado”, dice.
Presentarlo así refleja un interés por mostrar sus inquietudes con lenguajes conceptuales, pero que no abandonan la técnica; en el cual hay objetos como una piscina de pelotas que ‘obliga’ a involucrarse con ella (hay que atravesarla para ver la exposición) y otras sonoras. Esa pieza audible se reproduce en el segundo piso, donde hay obras bidimensionales. El objeto representado es una piña, que en este y en el tercer piso es la protagonista.
“La piña fue ese otro ‘dorado’ (se la llamó oro tropical) que se dio paralelo a estos procesos coloniales”, dice Pinilla, que consultó libros e historiadores para conocer su historia y plantearla desde la producción artística.
La muestra ha sido visitada por públicos de diversas edades, pues además del llamativo letrero, el artista utiliza otras estrategias que atraen, como poder rayar un cuadro y tomar un dulce de piña. Hacen parte de su lenguaje, con el cual no busca criticar sino “lograr decir algo en la vida”.
¿Dónde y cuándo?
Espacio El Dorado. Carrera 5 n.° 26C-40. Bogotá.
Abierta al público hasta el 23 de septiembre. Tel. 749-5802. Entrada gratuita.
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO
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